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Errorcillos históricos

En un artículo de carácter histórico, firmado por el ingeniero Eddy Kühl y aparecido en la página editorial de este diario el sábado 5 de septiembre, se difunden media decena de errorcillos que es necesario rectificar.

El primero: que William Walker “tomó Granada por sorpresa el 23 de octubre de 1855”. Pero ese acontecimiento de la guerra civil, ejecutado por el filibustero al servicio del bando leonés, tuvo lugar diez días antes: el 13 de ese mismo mes.

El segundo: que los miembros del gabinete de Patricio Rivas, impuesto por Walker, “tomaron posesión [el 30 de octubre] con la bendición del padre Agustín Vijil, quien preparó un Te Deum en la Iglesia” (sic). Sin embargo, dicho Te Deum lo había oficiado Vijil en la parroquia de Granada el 14 de octubre (el día siguiente de la toma) para celebrar la conclusión de la guerra civil.

Tercer errorcillo: la “bendición” de Vijil abarcó a todos los miembros del gabinete de Rivas. Lo que hizo Vijil a Rivas únicamente fue el juramento de ley: “don Patricio, arrodillado en un cojín ante el Cristo y la Biblia, juró observar como Presidente Provisorio lo estipulado en el tratado del 23 de octubre entre Walker y Corral” (Alejandro Bolaños Geyer: William Walker/ El Predestinado/ Biografía, 1999, p. 67).

Dos errorcillos más estampa el ingeniero Kühl: atribuir al “general” José María Valle la autoría intelectual del asesinato de Trinidad Muñoz, jefe militar de los leoneses, el 18 de agosto de 1855. Para esa fecha, Valle era todavía coronel y fue hasta el 22 de octubre del mismo año que fue ascendido a general del Ejército Democrático por el senador-director Nazario Escoto en León (páginas 107-108 de La Guerra Nacional, 1956, de Ildefonso Palma Martínez). Y en cuanto a Valle que, según Kühl, envió “en vida a un soldado a asesinar por la espalda” a Muñoz, no es sino una presunción del doctor Bolaños Geyer. Un documento impreso, suscrito en León el 25 de agosto de 1857, revela al verdadero autor intelectual del asesinato: “Recibió [Muñoz] el balazo en el pecho. Se dice que a él lo tiraron dentro de una casita, y que lo tiró un Herrera que después fusilaron en Masaya, y al tiempo de morir dicen que confesó que había sido mandado por Mariano Salázar”, por cierto cuñado de Francisco Castellón (Boletín

Nicaragüense de Bibliografía y Documentación, núm. 121, octubre-diciembre, 2003, p. 26), documento que no pudo consultar Bolaños Geyer.

Un sexto errorcillo se detecta en el citado artículo: que a Ponciano Corral, el general de los legitimistas, lo fusiló el walkerismo “el 18 de noviembre de 1855” en Granada, capital entonces de Nicaragua. Fue diez días antes: el 8 de noviembre. El ingeniero Kühl debería aceptar con humildad la corrección de esos errorcillos que contribuyen a confundir al público lector de La Prensa.

El autor es miembro de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua.

Opinión Cristo Eddy Kühl Granada william walker archivo
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