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Yanquis golpeados por lesiones y anemia ofensiva

Los Yanquis arrancaron a todo vapor, pero las lesiones han regresado a un equipo que tuvo 33 jugadores lastimados en el 2019

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¿Hay algo peor en un día que ser barridos en un doble juego? Es difícil, más cuando te derrotan a pesar de tener a tus dos mejores brazos sobre el montículo y ver a tu ofensiva reducida a solo dos carreras en 14 entradas.

Eso le pasó a los Yanquis el miércoles contra los Bravos, quienes no repararon en Gerrit Cole ni en Masahiro Tanaka para imponerse. Sin embargo, lo peor para los neoyorquinos pudo haber sido perder a su estelar bateador Aaron Judge, justo en el primer partido de su regreso de la lista de lesionados.

Judge es la gran figura en un equipo que tiene su fundamento en el ataque. Además estaba en medio de un gran despegue: .292, nueve jonrones y 20 remolques en sus primeros 17 juegos, antes de sufrir una primera dificultad que lo sacó de acción.

No obstante, Judge volvió a experimentar rigidez en la pantorrilla derecha y la lista de lesionados podría ser su próxima parada, aunque los Yanquis desean que no sea así, dada su gran necesidad.

La estructura del plantel se ha resentido y no solo por la salida de Judge, sino porque antes que él se afectara de nuevo, ya había ocho jugadores fuera, para elevar a 13 los lesionados este año.

Eso no es un nuevo en un plantel que tuvo 33 diferentes peloteros lastimados en 2019 y que incluso reemplazó a su trainer anterior y contrató en su lugar a Eric Cressey para frenar tantas lesiones.

James Paxton, DJ LeMahieu, Gleyber Torres, Zack Britton, Giancarlo Stanton, Kyle Higasioka, Luis Avilán y Judge, más Tommy Kahnle y Luis Severino, quienes no vuelven esta campaña, están fuera.

Y si a eso se le agrega que el bateo se ha trabado con averages como los de Aaron Hicks (.192), Brett Gardner (.172), Gary Sánchez (.139), Miguel Andújar (.160), Tyler Wade (.185) y Gio Urshela (.241).

Solo Luke Voit, quien batea .300 y ha disparado 11 jonrones, ha escapado a la anemia ofensiva, de la cual tampoco parece verse afectado de momento el chavalo Clint Frazier.

“Perder apesta, tenemos que jugar mejor”, dijo el mánager Aaron Boone, tras la segunda caída ante los Bravos el miércoles que hizo llegar a cinco la seguidilla de derrotas, así que urge un giro.

Y lo que viene no es fácil. Los Yanquis deben jugar 22 partidos en 18 días. Es más, van para un fin de semana de cinco desafíos en tres días ante los Mets, mientras los Rays se alistan para volver.

No es para hacer drama, pero no hay que olvidar que esta temporada es a 60 juegos y que muchos equipos ya han realizado la mitad de los partidos, de modo que hay poco tiempo para reaccionar.

Los Yanquis (16-11) van a un fin de semana que podría dar una idea más clara de lo que les espera y su misión es reaccionar a pesar de lo golpeado que está el equipo por lesiones y anemia ofensiva.

No es que haya peligro a la vista, pero es mejor girar ya antes que sea demasiado tarde en medio de una temporada de altas expectativas, tras la llegada de Gerrit Cole y la madurez del club en general.

Edgard Rodríguez está en Twitter: @EdgardR

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