La pandemia del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 no solo ha dejado a cientos de nicaragüenses varados en el exterior; salvadoreños, panameños y ciudadanos de otras nacionalidades también se han enfrentado a la angustia y la desesperación por regresar a sus hogares tras quedar atrapados en otro país.
Con el avance de la situación sanitaria del Covid-19 en el mundo, los países fueron extremando medidas: restringieron el ingreso de extranjeros, ordenaron el cierre de las fronteras aéreas y terrestres, y las aerolíneas decidieron suspender operaciones. En el caso de Nicaragua, el régimen de Daniel Ortega ha mantenido una política de puertas abiertas a los viajeros y solo se anunció el cierre temporal del Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino debido al cese momentáneo de las operaciones aéreas de al menos seis compañías.
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A pesar de la política de puertas abiertas, el régimen orteguista mantiene desde hace más de diez días a más de 500 nicaragüenses varados en la frontera de Peñas Blancas a la espera de la autorización de entrada y a otras decenas de nicas que se encuentran camino a Nicaragua desde Guatemala. El Gobierno, a través del Ministerio de Salud (Minsa) les exige una prueba negativa de Covid-19 hecha con 72 horas de anticipación para poder ingresar al país, pero los varados no pueden costearla, ya que quedaron en el desempleo y decidieron retornar a Nicaragua. Los nicas se enfrentan además a condiciones precarias y climáticas que ponen en peligro su salud.
En una situación similar, El Salvador se vio obligado a implementar un plan de repatriación para al menos 4,000 de sus ciudadanos que estaban en países como Belice, Panamá, España y Nicaragua. El plan inició el 30 de abril y se realizó por etapas, priorizando a los grupos de riesgo como embarazadas y personas con enfermedades crónicas. Como parte del acuerdo, el gobierno salvadoreño envió a cuarentena de 30 días a los ciudadanos una vez que ingresaron al país para descartar la presencia del virus.
Asimismo Panamá ha coordinado a través de vuelos humanitarios el retorno de panameños varados en España, Francia, Cuba, México, Estados Unidos, Reino Unido y otros países desde el pasado 24 de marzo. Las autoridades de ese país centroamericano establecieron que los repatriados serían sometidos a medidas de cuarentena obligatoria en sus domicilios y serían monitoreados. En el mes de mayo, Panamá coordinó el retorno de tres transportistas que se encontraban varados en Nicaragua y que habían dado positivo a la prueba de Covid-19.
¡Finalizamos la semana con buenas noticias! Logramos repatriar desde Barbados a un grupo de marinos y un joven varado desde el 22 de marzo. Esto ha sido posible gracias a una coordinación interinstitucional @minsapma @amp_panama @aacivilpty. #UnidosLoHacemos #TrabajandoPorPanamá pic.twitter.com/Y8xz4w8JLU
— Cancillería de Panamá (@CancilleriaPma) July 24, 2020
España también ha implementado planes de repatriación y para el mes de mayo había planeado al menos doce vuelos humanitarios que llevarían a españoles desde Venezuela, Colombia, Argentina, Uruguay, Panamá, entre otros. Según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores de España, desde que inició la pandemia han retornado a ese país unos 27,000 ciudadanos.
Estados Unidos también ha implementado las repatriaciones para sus ciudadanos que se han visto afectados por el cierre de fronteras y de aeropuertos. En marzo pasado, la Voz de América informó que las autoridades estadounidenses estaban haciendo uso de los aviones que se utilizan para deportar a los migrantes para llevar de regreso a los estadounidenses a casa. En ese momento, Estados Unidos repatrió a 466 ciudadanos que estaban en El Salvador y Honduras. También dispuso vuelos humanitarios para las personas que estaban en Nicaragua.
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Guatemala llevaba, hasta el 24 de julio, 101 vuelos humanitarios para retornar a los ciudadanos como parte de su plan “Los queremos en casa”. Los guatemaltecos han sido repatriados de países como Costa Rica y Perú.
Gobierno lleva meses cerrándoles la puerta a los migrantes
Aunque el caso de Peñas Blancas representa una crisis mayor por ser tantas las personas aglomeradas que esperan retornar a sus hogares, no es la primera vez que el régimen orteguista les cierra la puerta a nicas que han querido regresar.
En abril, el Gobierno rechazó dos vuelos de repatriación que tenían previsto regresar a cientos de nicaragüenses varados en Islas Caimán aduciendo como motivo el cierre de las fronteras, cuando en realidad Nicaragua descartó desde el primer momento el cierre de las mismas. Tras la negativa del Gobierno, las autoridades de Islas Caimán ofrecieron una ayuda al grupo de varados que aún se mantiene en ese lugar a la espera de una respuesta por parte del gobierno de Ortega.
Una situación similar a la de los varados en Peñas Blancas enfrentó un grupo de nicaragüenses que pretendían ingresar al país desde El Salvador y vía terrestre. Los nicas permanecieron más de 20 días en la frontera del Guasaule a la espera de la autorización para entrar. Ahí tuvieron que improvisar champas mientras esperaban una respuesta, sin embargo no obtuvieron ninguna y tuvieron que ingresar al país por puntos ciegos.
Otro grupo de 174 nicaragüenses tuvo que esperar tres meses y varias cancelaciones de ingreso para que el régimen orteguista autorizara finalmente su entrada al país, tras haber quedado varados en el crucero Royal Caribbean. Los nicas solicitaron al régimen su ingreso y aseguraron que cumplían con todos los requisitos. La entrada les fue autorizada el 13 de julio.
Igual situación pasó otro grupo de nicas que estaban en el crucero Carnival Cruise Line y a los que se les canceló en varias ocasiones su ingreso al país, hasta que les fue permitido el pasado 29 de junio.