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Miércoles 10 de junio. Los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo participaron en la videoconferencia del ALBA. Foto tomada de los medios de comunicación oficialistas

Ortega no impuso cuarentena para evitar que “país muera”, pero PIB se le desplomará 8.2%, según Economist Intelligence

“Podría decirse que la respuesta del gobierno al brote de coronavirus ha sido la más débil de toda  América Latina”, consideró Economist Intelligence Unit (EIU),que prevé caída económica también en el 2021

El Producto Interno Bruto de Nicaragua (PIB) caerá este año 8.2 por ciento como consecuencia de la pandemia, que está arrastrando a la economía hacia una depresión, alertó Economist Intelligence Unit (EIU), que edita el grupo The Economist. En su reporte correspondiente a julio, EIU advierte que la crisis sanitaria “agravará la profunda crisis política y económica” del país y calificó la gestión de Ortega frente a la pandemia como la más débil en América Latina y que traerá consecuencia económicas graves.

“Podría decirse que la respuesta del gobierno al brote de coronavirus ha sido la más débil de toda  América Latina. El gobierno no ha impuesto medidas de cuarentena, ni ha cerrado oficialmente sus fronteras. El Sr. Ortega y la Sra. Murillo continúan minimizando la gravedad de la pandemia, y no han podido delinear una estrategia para prevenir la propagación comunitaria del virus”, dijo EIU.

Pero además, el centro especializado pone en duda las cifras oficiales, que hasta el 17 de junio deban cuenta de  1,823 casos y solo 64  fallecidos y da crédito a las que registra el Observatorio Ciudadano, un grupo multidisciplinario que da seguimiento a través de una red de información a lo largo y ancho del país.

“Es probable que el número de casos no reportados sea exponencialmente más alto, dado que el país ha realizado pruebas mínimas”, dice EIU que señala que los estrictos controles gubernamentales de la información sobre los contagios aumenta “la sospecha de que los casos de infección están al acecho sin previo aviso”.

Y aunque Daniel Ortega argumentó el 15 de abril que no ordenaba periodo de cuarentenas aduciendo que “si el país deja de funcionar, muere”, Economist Intelligence Unit alerta que la crisis sanitaria dejará severamente dañada la economía, sus finanzas y amenaza con empujar al PIB a una depresión profunda.

“La pandemia de coronavirus (Covid-19) amenaza con empujar a Nicaragua a su depresión económica más profunda desde la década de 1980”, situación que empeoraría porque, según EIU, el creciente autoritarismo permitirá al Frente Sandinista de Liberación Nacional permanecer el poder más allá del 2021 y vaticina que la oposición fracasará en las elecciones presidenciales del próximo año.

El FSLN, no obstante, no retendría el poder por la voluntad popular, sino porque, según el análisis, si “la Coalición Nacional  logra solidificarse y entra en la boleta electoral, es poco probable que compita en forma libre y justa elecciones, dejando al FSLN como la fuerza política dominante en Nicaragua”.

“El precio de la represión estatal ha sido extremadamente elevado. La agitación política, junto con una serie de sanciones financieras internacionales, ha provocado un deterioro dramático en las condiciones económicas”, reiteró.

También habrá caída en el 2021

Esa falta de salida a la crisis política más el impacto de la pandemia es lo que hace pensar a EIU que inclusive en el 2021 el Producto Interno Bruto caerá por cuatro año consecutivo y se contraería 2 por ciento, lo que contrasta con el optimismo que tiene el régimen de Daniel Ortega, de sacar a Nicaragua de la recesión el próximo año.

Y mientras el conflicto político empeora y el régimen se resiste a adoptar medidas para frenar la pandemia, EIU alerta que la “economía nicaragüense enfrenta fuertes vientos en contra” por la recesión global,  que dañará las exportaciones, las remesas y mantiene paralizado el turismo. “Las remesas del exterior, que proporcionan el apoyo al consumo vital para muchos hogares está disminuyendo rápidamente”.

Incluso, aunque Ortega no ha impuesto una cuarentena obligatoria para evitar que el país se muera, EIU indica que pese a ello,  “hay indicios de que la actividad doméstica también ha disminuido significativamente”, cayendo a dos dígitos. Y es que según el análisis “la mala gestión del gobierno de la crisis de salud pública significa que es poco probable que el consumo y la inversión se recuperen significativamente hasta que el Covid-19”  haya alcanzado su mayor estrago y empiece a retroceder.

Es decir, que aunque el entorno internacional mejore, eso no favorecerá a Nicaragua y por eso EIU se inclina a una contracción en el 2021 y que haya una recuperación sólida hasta el 2022 con un repunte de cuatro por ciento.  “Nuestra perspectiva a medio plazo se ve afectada por la ausencia de un real solución al conflicto político de Nicaragua, que mantendrá la confianza empresarial moderada para el futuro previsible. Por lo tanto, no esperamos que el PIB real regrese a su nivel de 2017, incluso al final de nuestro período de pronóstico”.

Las proyecciones de EIU van contra todos los pronósticos del régimen de Daniel Ortega, pero están en línea con las previsiones que han hecho otros organismos financieros internacionales, que miran al Producto Interno Bruto cayendo entre 5.9 por ciento y hasta 6.3 por ciento, previsiones que han generado fuertes inconformidades en las autoridades sandinistas, las que han sido expresadas al mismo Fondo Monetario Internacional, según reveló recientemente el presidente del Banco Central de Nicaragua, Ovidio Reyes.

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Ortega  lidiará con mayores déficits

El golpe de la crisis sanitaria tendrá un impacto significativo en el déficit fiscal, advierte, ya que los ingresos públicos se desploman. Aunque el gobierno consolidará sus cuentas a partir de 2022, el requerimiento de financiamiento seguirá siendo alto y su financiación resultará desafiante”.

EIU lo resume así: “los intentos del gobierno de consolidación fiscal se verán frustrados en el corto plazo en medio de un fuerte
caída económica”. Eso ocasionará que el déficit del sector público no financiero (SPNF) pase de 2.1 por ciento en el 2020 a 5.8 por ciento al finalizar este año, es decir que las empresas del Estado van a tener mayores dificultades para seguir financiándose.

Al respecto explica que el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) y empresas estatales como Enatrel, Enel  y Enacal ntinuarán teniendo grandes déficits, “que el gobierno tendrá absorber”.

En el caso del gasto del Gobierno central, EIU indica que este se mantendrá relativamente estable como porcentaje del PIB y explica que este ha ignorado el clamor generalizado de que se adopten medidas de apoyo a los sectores durante esta crisis sanitaria es por sus “apretadas limitaciones presupuestarias”.

Además considera que la decisión del régimen de Ortega de ir contra los protocolos internacionales en la lucha contra la pandemia ha ocasionado que no sea considerado por los organismos financieros internacionales como candidato para recibir préstamos para atender la emergencia.

“La mayor parte del financiamiento relacionado con el coronavirus proporcionado al gobierno hasta ahora ha sido a través de la reprogramación de los préstamos existentes. A pesar de que hemos observado una modesta cantidad de asistencia externa, el balance de riesgos para nuestras proyecciones se inclina a la baja”, explica EIU, que indica que el Gobierno tendrá dificultades para cerrar sus brechas financieras inclusive el próximo año cuando deberá aumentar el gasto para cubrir el costo de las elecciones presidenciales.

“En consecuencia, el deterioro de las cuentas fiscales será en gran parte como resultado de la escasez de ingresos. Habiendo emprendido ya una reforma fiscal procíclica en 2019, el el gobierno tiene poco margen de política para aumentar los ingresos sin agravar lo ya drástico situación económica”, advirtió.

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Tocará sus reservas en el BCN

Todo esto obligará al régimen a echar manos de sus reservas de dinero depositadas en las arcas del Banco Central, que se estiman en 600 millones de dólares. Esto solo le garantizará para cubrir su gasto de corto plazo.  “También creemos que el gobierno recurrirá a la impresión de dinero para cumplir con algunas obligaciones de moneda local”, según el análisis, que plantea que esto no provocará una presión inflacionaria debido a una caída de la demanda interna.

De hecho, se prevé que el Banco Central de Nicaragua logre su objetivo de preservar la estabilidad del tipo de cambio, es decir que se mantendría sin variación la devalución del córdoba con relación al dólar, que es de un tres por ciento anual.

Pero se espera que el déficit comercial se amplíe del 2.8 por ciento del PIB en 2020 al 9.5 por  ciento del PIB en 2024. Eso debido a que EIU prevé que “los ingresos por exportaciones se verán limitados por el bajo crecimiento de la productividad y que la factura de importación aumentará en medio de una demanda interna modestamente más alta y mayores precios del petróleo”.

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Economía PIB archivo

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