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Benjamín Alegría es uno de los peloteros jóvenes con mayor proyección de más talento en los Dantos. Oscar Navarrete/ LA PRENSA.

El jugador que pasó de ser un lanzador más valioso a uno de los mejores bateadores del país

Es uno de los estelares en la alineación de los Dantos y León acaba de protegerlo para la venidera Liga Profesional

De niño, Benjamín Alegría tuvo un primer amor pasajero con el beisbol, pero realmente llegó a enamorarse más del futbol y soñaba con ser igual al portugués Cristiano Ronaldo. Sin embargo, siendo adolescente, volteó su mirada al beisbol y logró un premio de Jugador Más Valioso como lanzador. Firmó como bateador, se ilusionó y volvió a tocar el piso. Ahora que ha madurado a pesar de sus 23 años, se siente en plenitud de condiciones, es considerado uno de los mejores bateadores del país y uno de los protegidos de León para la Profesional.

¿Cuál es tu primer recuerdo vinculado al beisbol?
Yo empecé siguiendo los pasos de mi hermano Kenny y siendo instruido por mi padre, Francisco Alegría. Recuerdo que empecé a jugar a los ocho años.

¿Qué fue lo que te atrapó del beisbol?
En ese primer momento fue como un amor pasajero, porque después me gustaba más el futbol y pasaba todo el tiempo jugando en las calles, hasta quería ser como Cristiano Ronaldo.

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¿Cuándo es que volvés tu mirada al beisbol?
A los 12 años, a esa edad ya lo tomé más en serio, siempre bajo las enseñanzas y la motivación de mi padre.

Como niño futbolista admirabas a Cristiano Ronaldo, ¿y como niño beisbolista a quien admirabas?
Siempre anhelé ser como Derek Jeter y hasta hoy lo sigo admirando. Miraba mucho los videos de sus jugadas y también quería hacerlas.

¿Cuál fue tu mayor logro de niño jugando beisbol?
En mi primera participación en un Campeonato Nacional juvenil, hace aproximadamente 12 años, fui premiado como uno de los jugadores más valiosos. Para entonces yo era lanzador y obtuve tres victorias con una buena efectividad. Fue ahí cuando decidí que iba a dedicarme al beisbol.

¿Cómo fue que se dio el cambio a ser bateador?
De niño yo era pícher y también bateador, pero como a esa edad uno no sabe muchas cosas, creía que de adulto iba a seguir siendo igual. Hasta que un día le pregunté a mi papá por qué en los juegos de los mayores no miraba batear a los pícheres. Él me dijo que no estaba permitido, que su función era solo tirar. Así que desde ese momento decidí que no iba a ser un pícher, sino bateador. Es lo que más me gusta. E mismo día le dije que soñaba con ser short stop.

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A lo largo de tu carrera, ¿quién ha sido tu mayor influencia?
El más importante ha sido mi papá. Todo lo que necesité para convertirme en beisbolista lo aprendí de él, hasta la disciplina y la perseverancia. Después me ayudó mucho Wilfredo Blanco, el busca talento que fue una bendición para mí.

¿Cómo das el salto al beisbol de Primera División?
Llegué como a los 16 años. Recuerdo que estaba en la Escuela de Sargentos y jugaba con el equipo juvenil. Llegó el momento en el que hicieron la convocatoria para que nos fuéramos a probar y ver si hacíamos el equipo para el Pomares, entonces fui y gracias a Dios me dieron una oportunidad que hasta ahora considero sigo aprovechando.

Te firmaron los Rojos de Cincinnati, ¿Qué pasó que no lograste establecerte con ellos?
Realmente no lo sé, porque yo creo que mis números con ellos no fueron malos. Bateé para .301 en mi primer año (2015) y para .259 en el segundo, habiendo jugado casi todos los partidos de la Liga de Verano de Dominicana. El asunto es que hay muchos jugadores con demasiado talento y que también fueron firmados por bonos más altos que uno, entonces hay como cierta preferencia.

¿Cómo te diste cuenta de tu salida de la organización?
Yo estaba en México, en el Mundial sub-23. Recuerdo que recibí la llamada y mi hermano Kenny estaba junto a mí. Sentí dolor porque uno jamás quisiera recibir esa noticia, pero así es el beisbol. Mi hermano en ese momento me dio palabras de ánimo y no tuve más opción que recuperar la motivación y salir a darlo todo con la selección.

Ahora estás convertido en uno de los mejores bateadores del país, ¿cómo lo has conseguido?
Yo creo que la clave es la perseverancia y la disciplina. Mantenerme enfocado a pesar de todo también me ha funcionado. Además, el trabajo extra es importante. Después de las prácticas con los equipos, yo entreno horas y horas en la jaula de bateo de mi casa. Ahorita por ejemplo, hace dos semanas que terminó el Pomares, yo me tomé unos días de descanso, pero ya estoy nuevamente preparándome en el IND por las tardes.

¿Considerás que defensivamente necesitás hacer ajustes?
Yo estoy consciente que en mi defensiva hay unas fisuras que debo arreglar. Precisamente estoy enfocado en superar mis debilidades como short stop. Estoy claro de que no lo sé todo, aún estoy aprendiendo y sigo mejorando. Hay mucho en qué trabajar y en eso he enfocado mi plan de trabajo previo al inicio de la Liga Profesional.

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