La caravana de nicaragüenses que se formó en Guatemala y cuyo objetivo es regresar a casa contra viento y marea, no ha podido saltar la frontera guatemalteca y llegar a suelo hondureño por el sector conocido como Corinto, para así continuar acercándose a su país y volver a estar con su familia.
Una parte del grupo, intentó cruzar este viernes a Honduras pero ninguno lo logró, esto después de permanecer dos días en plena frontera sin recibir alguna señal de las autoridades migratorias. A su paso, le salieron funcionarios de Migración y les aclararon que Nicaragua no ha comunicado que los dejará ingresar y que mientras esto no ocurra, no pueden dejarlos pasar porque el gobierno catracho tendría que hacerse cargo.
Son unas 44 personas, entre ellos algunos niños y una embarazada, que tratan de no perder la calma ni las esperanzas de que Nicaragua los recibirá y en los próximos días estarán en casa, de la que se marcharon por diferentes razones y momentos del año, pero que añoran regresar por el avance de la pandemia del nuevo coronavirus (Covid-19) en la región de Centroamérica.
Autoridades indolentes
La deportista amateur Sayra Laguna, referente en las disciplinas de combate en Nicaragua, es una de las personas que con desesperación trata de regresar al país. En su caso, es porque su padre y abuela están enfermos y su travesía inició en California. Logró salir de Estados Unidos, cruzar México y contactarse con otros paisanos en Guatemala.
“Todo se desarrolló por medio de un grupo en WhatsApp que hicieron y Facebook. Así fue que se incorporaron los nicaragüenses que querían regresar, sabiendo que Honduras nos estaba pidiendo la prueba de Covid-19 y un salvoconducto. Muchos nicaragüenses han llamado a la Embajada de Nicaragua en Guatemala pero nunca dieron respuesta, muchos nos ganamos malas contestaciones por parte de la embajadora (Lilliam Mendez)”, reveló Laguna.
En la caravana hay otros nicaragüenses que han sufrido por la indolencia de su país al no desarrollar acciones para que Honduras los deje transitar y luego entren a Nicaragua. Bajo anonimato, varios de ellos reconocieron sentirse menospreciados por sus propias autoridades.