Michelle Bachelet, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, manifestó este jueves que el diferendo en la Organización de Estados Americanos (OEA) entre la Secretaría General de ese organismo y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) “es una situación muy perjudicial que corre el riesgo de minar la independencia y la probada eficacia de la CIDH”.
El conflicto entre esas instancias se debe a que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, se niega a renovarle el contrato de secretario ejecutivo de la CIDH a Paulo Abrão, el cual venció el pasado 15 de agosto, pero la CIDH quiere mantenerlo por unanimidad.
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Bachelet llamó a la OEA “a tomar medidas inmediatas que pongan fin a su impasse con la CIDH respecto a la dirección ejecutiva de la Comisión, subrayando la importancia de garantizar que la reconocida independencia, autonomía y eficacia de la CIDH no se vean minadas”.
La alta comisionada de la ONU elogió el trabajo de la CIDH, manifestando que “es un órgano imparcial muy eficaz y de gran confianza, cuya labor es sumamente apreciada”.
“Ha proporcionado un recurso vital a las víctimas de violaciones de los derechos humanos en las Américas y ha desempeñado un papel importante en la promoción de los derechos de los grupos vulnerables. Su robusto papel, así como el de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, han hecho estos órganos impopulares para ciertos gobiernos en varios momentos de su historia”, agregó la alta comisionada.
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Asimismo la alta comisionada señaló que en los últimos años su propia Oficina ha estado gradualmente fortaleciendo su relación con la CIDH, y afirmó que “la misma seguía contando con el pleno apoyo de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas”.
La situación, dijo, “también está causando daños a la reputación de la OEA, así que espero que el asunto pueda resolverse pronto. Esto no debería tratarse de una cuestión de reputación personal, ni de lealtades políticas ni de pérdida de prestigio. Esto debería ser sobre cómo trabajar para proteger los derechos humanos de cientos de millones de personas en todas las Américas en un momento de crisis masiva”.
El mandato del actual secretario ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrão, expiró oficialmente el 15 de agosto, después de que el secretario general de la OEA declinó renovarlo por cuatro años más, tal y como fue solicitado unánimemente por los siete Comisionados de la CIDH el pasado mes de enero. El argumento de Almagro es que Abrão está siendo investigado por “decenas de denuncias” administrativas, que supuestamente incluyen “acoso laboral”.
Apoyo a la CIDH
En medio de la controversia decisión del secretario general de la OEA, Luis Almagro, de no renovar el contrato de Paulo Abrão, numerosas organizaciones locales e internacionales, han manifestado su apoyo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Este jueves, expresidentes y exdirectivos de la CIDH enviaron una carta al secretario general de la OEA “sobre necesidad de respetar la autonomía de la CIDH y la decisión de ésta de renovar el mandato del Secretario Ejecutivo, PauloAbrao.”No hacerlo sería gravísimo retroceso para rol CIDH en protección de derechos humanos en las Américas”.
Expresident@s y exdirectiv@s @CIDH enviamos hoy carta a @Almagro_OEA2015 sobre necesidad de respetar autonomía CIDH y decisión de esta de renovar mandato de Secretario Ejecutivo @PauloAbrao. No hacerlo sería gravísimo retroceso para rol CIDH en protección ddhh en las Américas. pic.twitter.com/MZvNBOm871
— UN Special Rapporteur Migration Felipe González M (@UNSR_Migration) August 27, 2020
La organización Nicaragüenses en el Mundo (NEEM) también expresaron su reconocimiento y gratitud a la labor de la CIDH en Nicaragua, “especialmente a la Relatora para Nicaragua Antonia Urrejola Noguera y al Secretario Ejecutivo Paulo Abrao, por su valiente defensa de los derechos humanos del pueblo de Nicaragua, desde el comienzo de la grave crisis desatada en nuestro país en abril de 2018 hasta el presente, ante las violaciones sistemáticas y constantes llevadas a cabo por el régimen dictatorial de Daniel Ortega y Rosario Murillo”.