Han pasado cuatro meses desde que Karla Valerio perdió su empleo, desde entonces invirtió toda su liquidación en una tienda de ropa usada, pero debido a la pandemia el negocio no ha funcionado como lo esperaba. Por eso no ha cesado la búsqueda de un trabajo que le devuelva la estabilidad a su familia.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) revela que con la pandemia las mujeres han sido fuertemente impactadas por el aumento del desempleo, la pobreza y la sobrecarga del trabajo no remunerado.
Nicaragua no es distante de esa realidad. Por el contrario, la situación del país es mucho más difícil y deja en mayor desventaja a las mujeres, dado a que se está viviendo una segunda crisis y por si fuera poco tampoco gozan de un apoyo del gobierno, como en el resto de países.
Ximena González, presidenta del Instituto Nicaragüense de Desarrollo (Inde), revela que esta segunda crisis que atraviesa Nicaragua tiene rostro de mujer.
“Como consecuencia de la crisis sociopolítica que atraviesa el país y la pandemia, que sumó a más de 240,000 personas en la pobreza, definitivamente que el panorama no es muy alentador, siendo las mujeres las más afectadas, porque el impacto social de esta pandemia tiene rostro de mujer. Las empresarias que venían surgiendo en los últimos años han quedado atrapadas en una economía de subsistencia, porque las más afectadas actualmente han sido las pymes (pequeñas y medianas empresas). Muchas de estas son jefas de familia que han quedado sin la protección social”, dijo González.
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Además señala que el silencio estadístico estatal tampoco deja ver el impacto real que ha tenido la pandemia en la mujer rural, “quienes históricamente han tenido menos oportunidades de desarrollo inclusivo y equitativo, y quienes muchas veces no cuentan con la autonomía económica para salir adelante”.
Según el Observatorio Covid-19 de la Cepal, los gobiernos de la región han implementado 178 medidas y acciones para hacer frente a distintas dimensiones de género de la pandemia, entre ellas, la violencia contra las mujeres, la economía del cuidado, los beneficios y transferencias de protección social, la generación de empleo e ingresos y la participación de las mujeres en la era digital.
Sin embargo, en Nicaragua las mujeres no gozan de una protección social y pese a que el discurso gubernamental habla del empoderamiento de la mujer, en la práctica sucede lo contrario, señala Carmen Hilleprandt, presidenta de la Cámara de Comercio y Servicios de Nicaragua (CCSN).
“Estamos en desventajas por varias razones, por ejemplo cuando se busca acceder a un crédito la mujer no tiene garantías, casi siempre están a nombre del hombre, aunque sea ella quien maneje el establecimiento, el local, y en esta crisis actual es la mujer la más afectada”, dijo Hilleprandt.
Para la empresaria del sector comercio, es importante ver que en este contexto se ha observado el aumento en la violencia intrafamiliar y los divorcios, porque muchas mujeres que antes trabajaban están en la casa, con la presión financiera encima y con muchas responsabilidades.
Mujeres están limitadas
También hay que destacar que en Nicaragua las mujeres que trabajan por cuenta propia tienen una altísima exposición al Covid-19, pero el gobierno no estableció ninguna medida para protegerlas.
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Para González, es necesario que el Estado se involucre con medidas económicas y sociales que contribuyan realmente a mitigar el impacto de la pandemia no solo en las mujeres, sino también en la ciudadanía en general.
“Se necesitan políticas públicas que garanticen el desarrollo humano, con un enfoque de empoderamiento hacia la mujer y no asistencialista. Se requieren políticas económicas que puedan causar alivios consistentes en las economías familiares y en especial de sectores vulnerables como la mujer”, sostuvo.
Por su parte la organización ProMujer, que ofrece a mujeres de bajos recursos los medios financieros necesarios, capacitación empresarial y de empoderamiento, así como servicios de salud, dio a conocer que el sector ha sido fuertemente sacudido por la pandemia.
De tal manera que con el sentido de responsabilidad por pagar sus créditos, las clientas de esta organización solicitan créditos hasta 50 por ciento por debajo de montos que han venido manejando. “Otras optaron por descansar un período mientras pasa la parte más dura de la epidemia”, dijo Gloria Ruiz Gutiérrez, directora general de ProMujer en Nicaragua.
María Eugenia Mayorga, presidenta de la Red de Empresarias de Nicaragua (REN), manifestó que en abril, debido a la pandemia, un 20 por ciento de las empresarias habían cerrado sus negocios y el resto decidió mantener abierto, lo que implicó mayores costos porque estas mujeres tuvieron que adecuar su negocio colocando mamparas, alcohol en gel, mascarillas, guantes y requerimientos que no eran necesarios antes de la pandemia.
No obstante, Mayorga señala que pese a todo las mujeres se han levantado de esta segunda crisis con más fuerza que nunca, porque muchas de ellas son cabezas de familias y tienen que sacar la cara por sus hijos.
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Desempleo afectó más a las mujeres
Según los últimos datos de Cepal, al término del 2020 habrán 21 millones de mujeres desocupadas, 8 millones más que en 2019 y más de la mitad de las mujeres ocupadas están en sectores de alto riesgo de ser afectados por la contracción económica, que se estima en 9.1 por ciento para 2020 en la región.
“La pandemia ha traído múltiples consecuencias, muchas irreparables, y ha agravado desigualdades que afectan a las mujeres, por lo que es importante que los gobiernos y las empresas inviertan en las mujeres”, advierte Cepal.
De hecho, Ruiz considera que tras la crisis sanitaria las mujeres han visto una caída en sus patrimonios que con mucho sacrificio habían mantenido.
“Sus negocios han decrecido y el patrimonio que había crecido con tantos años de esfuerzo y buena administración lo han perdido, porque han tenido que enfrentar en su familia una enfermedad repentina u otras veces porque ellas mismas se han enfermado gravemente o sus negocios han fracasado. Esta crisis ha venido a golpear aún más sus ingresos, pero en lugar de bajar los brazos muchas se han reinventado”, sostuvo Ruiz.
¿Qué pueden hacer las mujeres para salir adelante?
González expresó que las mujeres para hacerle frente a la crisis actual deben emprender e innovar, para generar las respuestas rápidas a la crisis financiera que podrían estar enfrentando.
“La mujer nicaragüense es creativa y luchadora, y está comprobado que en el mundo empresarial somos quienes nos destacamos más porque tomamos decisiones más equilibradas debido a que vemos todo de una manera más integral para el ser humano. Claro que estas alternativas necesitan de un ecosistema emprendedor, más robusto en el país y de políticas públicas que faciliten la creación de estos nuevos emprendimientos”, añadió González.
Ruiz coincide con González y comenta que las mujeres con ese talento de reinventarse han tenido que redireccionar sus negocios para sobrevivir a la crisis actual.
“Muchas de ellas están redireccionando su actividad económica a rubros con más dinamismo comercial por el contexto. Por ejemplo, si antes una costurera hacía uniformes escolares, hoy hace mascarillas y turbantes; otras han adaptado el tamaño de sus negocios a la demanda ahora más reducida, pero además han experimentado nuevos canales de venta. En este sentido ProMujer les está brindando el conocimiento sobre herramientas digitales para que ellas utilicen estrategias de mercado y venta que ayuden a que sus negocios sobrevivan”, explica.