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Zona de Strikes: ¿Qué fue lo que más afectó a los Dantos?

El Bóer le ganó a los Dantos con toda claridad, pero ni el picheo del Bóer era tan fiero, ni el bateo de los Dantos tan iútil como se vio

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No sé qué piense usted, pero ni el picheo del Bóer era tan fiero, ni el bateo de los Dantos tan inútil. Y sin embargo, fue claro el contraste que se observó en la recién concluida Final del Pomares, ganada por los Indios en seis dramáticas batallas en Managua.

El Bóer sacó provecho de dos presentaciones sólidas de Juan Bermúdez, una de Luis Castellón y otra de Róger Marín, para imponerse a un equipo que había logrado un dominio casi absoluto sobre los Indios en cualquier etapa de la temporada y más aún en Finales.

El staff que agrupó el Bóer mostró buenos lanzadores. Tienen experiencia y recursos. De eso no hay duda. De manera que no hay razones para asustarse por lo que hicieron. Sin embargo, no dejó de llamar la atención lo poco efectivo que hicieron ver a los Dantos en varios momentos.

Mi punto es: buenos lanzadores sacaron provecho de un conjunto que se desajustó y que no tuvo una respuesta antes de la conclusión de la serie y que debió admitir su inhabilidad contra tiradores que fueron de menos a más en la propia serie Final.

¿Usted cree, por ejemplo, que Sandy Bermúdez es tan malo como lució en la Final? No, no lo es. Y sin embargo, el nivel de desajustes llegó a tal extremo que en un momento sentarlo pareció ser lo más sensato y lo sentaron para que no luciera peor.

El caso de Bermúdez llegó a un punto, que incluso los psicólogos de los Dantos no supieron que decirle para orientarlo en medio de su desplome. Y no se olvide que estamos hablando del líder de bateo, de uno de los jugadores de mayor crecimiento a nivel nacional.

Pero estos bajones pasan. Lo vivieron Ted Williams y Dave Winfield, también José Canseco y Alex Rodríguez. Nadie está exento de los slumps. Y el problema es que llegan y desajustan la mente y luego la mecánica y te hacen lucir anulado, como a Bermúdez.

Sin embargo, no solo Sandy se vio mal. El chontaleño terminó con .000 (12-0 y 6K), al igual que Ronald Garth, .000 (12-0); William Rayo, .053 (19-1); Luis Sequeira , .158 (19-3); Mike Loáisiga, .188 (16-3) y Henry Burton, .200 (20-4).

Incluso, bateadores de calibre y seleccionados nacionales como Benjamín Alegría (.250) y Ofilio Castro (.263) volaron muy bajo. Así no se podía ganar por mucha magia que pudiera tener Stanley Loáisiga. Ese equipo se cayó y los Indios crecieron.

El Bóer ganó sin objeciones. De eso no quedó dudas. Pero además de su notable trabajo, la caída de los Dantos también resultó decisiva para sellar su ascenso a la cima del beisbol nacional tras un ayuno de seis años que parecía mucho más prolongado.

El Bóer lanzó para 1.84 en 44 innings durante la Final, los Dantos lo hicieron para 4.09. La tribu bateó .262 de forma colectiva, los Dantos .197. De modo que no hay más que discutir. Los Indios fueron mejores. Lo que no creo, sin embargo, es que los Dantos sean tan malos como lucieron.

Edgard Rodríguez en Twitter: @EdgardR

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