La Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) solicitó por medio de una carta enviada este martes al papa Francisco que gestione una visita a Nicaragua, informó esa organización opositora este jueves en una nota de prensa. La misiva fue enviada a través del nuncio apostólico en Nicaragua, monseñor Waldemar Stanisław Sommerta.
“Por los antecedentes de represión y violación a los derechos humanos en que se inscribe el atentado terrorista contra la Iglesia Católica, por el desprecio a la fe del pueblo católico, por la amenaza y el terror que estos hechos infunden, la Unidad Nacional Azul y Blanco solicitó a su Santidad para que considere la posibilidad de gestionar ante el régimen de Nicaragua una próxima visita suya a este país, que significaría bálsamo, aliento y esperanza para nuestro sufrido pueblo”, expresa la nota de prensa.
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Félix Maradiaga, miembro del Consejo Político de la UNAB, explicó que en la carta le piden al papa que solicite la visita al régimen de Daniel Ortega, para que éste la permita.
“Creemos que una visita de su Santidad a Nicaragua sería como un bálsamo para un pueblo que está siendo reprimido, para el pueblo creyente y para todas las otras expresiones de la sociedad nicaragüense que desean una paz con libertad. Esperamos que esta solicitud pueda en algún momento materializarse”, dijo Maradiaga.
La UNAB también agradeció a su Santidad por sus palabras referidas al atentado que sufrió el pasado 31 de julio la catedral metropolitana de Managua y “por su pensamiento especial al pueblo de Nicaragua en su oración del ángelus de este domingo 2 de agosto”.
Esta solicitud de los opositores se da en momentos en que la Iglesia Católica es atacada por los simpatizantes del régimen de Daniel Ortega, a través de profanaciones de sus templos y amenazas a sus sacerdotes y obispos. El acto más grave ocurrido recientemente fue el ataque a la capilla de la Sangre de Cristo en la catedral de Managua, que fue incendiada por un hombre encapuchado, según los testigos.
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Sin embargo, la Policía Orteguista (PO) descartó mano criminal y ha ignorado el contexto de ataques a la Iglesia Católica, debido a su afinidad con el régimen de Ortega y su esposa, Rosario Murillo, que son los principales promotores de un mensaje de odio contra los líderes de la Iglesia Católica.
