No hubo tradicional grito de “¡¿Quién causa tanta Alegría?!” desde el atrio de la Catedral de León, pero sí una misa íntima, solemne, con los feligreses a más de un metro de distancia entre sí y con mascarillas todos. Fue así como Monseñor René Sándigo ofició la celebración de la Asunción de María, festividad religiosa que cada 14 de agosto los leoneses celebran y que popularmente es llamada “gritería chiquita”. Por la emergencia sanitaria de la pandemia por el nuevo coronavirus, se trató de una “Gritería de Penitencial”.
La presencia de altares fue notablemente menor este año, y en su mayoría los feligreses que rindieron honor adornando un nicho para la imagen de la virgen, cumplieron la penitencia a la que llamó la iglesia: sin gorra y sin aglomeraciones. La decisión de la iglesia católica de cancelar su tradicional grito y la algarabía entorno a sus altares, fue para mantener las medidas de seguridad entre los feligreses.
El llamado del obispo Sócrates René Sándigo es para que la tradición mariana “sea lo más posible en un ambiente familiar”, según declaró este jueves en una vigilia celebrada en Catedral de León. La mayoría de católicos pareció acatar su llamado. No hubo grupos nutridos de gente moviéndose de un punto a otro gritándole a la imagen de la virgen porque en la mayoría de los hogares católicos que celebraron lo hicieron en la intimidad de sus salas.
La conmemoración oficial a la imagen mariana se adelantó a las 5:00 de la tarde, cuando habitualmente era a las 6:00 de la tarde, y sólo un número reducido de personas participaron del tradicional grito de “¡¿Quién causa tanta Alegría?!” en el interior de la Catedral de León. La excepción de la regla fue la iglesia San Sebastián donde llamó la atención no solo que estuviera abierta, sino que estuvieran repartiendo gorra a los pocos que salieron a las calles a cantar.
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Sin altares del Gobierno
La pandemia del nuevo coronavirus parece haber doblegado también a las autoridades municipales en su intento por aglomerar ciudadanos, a pesar de exponerlos en actividades oficialistas. El obispo Sándigo informó que los dirigentes de la municipalidad no colocarían altares en la plaza central de la ciudad, y así fue.
Hasta el año pasado las delegaciones de instituciones estatales colocaban un altar a la Virgen María en la plaza Juan José Quezada, conocida como parque central, pero en esta ocasión no había ninguno. Solo unos pocos vendedores se mantuvieron en la plaza a la espera visitantes en la tarde lluviosa. “Qué bueno, para no hacer focos de contagio”, expresó monseñor Sándigo sobre la decisión de la municipalidad.
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Camilo Báez, hijo de la diputada sandinista de León, Gladys Báez, arremetió contra la Iglesia católica de Nicaragua al conocer su decisión sobre la forma de celebrar a la Virgen este año. Báez, quien es señalado por dirigir turbas del Frente Sandinista en la ciudad de León desde el 2018, expresó en una transmisión en su red social que “ningún obispo les dirá cómo celebrar las tradiciones” y aseguró se tomarían las calles de la ciudad.
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