El régimen orteguista ha tratado de “vender” a la población que el crecimiento de un 14.1 por ciento de las exportaciones en el contexto de la pandemia de Covid-19 es un mérito gubernamental. Sin embargo, no dicen que se obtuvo a costa del deterioro de la calidad de vida de los nicaragüenses, quienes ahora consumen menos que antes, e incluso, la carne se ha convertido en un “producto de lujo”, expresó el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) destacó el crecimiento de las exportaciones de Nicaragua en un contexto adverso para el mundo, donde varios de los otros países reportaron retrocesos debido a las medidas de confinamientos implementadas para garantizar la salud de su población con la llegada de la pandemia Covid-19, no así, Nicaragua que se escudó en la protección de la economía sobre la vida misma.
Al conocer las cifras de la Cepal, el gobierno mandó al ministro de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, a exponer las bondades, según ellos, de su modelo económico. “Son extraordinarias noticias que muestran que nuestro modelo y las estrategias que estamos analizando desde el sistema de producción están dando resultados”, expresó el titular de esa cartera ante medios oficialistas, pero no se refirió a la caída de las recaudaciones fiscales y tampoco la pérdida del empleo.
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Pese a todos los llamados de especialistas para declarar una cuarentena y evitar un mayor impacto del SARS-CoV-2 en el país, el Ejecutivo mantuvo firme su posición que la actividad económica no podía detenerse. Aunque de todas formas, se ha visto duramente golpeada.
“El comandante Daniel nos ha dejado claro que el país debe seguir funcionando abierto con actividad económica para mantener la estabilidad y tener los recursos eficientes para atender el pilar sanitario, demanda de la población de tener continuidad y calidad en los servicios de salud y reforzar el esfuerzo general de la economía, pero sobre todo el tema de la producción”, expresó Acosta en coherencia con el discurso estatal, que oculta los números reales de enfermos y muertos por la Covid.
Según datos preliminares del Centro de Trámites de Exportaciones (Cetrex), que registra la intención de envíos, entre marzo y julio del corriente, es decir desde que la pandemia llegó a Nicaragua, se han percibido 1,320.73 millones de dólares, superior a los 1,208,45 millones de dólares en igual lapso del 2019, lo que implica un crecimiento de 9.29 por ciento.
En cuanto a volumen hubo un ligero aumento entre marzo y julio de este año cuando se enviaron al exterior 1,075.66 millones de kilogramos, superior a los 1,024.62 millones de kilogramos en similar periodo de referencia del año pasado. Es decir que en medio de la crisis sanitaria Nicaragua siguió exportando a mejor ritmo incluso que 2019.
Aguerri explicó en conferencia de prensa de este miércoles que las cifras de la Cepal se deben observar desde una perspectiva más amplia.“Estos resultados no son gracias a, sino a pesar de toda las medidas que las autoridades han aplicado en contra del sector productivo”, dijo. Explicó que las exportaciones solo se refieren a productos tradicionales, no así, las exportaciones de zona franca, que han mostrado un comportamiento negativo. Hasta mayo tuvieron un retroceso de menos -27 por ciento y a junio, fue de -23 por ciento.
En el documento Lineamientos de Política para la Formulación del Proyecto del Presupuesto General de la República 2021 y del Marco Presupuestario de Mediano Plazo 2021-2024, el régimen orteguista admite que las exportaciones de zona franca hasta mayo se redujeron 21.3 por ciento interanual, es decir, se dejaron de percibir 890.5 millones de dólares respecto a los 1, 132.2 millones a mayo de 2019. Prevén que en el corto plazo haya una mejora , “producto de la adaptación de la demanda en la coyuntura actual”.
Contracción del consumo interno y las importaciones
Además de las alzas del precio del oro los otros productos que están creciendo son los frijoles, carnes, queso, que paradójicamente han experimentado una baja en la demanda del mercado interno en concordancia con los raquíticos bolsillos de los consumidores nicaragüenses, que ahora viven con menos ingresos y menos trabajo.
Esas condiciones los han obligado a la reacomodación de su dieta. En este sentido, Aguerri explica, han tenido que utilizar los mercados internacionales para colocar dichos productos, que antes se consumían en los mercados internos. Es decir que los nicas compran menos por falta de liquidez.
Este comportamiento es lo que Aguerri denomina como la otra cara de la moneda: la caída de las importaciones, que de enero a mayo se han desplomado aproximadamente un 28 por ciento, cifra que es superior a la contracción que sufrieron en el mismo período de 2019, que fue de 21 por ciento. Esto demuestra que el consumo a lo interno del país se ha disminuido, y no solo impacta a los hogares, sino también a las empresas.
El régimen asegura que las importaciones de mercancías crecieron en el acumulado a marzo de 2020, pero disminuyeron a partir de abril, “alcanzando 1, 905.9 millones a mayo, lo que representó una reducción de 1.5 interanual. -a Marzo habían crecido 3.6 por ciento”. Desde su perspectiva estiman que las importaciones anuales de mercancías tengan un buen desempeño “superando levemente los niveles de 2019 a pesar del impacto de la pandemia”.