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El aburrimiento, sensibilidad o irritabilidad pueden ser manifestaciones del estrés de los niños por la autocuarentena. FOTO/BBCGetty

Así se manifiesta el estrés en los niños a causa de la autocuarentena

El autoconfinamiento a causa del Covid-19 ha provocado que los niños comiencen a desarrollar un comportamientos inusuales producto del estrés

La situación de autoconfinamiento a causa de la pandemia del Covid-19 y la falta de espacios de movimiento para canalizar las energías que descargan las niñas y niños -normalmente en la escuelas o parques- ha provocado que los menores comiencen a experimentar estrés que los afecta no sólo emocionalmente, sino que lo manifiestan con comportamientos inusuales como un descontrol en su alimentación, actitudes que van desde hipersensibilidad o dependencia hasta agresividad, explicaron psicólogos a LA PRENSA.

La psicóloga y técnica en pedagogía especial, Arelly Acuña señaló que el estrés es parte de la reacción que tiene tanto un adulto como un niño, pero en los pequeños este se puede presentar de diferentes maneras, por ejemplo, a través de la irritabilidad, caer en la rutina de los videojuegos, donde se refugian para solventar el aburrimiento o estrés provocado por no poder ir a a la escuela, visitar a su familia o amigos «porque se pueden enfermar», explicó.

«Es ahí donde encontramos niños agresivos, violentos, apartados, eufóricos. El estrés tiene diferentes etapas en dependencia de cada niño y la formación que le dan los padres en los hogares (…) hay una desestabilización en los niños producto de la histeria colectiva y eso se lo hemos transmitido a ellos.  Este comportamiento se puede dar en niños que ya asistían a clases de tercer nivel. Es decir desde los 4 o 5 años», aseguró la especialista.

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Por su parte, el psicólogo Roberto Ordóñez explicó que el estrés en los pequeños se presenta en tres maneras: la energización -que es cuando se vuelven más inquietos-, la conducta agresiva «esta se ve cuando los niños le pegan al perrito de la casa, le gritan a la mamá, como está estresado su reacción será de agresor», y por último, a través del llanto recurrente, «se vuelve lloroncito».

«También puede desarrollar ciertos problemas como el insomnio o dormir demasiado, pueden perder el apetito o come demasiado», manifestó Ordónez, como ejemplo de los extremos comportamientos que pueden presentar niñas y niños producto del estrés y el autoconfinamiento en tiempos de Covid-19.

Más trabajo, menos tiempo… y paciencia 

Los expertos afirman que en ocasiones los padres vienen arrastrando ciertas ansiedades o cargas debido al trabajo, pierden el control de sus emociones con facilidad y terminan transmitiendo ese comportamiento a sus hijos. Sumado a ello que en algunos casos los padres han tenido que llevar el trabajo a casa, por lo que tienen que lidiar con otras tareas del hogar mezcladas con las paternidad y maternidad, la atención integral de los menores.

«En los niños van a influir muchas cosas. Tal vez sus padres pasan en sus casas pero no con ellos, sino trabajando, eso provoca que los niños tengan esa reacción de creerse un estorbo para sus padres», aseguró la psicóloga Arelly Acuña.

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Si bien es cierto esta emergencia sanitaria ha representado un nuevo desafío tanto para padres e hijos, los expertos refieren que las familias deben hacer una pausa para analizar la forma que están tratando la pandemia. Implementar la lectura colectiva o juegos de mesa pueden ayudar a desarrollar la mente del pequeño y ayudarlo a afrontar esta nueva realidad de encierro indefinido.

«En los más pequeños debemos de trabajar mucho en su comportamiento, recordemos que el hogar es la primera escuela. Ponerlos a pintar, mantenerlos ocupados. En los niños que iban a clases establecer un rol, hacer tareas, su hora de divertirse, algún juego de mesas, para que el niño no se sienta encerrado. Incluirlos en las tareas del hogar», recomendó Acuña.

Clases en línea, otro desafío

Pese a que el régimen de Daniel Ortega no ha implementado medidas estrictas de prevención contra el Covid-19, como la suspensión de clases presenciales en colegios, tras las primeras semanas de registrarse el primer caso en Nicaragua – 18 de marzo – los padres de familias decidieron no enviar a sus hijos a las escuelas y la baja en asistencias persiste incluso en este segundo semestre en que el Ministerio de Educación insistió en el retorno a las aulas. En los colegios privados las autoridades educativas implementaron las clases en línea que en su mayoría se mantienen de forma indefinida.

Con respecto a esta modalidad a distancia, el psicólogo Ordóñez criticó  la sobrecarga que están poniendo los colegios sobre los niños y sus padres. Para él, los adultos son los que están estresando a los menores, como por ejemplo «papá se va a estresar porque no tiene capacidad metodológica a la hora de instruirlos en sus tareas, eso provocará un estrés en los niños por el comportamiento de los padres cuando les está dando clases o ayudando con las tareas. Es ahí donde explota (el niño), muchas tareas, confinado en casa y su papá o mamá le grita porque el niño no entiende la forma de explicación», explicó.

Por su parte la licenciada Acuña lamentó que muchos padres hayan decidido sacar a sus hijos de clases en lugar de adaptarse a la tecnología. «Sé que queremos cuidar a nuestros hijos pero podemos buscar otras opciones, si nos dan la oportunidad de tener las clases en línea saber aprovecharlas y así establecer un vínculo más cercano con los hijos», expone la psicóloga quien ve también en esta situación una oportunidad para estimular y desarrollar relaciones más cercanas y activas con los hijos.

 

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