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Sergio Ramos marcó el gol decisivo. LAPRENSA/ CORTESÍA

Un triunfo sufrido, una victoria de campeón: El Real Madrid mira de reojo al Barcelona

El Getafe fue un dolor de muelas. No busquemos genialidades ni jugadores asombrosos entre ellos, jugaron al tú por tú, pero de una forma diferente

El Getafe fue un dolor de muelas. No busquemos genialidades ni jugadores asombrosos entre ellos, jugaron al tú por tú, pero de una forma diferente: con los pies en la tierra, sabiendo que eran inferiores y ejecutando un estilo que escondió sus limitaciones y exprimió sus virtudes. En 90 minutos solo cometieron un error: la falta dentro del área de Olivares a Carvajal al 78’, la cual dio lugar a la sonrisa del Madrid con el gol de Sergio Ramos. Fue la materialización de la furia dentro de los blancos. Necesitaban los tres puntos para mirar de reojo al Barcelona, ahora a cuatro del liderato, y descabezar la Liga. Un triunfo sufrido, una victoria de campeón.

Raramente en esta crónica se hablará más del Getafe que del Madrid porque el equipo de Bordalás anuló a la tropa de Zidane. En 22 minutos había tres aproximaciones de goles del Getafe y ninguna llegada del Madrid, más allá que la inicial de Benzema, es más posteriormente el Madrid no había pasado de la media cancha. Courtois se extendió para salvar al Madrid de Olivera, luego de Etxeita tras la cabeza de Maksimovic y otra de Mata. La reacción del Madrid fue con Modric y Mendy, jugando al espejo, el francés desbordó por la banda hasta encontrar en el centro al espacio a Vinicius, el brasileño metió la pierna y le dio un giro hacia la esquina del poste, pero Soria tapó. Fue como si esa jugada los despertara del letargo o del mundo hipnótico que el Getafe los había trasladado.

El Madrid no parecía ser un equipo que se jugaba el título. Flojo en las salidas, pérdidas forzadas por presión, imprecisión en los pases. Con poca elaboración y con más juego directo, el Getafe estaba mordiendo al Madrid. Le daba vida al Barcelona. No obstante, Zidane interpretó que haciendo un triple cambio con Asensio, Rodrygo y Valverde tomaría el mando del encuentro. No fue así, las baterías del Getafe parecían ilimitadas. El duelo se volvió plano, sin picos de emoción hasta que llegó la falta de Olivera sobre Carvajal. Nadie duda del penalti. Ramos lo ejecutó de manera impecable. Pesó mucho la madurez que las indirectas. Todos pensaron que el capitán blanco tiraría en modo Panenka para responderle a Messi, pero buscó la precisión hacia su derecha. Soria se quedó en el centro esperando y cuando reaccionó para tirarse a su costado ya era demasiado tarde.

Esa fue la única culpa del planteamiento y ejecución perfecta del Getafe. Cuando se juega ante un rival de tanta calidad como el Madrid cualquier estrategia se puede borrar de un parpadeo. Finalmente, el Madrid se llevó los tres puntos y el Getafe los aplausos. Pero nadie les quitará que fueron un verdadero dolor de muela en el camino de los blancos hacia el título. Así sufre un futuro campeón.

Deportes Liga Española Real Madrid archivo

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