Aunque las lluvias se han debilitado en la Costa Caribe Norte del país y los caudales de los ríos poco a poco vuelven a la normalidad, las afectaciones en Bilwi y comunidades indígenas asentadas en los alrededores del río Coco, Bambana y Prinzapolka, persisten sin que los pobladores tengan alguna respuesta de parte de las autoridades regionales ni centrales. En medio de un territorio inundado, no avizoran solución de parte del gobierno.
Según Nancy Henríquez, presidenta del partido indígena Yatama, las precipitaciones han destrozado la agricultura y la fauna de las comunidades. “Es lamentable que ante esta situación el Estado no dé respuesta. La preocupación más grande es que nuestra gente ya está pasando hambre, lo han perdido todo y preocupa que hay un silencio total de las autoridades competentes”, denuncia Henríquez.
Las precipitaciones iniciaron el fin de semana pasado pero los habitantes de la zona aclararon a LA PRENSA que fue el aguacero del viernes el que finalmente desbordó los ríos que al salirse de su cauce, arrasaron con los cultivos, animales de granja y silvestres, para luego dejar anegadas las viviendas de la zona. En medio de la tormenta, hubo incluso un tornado que botó cerca de 18 techos de viviendas y árboles. La lluvia cesa pero la destrucción quedó.
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Por su parte, José Medrano Coleman, joven indígena de la zona, informó que son al menos 39 comunidades con afectaciones, de las cuales 18 son del territorio Li Aubra y 21 de Li Lamni. “Las más afectadas son las comunidades de Kiwastara, Andris, Klampa, Boom, Sawa, Urang, Sih, Neblina, Livinkrik, Utla Mahta y Planhkira. Están ubicadas en la cuenca baja del río Coco” explica. Los pobladores ahí reportan que además de las plantaciones, se perdieron algunos caballos, cerdos y vacas, todos parte de sus medios de subsistencia, por lo que la preocupación de comunitarios se divide entre la su seguridad material y la seguridad alimentaria.
El eterno olvido de las autoridades
George Henríquez Cayasso, activista de Derechos Humanos en el Caribe Sur, está al tanto lo que pasa en Bilwi y las comunidades aledañas, desde donde le reportan que “el cielo está cerrado en agua” en la Costa Caribe. George, escucha sus reportes, quejas y preocupaciones, por eso critica la ausencia del Estado para atender la situación y presentar medidas de mitigación en una zona que todos los años es azotada por las lluvias invernales.
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“Hay zonas inundadas (en las) que no se puede pasar y no contamos con una ambulancia acuática, no contamos con un helicóptero de emergencia, no contamos con los medios de transporte para meterse a esa zona y ver en tiempo real los daños. Esto es parte del abandono sistemático por parte del Estado”, denunció Henríquez Cayasso, quien acusó que este descuido negligente puede ser parte de una estrategia para que los nativos migren a la zona urbana y así avance la frontera agrícola.