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Lou Brock hizo historia con los Cardenales de San Luis como robador de bases por más de 15 años. LA PRENSA/ARCHIVO

Murió Lou Brock, uno de los grandes robadores de bases de Ligas Mayores

Lou Brock, el más grande robador de bases hasta la aparición de Rickey Henderson, ha fallecido a sus 81 años a consecuencia de la diabetes

Antes de que los jonrones lo cambiaran todo y cuando el robo de base era todavía un arte apreciado y constantemente utilizado en el beisbol, Lou Brock era el más virtuoso y veloz de los corredores en las Grandes Ligas. Su juego era velocidad, pero también inteligencia y mucha astucia.

Estableció el récord de más robos en una temporada con 118 en 1974 con los Cardenales de San Luis y al momento de su retiro en 1979, sumaba 938 estafas, que eran también el máximo registro para una carrera en las Mayores, con 3,023 hits y promedio de .293 en 19 campañas.

Este señor, que fue además uno de los jugadores más apreciados en la historia de los Cardenales, a quienes ayudó a ganar dos Series Mundiales, falleció este domingo por complicaciones relacionadas con la diabetes, enfermedad que incluso forzó la amputación de su pierna izquierda.

Nacido en Dorado, Arkansas, en 1939, Brock debutó en las Grandes Ligas en 1961 y después de promedios de .263 y .258 en sus dos primeras temporadas completas, bateaba .251 cuando a la altura del 15 de junio de 1964 los Cachorros lo canjearon a los Cardenales.

Y a pesar de que no fue bien recibido por sus nuevos compañeros en San Luis, bateó .348 después del cambio de equipo, con 33 bases robadas y 81 anotadas en 103 partidos, mientras impulsaba a los Cardenales a la Serie Mundial contra los Yanquis, vencidos en siete partidos.

Una gran consistencia

“Nosotros éramos amigos de Ernie Broglio -por quien fue cambiado Brock- y la cercanía con él nos cegó, de modo que no nos agradó que lo cambiaran y más por Brock. Nos parecía el peor cambio de la historia, hasta que lo vimos correr”, confió Bob Gibson al St Louis Post-Dispatch.

Brock bateó .300 en aquella Serie Mundial y demostrando que era mejor en los mejores escenarios, subió a .414 en el clásico de otoño de 1967 que los Cardenales le ganaron a Boston. Incluso, cuando San Luis perdió ante Detroit en 1968, Brock se elevó aún más hasta .464 de average.

Y en un alarde de consistencia entre 1965 y 1976, Brock tuvo un promedio de 65 bases robadas y 90 anotadas por campaña. Su pico más alto lo logró en 1974, cuando se estafó las 118 bases con las que dejó atrás el récord de 104 robos que había establecido Maury Wills con los Dodgers en 1962.

Brock tumbó la marca de Wills el 10 de septiembre de 1974 frente a los Filis y ante el receptor Bob Boone (padre del mánager de los Yanquis, Aaron). “Brock robó 105 bases y el corazón de los fanáticos de San Luis”, tituló el St Louis Post-Dispatch aquella noche histórica.

Sus récords de más robos en una temporada (118) y en una carrera (938) fueron superados luego por Rickey Henderson, quien llegó a 130 estafas en 1982 con los Atléticos y dejó su total en 1,406 cuando se retiró en el 2003 después de una travesía de 26 años en las Mayores.

Lou Brock jugada en el left fielder y bateada a la izquierda.
LA PRENSA/ARCHIVO

Entre los más grandes

Cuando se pase el recuento de los mejores estafadores de la historia, Brock estará en la discusión junto a Henderson, Billy Hamilton, Ty Cobb, Tim Raines y Vince Coleman. Brock se robó por lo menos 40 bases en 13 de sus 19 temporadas, algo que Henderson hizo en 17 ocasiones de 26 campañas.

Y al igual que Henderson y Cobb, Brock fue un bateador de 3,000 hits. Tres veces bateó más de 200 imparables en una temporada y 12 veces concluyó con al menos 180 hits al año. En 1979, llegó a su cañonazo 3,000 ante Dennis Lamp de los Cachorros en el Busch Stadium.

Ese 1979, que fue el último año en la carrera de Brock, bateó .304 con 21 robos y 56 anotadas, cifras muy modestas, pero ya tenía entonces 40 años. En 1980 San Luis retiró su número 20 y en 1985, fue exaltado al Salón de la Fama del beisbol en Cooperstown, Nueva York.

Brock fue luego un hombre de negocios y comentarista de los Cardenales, con quienes se mantuvo muy cerca siempre. En el 2015 perdió su pierna izquierda por la diabetes, pero en 2016 estaba en el Busch Stadium para lanzar la primera bola en la inauguración de temporada.

En sus 19 años jugó en 2,616 partidos, acumuló 10,332 turnos, con 3,023 hits, 486 dobles, 141 triples, 149 jonrones, 1,610 anotadas y 900 empujadas. Fue a seis Juegos de Estrellas y en 1974 quedó segundo, detrás de Steve Garvey, en la votación para Jugador Más Valioso.

 

 

 

 

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