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Las autoridades Costarricenses se han replegado metros atrás del mojón que marca la frontera física entre ambos países

Nicaragüenses varados en Peñas Blancas cierran paso de tránsito pesado como presión al régimen para que los deje entrar a su país

Muchos de los casi 200 nicas varados llevan hasta seis días en ese límite fronterizo, debido a que el gobierno les exige la prueba negativa de Covid-19, pero ellos no tienen cómo cumplir ese requisito

Desde la noche de este miércoles la entrada y salida de tránsito pesado en la frontera de Peñas Blancas, Nicaragua, ha sido bloqueado por más de 200 nicaragüenses, como medida de presión, para que el régimen orteguista les permita el ingreso a su país. Muchos de ellos llevan hasta seis días varados en ese límite fronterizo, debido a que el gobierno les exige la prueba negativa de Covid-19, pero ellos no tienen cómo cumplir ese requisito y las autoridades nicaragüenses se niegan a asumir su responsabilidad con estos ciudadanos.

Uno de los entrevistados por el Canal 100% Noticias en la frontera explicó que estiman que hay unas 564 personas varadas, los grupos empezaron a llegar desde el sábado y a lo largo de la semana se han acumulado más y más connacionales a quienes se les impide la entrada al país. Sin embargo, hasta este miércoles la estimación por parte de la Dirección General de Migración y Extranjería de Costa Rica era que se encontraban de 150 a 200 personas.

En un video se nota la fila de camiones del lado nica en espera de transitar por ese puesto fronterizo. Lo mismo sucede del lado tico, confirmó Gonzalo Carrión, miembro del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca +, que visitó este jueves a los nicas y calificó la situación de cruel y violatoria a sus derechos humanos.

Detrás de la barrera humana que mantienen los connacionales para seguir demandando que los dejen ingresar, se ubican antimotines con sus escudos de protección. Uno de los entrevistados dijo que entre más reclaman que les permitan pasar, más agentes especiales mandan. Otra persona entrevistada cuestionó que el régimen orteguista se excuse en la protección sanitaria, cuando en el grupo de varados hay unas 270 mujeres, unos 37 niños y cerca de 40 adultos mayores, quienes están en alto riesgo. Ya han habido desmayados por el fuerte calor que caracteriza a la zona y no han recibido asistencia médica.

Una de las mujeres que estaba en el tranque humano se cubría del sol con un trapo blanco que envolvía su cabeza, tenía una mascarilla negra y en la mano una sombrilla de múltiples colores. Lleva cuatro días en la frontera, sin bañarse y durmiendo en el suelo. No logra contener las lágrimas y solloza porque no entiende cómo no la dejan entrar a su propio país. Entre llantos dice que nadie se ha hecho cargo de ellos, que nadie les dice nada, que seguirán ahí.

Otro nica, junto a la mujer que llora,  agrega que el grupo está integrado por gente departamentos como Matagalpa, León, Chinandega, Bluefields, lo que quiere decir que aún cuando entren a Nicaragua les falta un largo recorrido para llegar a sus hogares y reencontrarse con sus familias. En su mayoría provienen de Costa Rica y repiten una y otra vez que se regresan porque no tienen trabajo, piden que el Ministerio de Salud (Minsa) les realice las pruebas para poder entrar.

Con el paso de los días, los connacionales empezaron a sacar de sus maletas sus cobijas y las colocaron junto a la pared, improvisando una carpa que apenas opaca los rayos del sol y ayuda a que les latigue con menos fuerza la piel. En la noche la carpa se vuelve un colador para que la lluvia también se sienta menos. Unos están desde el sábado, otros desde el lunes y hay quienes llegaron el martes. Todos duermen ahí, en la calle, comen lo que pueden con los pocos ahorros que llevaban y hacen sus necesidades en un baño con olor infernal, según describió un joven entrevistado. Es un solo baño para mujeres, niños y hombres.

Varados mantienen cerrado el pase a tránsito pesado, como medida de presión, para que los dejen entar a su país.
LAPRENSA/CortesÍa

Represalia política

Uno de los entrevistados interpreta la negativa del régimen para dejarlos entrar como un acoso político, ya que pueden creer que entre el grupo de varados hay gente que participó en las protestas de 2018. Por su parte, Carrión sostuvo que “el llamado es a que abran las fronteras porque es derecho. No hay justificación”, expresó. A la vez, hizo un llamado a la cooperación internacional  para alzar su voz por los nicas que viven “una tragedia humana”.

Señala que el mensaje que manda Ortega es de un país que expulsa a su población por represión o porque no hay oportunidades en el país y a los que están retornando les cierra las puertas. “Sino es a bala es con la omisión criminal, que son violaciones de derechos humanos”, sostuvo.

La noche de este miércoles el mismo grupo se agolpó para crear presión ante el cordón de antimotines que les cerró el paso de forma amenazante, según se aprecia en video y testimonios a medios costarricenses y publicaciones independientes que circulan en la red.

En caso que los nicas quieran retornar a Costa Rica, Migración explicó, mediante un correo a LA PRENSA que no tienen autorización para ingresar nuevamente a suelo tico. “Estas personas, de conformidad con la legislación migratoria vigente, finalizaron el proceso migratorio de salida de Costa Rica; por tal razón, no puede autorizarse el ingreso”, se lee.

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Entre los gritos de protesta se escuchaban peticiones por agua o comida, pues esta sería para muchos la tercera o cuarta noche a la intemperie esperando que el gobierno de Nicaragua les permita la entrada, pero la postura oficial es que sólo entra quién presente la prueba impresa de Covid-19 negativa.

El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), se pronunció en rechazo por el despliegue policial contra el grupo de nicaragüenses, por considerarlo un acto de intimidación.

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“El Cenidh repudia que el régimen Ortega Murillo niegue el ingreso a estos compatriotas y les intimide con las armas”, escribió el Cenidh en Twitter.

“Es su obligación como gobierno hacerles la prueba de Covid-19 y según el resultado garantizarles la salud y no dejarlos en la frontera”, agregó el organismo de derechos humanos.Para esta noche de miércoles se habla de hasta 400 nicaragüenses varados en la línea fronteriza de Peñas Blancas, que de no ser admitidos en su país ni obtener respuesta del gobierno, lanzaron la posibilidad de volverse muro de cierre en ese punto.

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Las autoridades Costarricenses se han replegado metros atrás del mojón que marca la frontera física entre ambos países y los nicaragüenses destacaron que la actitud y trato recibido de las autoridades ticas han sido de solidaridad y respeto a su condición.

Nacionales nicaragüenses varados Peñas Blancas archivo

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