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Cristian Ortega debuta a los 27 años en la Liga Primera. LA PRENSA/ CORTESÍA 70-400 MM

La historia del futbolista que trabajó muchos años en jardinería y construcción para lograr su sueño

El volante del CD Junior debutó en la Liga Primera a los 27 años después de batallar mucho tiempo y superar dificultades

Cristian Ortega cumplió en 2020 el sueño más grande de su vida: debutar en Liga Primera. El volante de Nindirí, Masaya,  lo consiguió hasta ahora —a los 27 años— porque antes los equipos de la máxima categoría le cerraron las puertas sin darle la oportunidad de verlo. “Me decían que estaban completos y si entrenaba me ponían solo trabajos físicos, nunca me pusieron a jugar para ver si tenía o no condiciones, había momentos que me decepcionaba”, recuerda.

El miedo a más rechazo lo marginó a equipos de Tercera y Segunda División —la mayoría— donde deambuló durante casi seis años hasta que en 2018 dio con el CD Junior, el recién ascendido a Liga Primera. “Las metas de ambos estaban en la misma dirección”, señala el volante, quien viene con el plantel desde Tercera. “Pienso que los planes de Dios son perfectos, sabía mi esfuerzo y de alguna manera me lo iba recompensar”.

Ortega cuenta que fueron años de mucho sacrificios. El futbol en Segunda División no es remunerado en la mayoría de los equipos y trabajó en jardinería, construcción, en alquiler de sillas y lo que le saliera para costear sus gastos. “Mis amigos me daban trabajo después de mediodía, no tenía algo estable. A veces iba a entrenar y después a trabajar, era cansado, pero quería superarme en el futbol”, destaca.

El volante de Masaya se dio cuenta que el Junior era un proyecto serio y se fue aprobar en 2018. Lo aceptaron desde el primer momento y todo cambió. El equipo en Tercera le daban para los pasajes y sabía de sus grandes ambiciones. Cuando subió a Segunda le pagaban cinco mil córdobas y a partir de ese momento dejó de trabajar. “Me enfoqué en trascender, solo me dedicaba al equipo y me quedaba un poco de dinero para mí”, señala el jugador que ahora cuenta con un mejor salario mensual.

Cristian siempre quiso probarse más allá de su departamento como su hermano Pedro, quien jugó en varios equipos —Villa Austria, América y Caruna— de Segunda. “Pensaba quedarme jugando solo en mi barrio, pero jugar profesional siempre había sido sueño, saber qué se sentía ser jugador de Primera División. Confiaba en Dios que me lo iba a cumplir y ahora voy a disfrutar hasta donde me lo permita”.

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