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Apenas se puede ingresar al mercado Oriental por la zona del Gancho de Camino. LA PRENSA/R.FONSECA

Apenas se puede ingresar al mercado Oriental por la zona del Gancho de Camino. LA PRENSA/R.FONSECA

Los estragos por la pandemia y la recesión se “tragan” el Gancho de Caminos, en el Mercado Oriental

La letal combinación económica que ha resultado la pandemia junto con los efectos de la crisis sociopolítica del 2018 ha derivado en un evidente aumento del comercio informal, siendo su principal vitrina el Mercado Oriental de Managua

Una fila de por lo menos dos cuadras de vehículos intenta pasar a como dé lugar entre vendedores ambulantes, compradores, carretones y rutas del transporte urbano colectivo de Managua. Ingresar al mercado Oriental por el famoso Gancho de Caminos es actualmente para valientes.

Es fin de semana de pago y para los que conocen el mercado saben que estará movida la mañana. Pero desde antes de la pandemia las ventas han bajado. Así lo reconoce el comerciante Ramón Romero. Desde hace más de 30 años tiene su tramo muy cerca de este sector y es testigo de varios incendios, el crecimiento del mercado y el reciente desplome de las ventas.

“Ahora hay más vendedores informales, pero las ventas están bajas. Desde antes de la pandemia está palmado, pero ahora es peor”, señala Romero que desde temprano tiene abierto su puesto de golosinas.

Tramos sobre la calle

Estructuras nuevas sobre la calle principal. LA PRENSA/R.FONSECA

Una cuadrilla de obreros y soldadores se dividen entre los que almuerzan en pleno calor de mediodía y los que arman una estructura, donde habrá un tramo de unos diez metros de largo por cuatro de ancho. Este tramo está sobre el mismo pavimento de la calle principal del Gancho de Caminos.

Pero este tramo no es el único. A los lados hay pequeñas casetas improvisadas en las que venden accesorios de celulares, ropa, comida y electrodomésticos al lado de barberías que sacan sus carteles sobre las aceras y otras mercaderías.

El economista Luis Murillo señala que este fenómeno no es nuevo en el Mercado Oriental, pero sí cree que el fenómeno se ha aumentado en los últimos meses. Según Murillo, a estas alturas el Mercado Oriental ya sobrepasa las 200 manzanas de extensión.

“Este problema es de informalidad y a la gente le atraen los lugares con más aglomeraciones”, explica el economista.

En tiempos de la pandemia del Covid-19 claramente este lugar es un foco de contagio. A la hora pico cerca de mediodía ingresar incluso a pie es un peligro. Ya sea por el contagio como por ser víctima de robo.

Lea Además: Mercado Oriental se “traga” iglesia y gasolinera 

En los delgados caminos rodeados de vendedores de verduras, calcetines y ropa usada, los carretones de refrescos no permiten caminar. Incluso para los mismos agentes de policía es dificultoso salir de la masa de gente que trata de avanzar.

Muchos no usan mascarilla. Es como si el nuevo coronavirus no existiera. “¡Cuidado con las carteras que andan sueltos los ladrones!”, gritan entre la muchedumbre que se apretuja para seguir avanzando.

Surgen más tramos

Un comerciante que tiene su pequeño tramo sobre la calle, señala que la misma policía ha fomentado este comportamiento.

“Esos tramos nuevos son de la Policía que los alquila. No sé cuántos son, pero los vendedores les pagan a ellos y a Commema”, acusa el pequeño comerciante que no quiso que lo identificara por temor a sufrir represalias.

Entre otras “víctimas” de este crecimiento desproporcionado del mercado más grande y desordenado del país, se encuentra una gasolinera, la parroquia El Calvario, un parque, la estación de Policía, un recinto universitario y la cooperativa de transporte urbano colectivo Ricardo Morales Avilés, de las rutas 159 y 266. Todos estos lugares ya están rodeados de comerciantes.

Fuga de vendedores

Las filas son grandes y muchas personas no portan mascarilla. LA PRENSA/R.FONSECA

Luego de pasar por las aglomeraciones en la zona de la ropa y los electrodomésticos los callejones están vacíos y es fácil circular. Mireya González, una comerciante de ropa para recién nacidos también se queja de la bajada en las ventas y explica que muchos vendedores han decidido cerrar sus tramos o venderlos para buscar como salir fuera del centro del mercado.

“La gente ya no quiere entrar hasta aquí por los ladrones o por temor a la enfermedad”, cuenta doña Mireya que en toda la mañana solo ha logrado vender tres piezas de ropa.

La misma observación la hace Ramón Romero, que describe el centro del mercado como un “hoyo negro” donde ya casi nadie entra y no se está vendiendo.

“Los vendedores están saliendo a buscar a la gente”, dice Romero que desde que inició la pandemia ha adoptado una serie de medidas sanitarias para protegerse del covid-19.

Además: El 2020 cerrará con una fuerte contracción económica según informe 

“La gente en el mercado es bien irresponsable. ¡Mirá! Como caminan sin mascarilla y traen a sus niños. Vos mirás el montón de gente, pero es que viene toda la familia, los cuñados, los amigos juntos a comprar un caramelo y un banano”, dice Romero.

Rutas y vehículos intentan pasar por la calle principal del Gancho de Caminos, cada vez más angosta. LA PRENSA/R.FONSECA

Luis Murillo sostiene que en lugar de mejorar la situación del comercio más bien hay altas probabilidades de que se ponga peor conforme pase el tiempo.

“Con una tasa de desempleo abierta que supera el 12 por ciento y casi un 70 por ciento de subempleo, la gente tiene que buscar como hacer y van al mercado por ver que a un familiar le va bien y están saturando el espacio físico”, explica.

La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) en un informe publicado a mediados de agosto mantiene sus proyecciones económicas en números rojos que van desde -6.5 al -13.7 por ciento de caída.

Una encuesta de Cid-Gallup publicada en mayo reveló que un 42.5 por ciento de los encuestados sienten que la situación económica de sus familias es peor en la actualidad que en 2019. Mientras que un 50 por ciento de los encuestados dijo encontrarse muy preocupado por perder su empleo.

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