Un problema con el técnico del Sporting y la desesperación por no dar el salto definitivo desbordó a Byron Bonilla. El granadino no la pasaba bien a lo interno del entonces club de la Liga de Ascenso costarricense y, frustrado por no ver un futuro claro en el futbol, decidió renunciar en 2019, el año en que su carrera cambió para siempre.
Puede interesarte: Byron Bonilla confiesa el verdadero motivo de su salida del Saprissa
“Cuando me fui para Grecia no salí de buena manera porque tenía un problema con (Randall) Row. Llamé al patrón (Jesús Quezada) y le dije pasó esto y esto. Déjemoslo así, le agradezco mucho por todo. Pienso ahora que tengo los papeles meterme a trabajar en la empresa que estaba antes porque me ofrecieron un buen puesto y voy a darle, es un buen futuro para mí, es algo más seguro”, confesó Bonilla en el programa Vis10n.
El seleccionado contó que Quezada no estaba en Costa Rica y una semana después de regresar se comunicó con él. “Me dijo tengo una opción: vas a jugar en Primera con Grecia. Prepárese, no tengo que decirle nada, sabe qué tiene que hacer. Entonces dije voy a darle otra vez. Voy a pulirme, voy con todo, voy a prepararme”.
Bonilla señaló que era un reto ser entrenado por Walter Centeno —entrenador de Grecia en ese momento—, y competir contra Allan Alemán, Álvaro Sánchez y Harry Rojas. “Eso me motivó, me dije que no era menos que ellos y podía estar a su nivel aunque no sería fácil. La luché y aquí estoy contando la historia”, apuntó el granadino, quien se dio a conocer y proyectar en el futbol costarricense llegando después al Saprissa y ahora al Cartaginés, su actual club.