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Crímenes sexuales en la represión

Un tribunal de conciencia ad honorem que se reunió esta semana en Costa Rica, ha juzgado y condenado simbólicamente las torturas, incluyendo crímenes sexuales, cometidos por la dictadura de Nicaragua en el curso de la represión contra los manifestantes cívicos autoconvocados.

El tribunal, convocado por la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano, de Costa Rica, realizó sus audiencias denominadas “La Violencia Sexual como Crimen de Lesa Humanidad en Nicaragua”, en vísperas de que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo celebrara en Managua el 41 aniversario de la Policía Orteguista y ratificara su índole política, partidista y sandinista. En esa celebración, Ortega enalteció, condecoró y ascendió a los mandos policiales que más se han destacado en la brutal represión contra los ciudadanos indefensos.

Tal como informó LA PRENSA el martes 8 de septiembre, este ha sido el primer tribunal que juzga los crímenes de lesa humanidad perpetrados por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, los cuales fueron investigados y documentados por los organismos internacionales de derechos humanos, en particular la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

En el juicio del tribunal de conciencia de la Fundación Arias, se estableció que a pesar de que el Estado de Nicaragua por razones obvias no ha ratificado el Estatuto de Roma, que es el instrumento jurídico constitutivo del Tribunal Penal Internacional, se puede y se debe juzgar a la dictadura porque la misma legislación nicaragüense califica y tipifica la tortura como un delito de lesa humanidad.

Al respecto es oportuno recordar que en el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que fue dado a conocer en junio de 2018 con el título “Graves violaciones a los derechos humanos en el marco de las protestas sociales en Nicaragua”, se documentaron detalladamente las violaciones a los derechos humanos de los nicaragüenses cometidas de diversas maneras por la dictadura, incluyendo las violaciones sexuales que ahora han sido juzgadas por el tribunal de conciencia en Costa Rica.

Claramente la experta costarricense en derechos humanos, Soraya Long, expresó que “la tortura y particularmente la violación sexual, ha sido parte de ese plan sistemático de autoridades nicaragüenses, acompañado de la promoción de la impunidad en materia de violación a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad”. Lo dicho por la doctora Long fue ratificado de hecho el miércoles de esta semana por el régimen de Ortega y Murillo, que en vez de investigar las violaciones a los derechos humanos y castigar a los culpables que han sido plenamente identificados y algunos inclusive sancionados por la comunidad internacional, los ha homenajeado con premios y ascensos de rango como para ponerle sello a la desafiante impunidad.

Sin embargo, aparte de su significación simbólica lo actuado por el tribunal de la Fundación Arias quizás pudiera ser un primer avance, en dirección a conseguir el merecido castigo para los criminales de lesa humanidad de Nicaragua.

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