Quienes conocieron al árbitro nicaragüense de beisbol Aarón Guillén, fallecido la tarde del viernes a causa de un infarto y a los 36 años de edad, coinciden en que era de esas personas a las que es fácil admirar por el profesionalismo con que se toman su trabajo y el humanismo con que saben llevar la vida.
“No lo digo porque ahora ya está fallecido, sino porque es cierto. Aarón era un buen muchacho, con grandes cualidades. No era perfecto, tenía errores como todos nosotros, pero sabía cómo comportarse”, cuenta el reconocido árbitro Jairo Mendoza.
Por su lado, Nemesio Porras, presidente de la Federación Nicaragüense de Beisbol Asociada (Feniba) y de la Comisión Nicaragüensede Beisbol Superior (CNBS), recuerda sobre Guillén que fue “un muchacho bueno, serio y tranquilo, muy profesional en todo lo que hacía y muy preocupado por sus compañeros, además de un líder entre los árbitros, sobre todo en el norte del país”.
Catalogado uno de los mejores
Según recuerda Nemesio, en el 2010, cuando por primera vez vino al país el especialista en arbitraje de beisbol, el boricua Jorge Bauza, para capacitar a un grupo de árbitros nicaragüenses, “Aaron Guillén fue el mejor calificado entre todos”.
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“Bauza nos dijo que Guillén era el mejor prospecto que tenía Nicaragua entre sus árbitros, que si seguía preparándose iba a ser muy reconocido”, cuenta Nemesio.
Asimismo, el secretario técnico de la Feniba y director técnico de la LBPN, Juan Diego Cubillo, recuerda lo que Bauza dijo sobre Aarón. “Lo impresionó tanto, que el especialista le recomendó que estudiara inglés, porque así se le abrirían puertas a nivel profesional fuera del país”.
Detalles obre su carrera
Cuenta el experimentado árbitro Jairo Mendoza, que Aarón Guillén salió de una capacitación para árbitros que el Instituto Nicaragüense de Deportes (IND) promovió en Ocotal, Nueva Segovia, su lugar de origen. “Recuerdo que esa fue la primera vez que hablé con él. Era un jovencito delgado, quizá pesaba unas noventa libras, pero tenía la cara de quien quiere hacer las bien las cosas”, dice Mendoza.
Guillén dedicó los últimos diez años de su vida al arbitraje en el Campeonato de Beisbol Superior, en la Liga de Beisbol Profesional Nacional (LBPN) y en eventos internacionales.
“Su proyección en el mundo del arbitraje fue rápida. Apenas un año después de su debut ya estaba trabajando en el home plate”, señala Mendoza, quien destaca de Guillén el hecho de que era aplicado, no fumaba y tampoco tomaba alcohol.
El talento de Aaron era tal que en el 2014 estuvo en la final de la Serie Latinoamericana que se realizó en Colombia, y fue escogido entre los mejores árbitros de dicho evento.
“Era un umpire muy bueno en cualquier base. Tenía buena zona y no se equivocaba mucho. Era de los que más estaban en home plate y solía trabajar en los juegos difíciles. Era muy enérgico, pero no se pasaba a la hora de una discusión. Tenía un balance en cuanto a su carácter, él sabía muy bien cuando amonestar, cuando castigar y cuando expulsar a alguien”, señala Nemesio Porras, sobre la personalidad de Aarón Guillén a la hora de estar uniformado en el terreno de juego.
Así era Aarón Guillen antes de que la muerte lo tomara por sorpresa este viernes.