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La leyenda de Rómulo y Remo y además

En algunos textos se menciona el día exacto de la fundación de Roma, la poderosa y gloriosa ciudad imperial de la antigüedad, la que desde la antigüedad fue llamada Ciudad Eterna y a partir de 1929 es sede de la Ciudad del Vaticano, donde está el corazón y la cabeza de la Iglesia católica mundial.

Roma habría sido fundada el 21 de abril del año 753 antes de Cristo y sus fundadores legendarios fueron Rómulo y Remo, hijos gemelos de la princesa Rhea Silvia. Esta a su vez era hija del rey de Alba Longa, Numitor. Por esa línea Rómulo y Remo descendían del príncipe troyano Eneas y de la diosa Afrodita. Además de que su padre fue Marte, dios de la guerra.

Según la leyenda Marte sedujo a Rhea Silvia, a pesar de que por las leyes divinas ella no podía tener relaciones sexuales, ni hijos, pues estaba consagrada al servicio religioso.

Rhea Silvia pudo ocultar su embarazo y alumbrar felizmente a sus hijos gemelos. Pero Amulio, quien había destronado a su hermano Numitor y usurpaba el trono de Alba Longa, descubrió que su sobrina había tenido un par de hijos y mandó a asesinar a los inocentes bebés.

Pero, tal vez por compasión, los encargados de ejecutar la siniestra orden de Amulio no mataron a los pequeños, los colocaron en una canasta y los dejaron abandonados a orillas del río Tíber. (Una historia igual a la del Antiguo Testamento, en la cual el tierno Moisés es dejado por su madre en las orillas de río Nilo, para salvarle la vida, y encontrado allí por la hija del Faraón que lo adopta y cría como a su propio hijo).

Las aguas del Tíber arrastraron a las criaturas recién nacidas, Rómulo y Remo, quienes milagrosamente no se ahogaron, y depositaron la canasta cerca de una colina llamada Palatino. Allí había una cueva que servía de guarida a una loba recién parida, a la que los vecinos del lugar llamaban Luperca, la que integró a los bebés a su camada y los amamantó como si fueran sus cachorros.

Pasado algún tiempo un pastor llamado Fáustulo encontró a los niños y los llevó a su casa, para que los criara su mujer que se llamaba Aca Larentia. Cuando llegaron a la mayoría de edad Rómulo y Remo supieron cuál era su origen, organizaron una conspiración para derrocar al tirano Amulio y restauraron en el trono de Alba Longa a su abuelo, Numitor.

Pero Rómulo y Remo no quisieron quedarse a vivir en Alba Longa, con su madre y su abuelo. Prefirieron ir a construir una nueva ciudad en el lugar donde Fáustulo, su padre adoptivo, los había encontrado.

Cuando apenas avanzaba la construcción de la nueva ciudad los dos hermanos pelearon entre ellos, llegaron inclusive a las armas y en el combate Rómulo mató a Remo. Y así aquella ciudad a la que los dioses le habían destinado un futuro grandioso, surgió con un derramamiento de sangre de hermanos.

Con la muerte de su hermano Rómulo quedó como amo y señor de la nueva ciudad, a la que puso el nombre de Roma en homenaje a sí mismo, aunque en otra versión sobre el origen de la legendaria ciudad, se dice que Roma fue llamada así, porque el nombre del río Tiber en en el antiguo lenguaje etrusco era Ruma, o Rumon.

Para poblar la recién creada ciudad Rómulo hizo de ella un refugio de esclavos fugitivos y de perseguidos de toda clase. Después organizó el rapto masivo de mujeres pertenecientes a la tribu de los sabinos, para que se unieran a los romanos y estos pudieran formar sus familias.

Y así, con el origen trágico de un crimen fratricida (Rómulo que mata a su hermano Remo), y de secuestro masivo e mujeres, surgió aquella ciudad que sería cuna de un poderoso imperio y una cultura universal. Una ciudad que fue endiosada por el emperador Octavio Augusto y por eso fue llamada Roma Dea y Roma Aeterna, por lo que hasta hoy se le conoce como la Ciudad Eterna.

Cabe aclarar que esta es una versión libre del origen de Roma, basada en textos diversos.

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