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Wesner De Trinidad junto a esposa Katherine Uriarte y su hija Amaya. LA PRENSA/ CORTESÍA

El muchacho de San Isidro de Bolas que vio en el futbol una oportunidad de superación

El jugador del Managua FC se sacrificó desde su etapa de Juvenil para vivir del futbol, que ahora en el sustento de su familia, paga sus estudios universitarios y su carro

La vida de Wesner De Trinidad cambió desde que llegó al Managua FC en 2015. Era un joven cuando se integró a la Juvenil Especial y recibió su primer sueldo en el futbol, un deporte que le gustaba mucho desde niño pero desconocía que podía vivir de eso como cualquier otro trabajo y ahora mantiene a su familia (Su hija Amaya y su esposa Katherine Uriarte) y paga sus estudios universitarios y su carro.

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“Ahí fue la primera vez que me pagaron por jugar ”, señala el defensor de 24 años, quien empezó pateando el balón en las calles y campos de tierra de la comunidad Camino San Isidro de Bolas, en Managua, donde en ese momento no tenía ideas de que por jugar le podían pagar ni que habían equipos en Nicaragua en los que los jugadores recibían un salario por hacerlo.

Wesner De Trinidad durante un partido de pretemporada. LA PRENSA/ CORTESÍA/ MANAGUA FC

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De Trinidad dio en 2012 sus primeros pasos en la Juvenil del Ferretti donde él tenía que pagarse el pasaje para los juegos. Le gustaba tanto el futbol, que no le importó hacerlo, tampoco dejar de estudiar veterinaria en 2013 porque le chocaban con sus horarios de entrenamientos. En ese momento no sabía todas las oportunidades que le podría dar el futbol, hasta que llegó al Managua en 2015.

Un sueño por cumplir

“En mi primera salario como juvenil me daban dos mil córdobas, pero escuchaba a otros que ganaban seis u ocho mil. Entonces me di cuenta que si le echaba ganas podía superarme y verlo como un trabajo si tenía disciplina y trabajaba”, recuerda el defensor de 24 años, quien recuerda que de ese primer pago se compró un bolso de 600 córdobas, le dio mil a su mamá (Maritza Bustamente) y se dejó el resto para sus gastos.

Wesner Dtrinidad (derecha) intenta pasar la marca de Brandon Ayerdis. LAPRENSA/ OSCAR NAVARRETE

En el 2016 firmó su primer contrato profesional y conforme los años y su buen rendimiento ha ido mejorando su salario, hasta empezar en 2018 pagar sus estudios universitarios, que retomó inicio en 2015, y las cuotas de su carro. “Mi papá (Manuel De Trinidad) me ayudó con el carro, el me dio una parte y yo pago las cuotas desde hace dos años y medio”, señala un pilar indiscutible en los títulos de Liga 2018 y Copa 2019 de los Leones Azules.

De Trinidad es uno de los mejores laterales izquierdos del futbol nacional. Desde el 2018 se ha venido consolidando en su posición, aunque no ha recibido todavía un llamado a la Selección de Futbol. “Es el único sueño que me falta por cumplir”, confiesa el muchacho de San Isidro de Bolas, al que el futbol y su llega al Managa le cambió la vida.

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