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El retroceso de las remesas provenientes de Estado Unidos podría empeorar los desafíos de Nicaragua, donde las implicaciones para el crecimiento y los riesgos de liquidez fiscal y gubernamental existentes son mayores, advirtió la agencia Moody’s Investor. LAPRENSA/ARCHIVO

Una caída de remesas prolongada podría pasarle factura a la debilitada economía nicaragüense, señala Moody’s Investor

El retroceso de las remesas provenientes de Estado Unidos podría empeorar los desafíos de Nicaragua, donde las implicaciones para el crecimiento y los riesgos de liquidez fiscal y gubernamental existentes son mayores, advirtió la agencia Moody’s Investor.

Se estima que al cierre del 2020 las remesas provenientes de Estados Unidos hacia América Latina y El Caribe caerán un 4 por ciento, y en un escenario más sombrío, la contracción puede llegar al 10 por ciento. Este retroceso exacerbará las recesiones en la región provocadas por la pandemia y agravará los desafíos fiscales existentes. Si el efecto se prolonga empeorará los desafíos particularmente de El Salvador, Nicaragua y Jamaica, donde las implicaciones para el crecimiento y los riesgos de liquidez fiscal y gubernamental existentes son mayores, expuso la agencia Moody’s Investor en su más reciente informe.

Aunque el impacto de la disminución de las remesas provenientes de Estados Unidos, que se estiman en el 75 por ciento de las que llegan a América Latina y el Caribe, será diferente por cada país, Centroamérica y el Caribe son los más vulnerables, destacó la agencia internacional.

“Dentro de ALC, Centro América y el Caribe son los más vulnerables económicamente a la disminución en los flujos de remesas,” señaló Gabriel Agostini, un Associate Analyst de Moody’s. “México es el receptor más importante de la región con casi USD$40,000 millones en remesas recibidas el año pasado. Sin embargo, aún cuando los flujos de remesas a Centro América y el Caribe son menores en términos nominales, en términos relativos son sustancialmente mayores representando casi 10% del PIB en dichas regiones,” sostuvo Agostini.

La agencia explica que al reducir los ingresos de los hogares y los ingresos por cuenta corriente, una caída en las remesas presionará los perfiles crediticios de la región. De forma general, Haití, El Salvador y Honduras son los más expuestos a la disminución de las remesas por el impacto del coronavirus, ya que esta entrada económica equivale a más del 15 por ciento de su PIB.

Guatemala, Bermuda y Jamaica también son vulnerables, ya que las remesas apoyan entre el 11 por ciento y el 13 por ciento de su PIB. Todos estos países junto a República Dominicana y Nicaragua, también los definen como vulnerables en el exterior, este último con remesas que representan el 13 por ciento de su PIB.

Durante los 13 años que Daniel Ortega lleva en el poder, los últimos datos estadísticos del Banco Central de Nicaragua, según las cifras hasta 2019, el país ha percibido en concepto de remesas familiares un total de 13,434.3 millones de dólares, o sea equivalente a más del Producto Interno Bruto (PIB) del 2019, cuando este ascendió a 12,000 millones de dólares.

Aunque no se cuenta con cifras actualizadas sobre el comportamiento de las remesas en medio de la pandemia porque el BCN no las publica, el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri, afirmó el 29 de julio, que las remesas no habían caído, pero su crecimiento ha ido a menor ritmo en comparación con años anteriores.

Lea además: Moody´s: solo Nicaragua no crecerá en el 2021, aunque tenga su déficit fiscal controlado en el 2020

Retroceso de remesas agrava riesgos de liquidez fiscal y gubernamental

Moody’s Investor señala que aunque Nicaragua es relativamente menos dependiente de las remesas estadounidenses que otros países vulnerables y sus finanzas públicas son más sólidas que la de El Salvador, por ejemplo, “su economía se encuentra en su tercer año de recesión, lo que ha debilitado su posición fiscal en los últimos años”.

La liquidez también está algo limitada dado que carece de acceso a financiamiento basado en el mercado y oportunidades de financiamiento multilateral, que probablemente sea más limitado que en años anteriores.
“Como en otros países, una crisis de remesas agravaría los problemas económicos y pesaría aún más
sobre la recaudación de ingresos públicos, aumentando el déficit fiscal y la necesidad de financiarlo”, indica.

Los más afectados

A su vez, Moody’s Investor destaca que los países pequeños y de bajos ingresos de Centroamérica y el Caribe serán los más afectados por la disminución de las entradas de remesas estadounidenses. “Honduras encabeza la lista en términos de impacto negativo en el PIB, que estimamos disminuirá en 1,7 (2,3) puntos porcentuales en nuestro escenario de referencia”. Sin embargo, El Salvador, Jamaica, Guatemala y Nicaragua también experimentarán caídas, pero menos severas.

América y el Caribe también enfrentarán el mayor deterioro de sus ingresos por cuenta corriente, con caídas que van desde el 1,1% para Nicaragua a 3,1 por ciento para Honduras, según el escenario base de Moody’s.

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Alto desempleo en EE. UU

La agencia señala que después de alcanzar 19.3 por ciento en abril, muy por arriba del promedio nacional de 14.7 por ciento, el desempleo latino se mantendrá sostenidamente alto. Este mayor nivel de desempleo limita las perspectivas de mejora para los flujos de remesas en el futuro próximo, las cuales dependen del crecimiento económico de Estados Unidos y de las medidas de apoyo al ingreso que jugaron un papel primordial en la sustitución de ingresos perdidos este año.

Hay factores específicos de los países que inciden en el flujo de remesas. Por ejemplo, advierte la agencia, los países cuyas diásporas tienen niveles educativos más altos estarán menos expuestos a la pérdida de empleos relacionada con la pandemia.

La Covid-19 ha tenido un impacto significativamente negativo en los trabajadores latinos de EE. UU., en particular aquellos sin títulos universitarios, ya que es menos probable que se empleen en ocupaciones con capacidades de trabajo remoto, por ende, la pérdida de empleo probablemente será menor para los migrantes con mayor nivel de educación.

“Los migrantes de Jamaica y Nicaragua en Estados Unidos se destacan porque comparativamente tienen niveles educativos más altos que sus contrapartes mexicanas y centroamericanas, factor que podría mitigar el declive de este año y acelerar la recuperación en los próximos años”, indica Moody’s Investor.

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