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LA PRENSA/ARCHIVO

Tres amenazas que ciernen sobre el brillante comportamiento de las exportaciones de Nicaragua

Las exportaciones de Nicaragua se han visto favorecidas por mejores precios a nivel internacional, pero el mercado de los alimentos está amenazado por tres riesgos, según un análisis de técnicos del Banco Mundial.

En el segundo semestre de este año es posible que Nicaragua deje de beneficiarse de precios internacionales relativamente altos, razón principal de por qué los ingresos por exportaciones hacia el exterior han crecido más de dos dígitos en la primera mitad del periodo en curso.

Una producción mundial abundante de granos y semillas, conjugada con bajos precios de la energía, han aumentado el riesgo de que los precios de los alimentos en los mercados internacionales entren en una fase de descenso y en el mejor de los escenarios se mantengan estables, según proyecciones de especialistas del Banco Mundial.

Será hasta el 2021 cuando posiblemente haya mejores ofertas de precio, pero todo dependerá de cómo evolucione la economía mundial en un contexto pospandémico.

“La evaluación mundial de la próxima temporada, que comienza en septiembre de 2020, apunta a suministros abundantes. Según la actualización de mayo del Departamento de Agricultura de EE. UU., la producción mundial de los tres cereales principales —trigo, maíz y arroz— aumentará un 3.6 por ciento en la presente temporada de cultivo (septiembre de 2020 a agosto de 2021)”, explican John Baffes  e Ipek Ceylan Oymak, especialistas del Banco Mundial, en un análisis titulado: Precios de los productos básicos alimenticios: perspectivas y riesgos posteriores al coronavirus.

Y aunque los especialistas esperan que el consumo en esta segunda mitad del año mejore su ritmo, los excesivos inventarios que se han creado a raíz de los confinamientos mantienen un desequilibrio entre la oferta y la demanda, lo que al final impacta en los precios.
El escenario inmediato para los precios “es complicado” y “existen numerosos riesgos derivados de la recesión económica mundial debido a la pandemia del coronavirus: la trayectoria de los precios de la energía, el consumo futuro de biocombustibles, las fluctuaciones monetarias, las políticas comerciales y de asistencia interna, y las posibles interrupciones en las cadenas de suministro”.

El mayor temor es que la histórica caída de precio de la energía debido a la crisis sanitaria afecte a los mercados de productos básicos alimenticios, conjugado con un abaratamiento de los fertilizantes.

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Al respecto los especialistas del Banco Mundial explican: “La energía es un insumo clave para el cultivo de los granos y las semillas oleaginosas, y afecta la producción de manera directa a través de los costos del combustible e indirectamente mediante los fertilizantes y otros insumos químicos. Una debilidad prolongada de los precios de la energía y de los fertilizantes podría deprimir los precios de los productos básicos alimentarios, especialmente los granos y las semillas oleaginosas”.

Energía excesivamente barata impacta

Tal es el abaratamiento de la energía, que según el BM esta será en promedio 45 por ciento más barata comparada con el 2019. Y en el caso de los fertilizantes estos caerán un diez por ciento, aunque se espera que mejoren ligeramente en el 2021, especialmente el primero.

De hecho el miércoles la Agencia Internacional de Energía (AIE) el miércoles recortó las estimaciones de demanda mundial de crudo en el 2020 a raíz de la persistente fragilidad del sector transporte, especialmente aéreo, por la crisis sanitaria.

“China, que fue un motor para los mercados petroleros durante la pandemia, podría bajar sus importaciones porque los stocks siguen en aumento a niveles récord. Eso ocurre en momentos en que la producción de la OPEP sube”, dijo a la AFP Paola Rodriguez-Masiu, de Rystad.

Pero además del descenso del crudo, a los especialistas del Banco Mundial también les inquieta la posibilidad de que una menor demanda de biocombustibles —precisamente por las restricciones de viajes en el mundo— empuje a la baja los precios de los alimentos, aunque disminuya la producción de este tipo de combustible.

“Según la rigurosidad de las restricciones para viajar, la disminución en el consumo de biocombustibles podría ejercer una mayor presión a la baja sobre algunos productos básicos alimenticios, en particular el maíz, los aceites comestibles y el azúcar”, precisan los especialistas.

La situación se ve empeorada por el sombrío futuro de los indicadores macroeconómicos, especialmente el fortalecimiento del dólar estadounidense que suele deprimir los precios de los productos básicos. “De hecho, la debilidad de los precios de algunos productos básicos durante el primer trimestre de 2020 puede atribuirse, en parte, a un dólar más fuerte”, indican los funcionarios del BM.

Al respecto, los técnicos mencionan que cada vez que el dólar se valora diez por ciento, los precios de productos básicos que se comercializan en los mercados internacionales caen cinco por ciento.

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Afectación de la logística

Otro factor de riesgo y que aumentan la posibilidad de que los precios desciendan son las interrupciones en las cadenas de suministro como resultado de la pandemia .

“Un riesgo más importante proviene de posibles interrupciones en el suministro de insumos clave (por ejemplo, los productos químicos, los fertilizantes y las semillas) y de mano de obra que podrían afectar negativamente la cosecha de la próxima temporada”, señalan los especialistas del Banco Mundial.

De hecho, según el último reporte de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), la carne bovina y el oro en bruto en Nicaragua han visto afectado su canal de distribución y de logística en estos tiempos de pandemia, pero aún así estos han logrado buscar otras vías alternas y por tanto las perspectivas son positivas.

En el caso de la carne de bovino, Funides menciona que debido al cierre de empacadoras en Estados Unidos, por el coronavirus, la producción local se vio afectada y eso ocasionó que rápidamente los exportadores nicaragüenses buscaran otros canales de colocación, como los supermercados. Esto implicó también reajustar los cortes de carne a la demanda de estos canales de venta.

Ese rápido acomodamiento de las nuevas circunstancias es lo que hace pensar a Funides que este año los ingresos por exportaciones de carne de bovino ascenderán a 593.1 millones de dólares y los precios se mantendrán estables.

El oro en bruto también experimentó dificultades, pero principalmente en cuanto a obtención de insumos desde el exterior hacia las plantas mineras locales. De ahí es que entre el 60 y 70 por ciento de la producción nacional estuvo paralizada por al menos dos meses, revela Funides.

Pero esa dificultad fue contrarrestada por el aumento significativo de precios obtenidos en los mercados internacionales: 27.5 por ciento, que hicieron frente a una contracción en mayo de los envíos de 30.5 por ciento en mayo. Ya en junio el sector empezó a reactivar su producción a medida que a nivel mundial se relajan un poco las restricciones.

De ahí es que el centro de pensamiento espera que este rubro cierre el año con un aumento en ingresos de 18.3 por ciento respecto a 2019. Las exportaciones en valores sumarían 591.3 millones de dólares.

Los especialistas del Banco Mundial indican “que las restricciones para viajar ya han afectado a numerosos mercados de productos básicos, especialmente los de las frutas, las verduras y las flores”.

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También  el café nica

El café, uno de los principales productos de exportación de Nicaragua, también se vio en aprietos. Fuertes temores de posibles cierres de fronteras ocasionó que los exportadores apuraran la salida de sus envíos en mayo y existen temores respecto a la recuperación de la economía de Estados Unidos y el impacto del invierno en las siembras.

Funides cree que este producto finalizará el año con un aumento del cinco por ciento y aportará al país 483.2 millones de dólares.

Economía Banco Mundial exportaciones Funides Nicaragua archivo

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