Alrededor de 200 nicaragüenses que se encontraban desde la mañana de este jueves en la provincia de Albrook, Panamá -con el objetivo de salir de ese país, atravesar Costa Rica y llegar a su destino final, Nicaragua – fueron retirados del lugar por las autoridades del Servicio de Migración porque el gobierno de Nicaragua aún no había autorizado su ingreso, pese a que estos cumplían con los requisitos solicitados por el Ministerio de Salud.
Los connacionales se movilizaron hacia esa zona porque aseguran que cumplen con el requisito de tener la prueba negativa del Covid-19 para ingresar a Nicaragua, sin embargo el Ministerio de Seguridad Pública de Panamá señaló a través de un comunicado que el único procedimiento para salir del país es por medio de la Embajada, que le informará la fecha de la salida.
“El único procedimiento válido para la salida de Panamá, por razones humanitarias, es a través de las respectivas representaciones diplomáticas (Embajada o Consulado), donde debe iniciar todo el proceso de solicitud de salida”, dicta el breve comunicado de la institución.
LA PRENSA se comunicó con el Servicio Nacional de Migración quienes respondieron únicamente que los nicaragüenses no están autorizado para salir del país. La institución trasladó a las personas a los diferentes distritos. Entre el grupo se encontraban de la tercera edad, embarazadas, niños y bebés.
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El pasado 4 de agosto, las autoridades de Migración de Panamá anunciaron que había concluido la salida de 1,030 nicaragüenses, que se encontraban varados en la provincia de Chiriquí, como parte de un acuerdo tripartito entre Nicaragua, Costa Rica y Panamá en momentos de la pandemia del Covid-19.
“Queremos regresar a nuestra tierra”
“No tenemos una economía estable acá por eso queremos regresar. Le hago un llamado al presidente Daniel Ortega y Rosario Murillo por favor déjenos entrar, somos nicaragüenses, queremos regresar a nuestra tierra, aquí no tenemos qué comer y no tenemos nada que hacer aquí”, dijo una de las afectadas al medio panameño Click de Noticias.
Por su parte, el señor Jairo Campusano manejaba que lo que detenía la movilización era una carta que tiene que enviar Nicaragua a Panamá para dejarlos ir, porque los resultados de la prueba para detectar el Covid-19 ya lo tiene todo el grupo, y les preocupa que se cumplan las 72 horas que se necesita para que el documento tenga validez. Este es el principal requisito que impuso el régimen de Daniel Ortega para que los migrantes nicaragüenses puedan entrar al país, por lo que los afectados no comprenden porqué hay trabas.
Para poder contar con el resultado del test, las personas se vieron obligadas a vender sus cosas personales para pagar entre 155 y 60 dólares por la prueba. “Nosotros estamos haciendo las cosas correctas, porque se hizo como ellos (Nicaragua) lo habían pedido”, dijo Campusano.
De acuerdo a los afectados, el viaje se había previsto para este jueves a las 7:00 de la mañana y todo estaba “listo”, incluyendo los gastos del recorrido hasta Nicaragua. Otra fuente compartió al medio panameño que el retorno a Nicaragua estaba planeado desde hace dos meses pero las autoridades de Migración le contestaron que primeramente tenía que entrar el grupo de nicaragüenses que se encontraban varados en Chiriquí.
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Los casi 200 connacionales estaban esperanzados de que el Gobierno de Nicaragua los dejara entrar porque cuentan con los resultados negativos del Covid-19. Sin embargo, el régimen de Ortega se ha mostrado indolente a la situación migratoria de los nicaragüenses, que llevó recientemente a sufrir una crisis humanitaria en Peñas Blancas, frontera con Costa Rica, donde más de 300 personas estuvieron por más de 10 días en precarias condiciones. El grupo de ciudadanos pudo ingresar al país luego que un organismo costarricense se solidariza con la situación y donara pruebas de PCR.