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Una encuesta para el autoengaño

Si Daniel Ortega y Rosario Murillo creyesen los resultados de la más reciente encuesta de M&R Consultores que afirma tener un sistema eficaz de monitoreo de la opinión pública denominado “SISMO”, estamos próximos a escuchar el anuncio de un adelanto de elecciones como en 1990 para aprovechar el espectacular momento por el que pasan y ganar así, de calle, en elecciones libres con observación internacional, la legitimidad incuestionable que tanto necesitan.

No hay donde enredarse porque la firma encuestadora afirma que en 1,600 muestras que realizaron “cara a cara” en julio, es decir, en plena pandemia, hay un margen de error de apenas 2.5 por ciento y un nivel de confianza del 95 por ciento. Pero ¿qué es lo que dice la encuesta que podría hacer pensar a Ortega y Murillo —contrario a todos los signos— que les conviene adelantar las elecciones para arrasar con la oposición en una medición justa y observada por la comunidad internacional?

Me he tomado el tiempo de analizar y resumir uno a uno los impresionantes resultados de la encuesta pero, para no aburrirlos, comenzaré por lo más importante, que es el final. Revela que para el 60.8 por ciento de los encuestados el actual gobierno es “un factor de unidad” y solo el 33.9 por ciento cree que divide a los nicaragüenses. Cuestionados sobre si el gobierno del presidente Ortega genera esperanza o desesperanza, un 61 por ciento respondió que genera esperanza y un 37.3 por ciento desesperanza. Cuestionados sobre la aprobación de la gestión de gobierno, un 62.6 por ciento respondió que la aprueba y solo un 28.9 por ciento que la desaprueba; pero en el contexto de esta misma pregunta sucede algo aún más inverosímil: del 10.2 por ciento de los encuestados que se declararon opositores al régimen, un 16 por ciento aprobó la gestión de Ortega y de un 39.5 por ciento que se declararon “independientes”, un 39.1 por ciento aprobaron la gestión de Ortega.

La conclusión a que podría llevar semejante “descubrimiento” que ha hecho la firma M&R en esta última encuesta (todas muy favorables al régimen), es que a Ortega le conviene lanzarse ya, porque cuenta con un apoyo a su gestión del 10 por ciento entre los que se proclaman “opositores” y un 39 por ciento entre los que se proclaman “independientes”.

Pero hay más: cuando a los entrevistados seleccionados se les pregunta por su opinión sobre el actuar de la oposición, el 56.6 por ciento responde que mala o pésima y tan solo un 21.5 por ciento que excelente o buena. Siempre leyendo la encuesta de atrás para adelante, nos encontramos con otra belleza que quizás explica algunas inverosímiles respuestas. Cuestionados por su simpatía política, el 50.3 por ciento afirmó que simpatizan con el FSLN y tan solo un 10.2 por ciento, que simpatizan con la oposición. Otra razón para adelantar las elecciones a lo inmediato.

En la lectura inversa de los resultados, las sorpresas continúan y quizás explican la razón de otras. Le preguntan a los encuestados que si Nicaragua debe retomar el rumbo que traía hasta el 18 de abril del 2018, y bingo: el 80 por ciento dijo estar de acuerdo y apenas un 15.5 por ciento en desacuerdo.

Pero hay otra pregunta clave, un poco antes que revelan algunas características de la muestra, le preguntaron a los 1,600 encuestados sobre lo que ellos consideran que es lo más importante en la democracia y tan solo un 30.9 por ciento respondió “que existan elecciones y que el gobierno cambie cada cierto tiempo”. En cambio, un 66.5 por ciento respondió “que el pueblo pueda acceder a oportunidades, como salud, educación, vivienda y programas sociales.

Sobre la opinión de la Policía, el 63.2 por ciento respondió que es muy profesional o profesional y solo el 35.9 por ciento que es poco o nada profesional. 61 por ciento calificaron su trabajo como bueno o muy bueno y un 33 por ciento como malo o muy malo.

Unas reflexiones finales: ¿si esta encuesta no tiene el fin de “orientar” a quienes ejercen el poder, cuál es el propósito del autoengaño que tiene un margen de error de 2.5 por ciento y un nivel de confianza del 95 por ciento? Si el régimen Ortega Murillo no cree en los resultados de esta encuesta, sería indicativo de que el autoengaño está destinado a las bases, a los que llenan las plazas que son cada vez menos, con un 100 por ciento de confianza.

El autor es periodista, exministro y exdiputado.

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