14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
cartera de crédito, Nicaragua, banca nacional, préstamos

LA PRENSA/ARCHIVO

Por qué una menor caída de la economía mundial y de Estados Unidos beneficiará poco a Nicaragua

El BCN mantiene su apuesta de crecer 0.5 por ciento en el 2021. La OCDE espera que la economía del planeta crezca 5 por ciento en 2021. 

Con la aparición de la pandemia de Covid-19 las proyecciones económicas del mundo se alineaban hacia grandes contracciones que provocarían mayor desempleo, pobreza y retrocesos en todos los sectores. Sin embargo, aunque todo esto ha sucedido y con creces, el último informe de septiembre de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que el PIB mundial caerá un 4.5 por ciento en 2020, mientras que en junio la caída se estimaba en 6 por ciento.

La OCDE no es la única instancia internacional cuyas proyecciones son más alentadoras ahora que durante el primer semestre de 2020, cuando los países se vieron obligados a casi paralizar sus economías con medidas de confinamiento para ralentizar la curva de contagios de Covid-19. La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, dio a conocer que la recesión de ese país será mucho menor de lo que se esperaba, la calcula en 3. 7 por ciento, muy alejado de la caída de 6.5 por ciento de junio.

Con estas nuevas proyecciones económicas conviene preguntarse si Nicaragua también podría verse favorecida; sin embargo, la OCDE señala que uno de los elementos claves ha sido la reacción rápida y consecuente de los Estados. En ese sentido, el economista Maykell Marenco explica que en el país hay dos factores determinantes para la recuperación económica; el primero, la estabilización de sus principales socios comerciales ;y el segundo, las políticas gubernamentales implementadas.

Nicaragua estaría a merced de la primera porque las políticas implementadas-presión fiscal, inseguridad- más bien, desincentivan las iniciativas empresariales, el mercado y el nivel de consumo. Por tanto, si hay un alivio de la contracción económica sería específicamente debido a la recuperación del comercio mundial y los socios del país, explicó.

Las estimaciones de la caída del PIB no son alentadoras para Nicaragua. Todas excepto una superan el cinco por ciento de contracción: en abril, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que la caída sería de seis por ciento, una tasa que estaría por encima de la media mundial, de -3 por ciento y mayor a la reducción de 5.2 por ciento prevista para América Latina y el Caribe.

El Banco Mundial proyecta una caída del 6.3 por ciento y la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) hasta agosto mantenía sus proyecciones de entre -6.5 por ciento y -13.7 por ciento. El gobierno de Daniel Ortega, que nunca impuso medidas de confinamiento, bajo el argumento de proteger la economía, indica que el PIB caerá -4.5 por ciento. Datos que desde la perspectiva de Marenco son demasiados conservadores.

El economista y catedrático Luis Murillo considera que pese a estas nuevas proyecciones de contracción económica mundial, la contracción del 2020 no será más allá de -5 por ciento para Nicaragua. Recuerda que las condiciones del país son prácticamente de déficit interno y externos- contracción de la recaudación tributaria y problemas con la aprobación de préstamos con multilaterales-. Espera que la economía se recupere, pero hasta después de 2021.

Lea además: Una caída de remesas prolongada podría pasarle factura a la debilitada economía nicaragüense, señala Moody’s Investor

Sectores sin esperanza en el 2020

Hablar del impacto que ha tenido la Covid-19 en la economía del país es como intentar conocer cómo ha afectado la salud de los nicaragüenses. Los datos están con el Gobierno, y aunque es un tema de interés nacional, no son públicos. Sin embargo, es un hecho que hay sectores más afectados por la pandemia y otros, menos perjudicados.

Turismo, incluido hoteles y restaurantes, construcción y sector zona franca, son tres rubros económicos cuyas dinámicas han sido golpeadas por la Covid-19. Marenco no ve una recuperación en este año del sector turismo, máxime con los problemas que se han presentado para que las aerolíneas vuelvan a volar al país. A eso se suma la inseguridad social que es un factor determinante para recuperar el nivel de turismo que se tenía. “El turismo sería de los principales perdedores”, expresó.

La presidenta de la Cámara Nacional de Turismo de Nicaragua (Canatur), Lucy Valenti, había explicado que si no se lograba una solución con las aerolíneas, estas seguirán retrasando su retorno al país, y con ello, se afectaría el sector.

La falta de acuerdo para que todas las aerolíneas retornen a Nicaragua, impediría que los turistas procedentes de Estados Unidos, ahora con perspectiva económica menos negativa, llegue al país principalmente en la temporada alta que comenzaría en noviembre próximo. El sector turístico nicaragüense señala que de reabrir esas operaciones, tienen la confianza de oxigenarse en el último trimestre del año. Después de Centroamérica, Estados Unidos es el principal origen de los turistas extranjeros que llegan al país y son los que más gastan.

En el caso de zona franca textil, este podría cerrar con una contracción entre el 30 y 40 por ciento tanto en volúmenes como envíos. A como explicó Marenco, depende mucho de la recuperación de Estados Unidos, que es su principal mercado. La caída de las operaciones dejó a unas seis mil personas sin trabajo y unos 300 millones de dólares menos en exportaciones hasta julio.

Pero, qué pasa con el sector comercio. ¿Podría recuperarse antes que finalice el 2020? Carmen Hilleprandt, presidenta de la Cámara de Comercio y Servicio de Nicaragua (CCSN), explica que ha visto una leve recuperación con base a las mismas proyecciones negativas que tenían las empresas desde julio. Sin embargo, hay un tema recurrente, relacionado a la carga tributaria que ha implicado la reforma fiscal de 2019, que al final es un desincentivo, “no se dan medidas que incentiven la economía”, sino que hay alta carga impositiva, expresa.

Hilleprandt toma como referencia los meses de mayo y junio, que fueron “bien duros”, para decir que ahora se puede ser más optimista con respecto a una leve recuperación; no obstante, el riesgo de un rebrote siempre está latente. A la vez, esperan que el gobierno sea un facilitador para que la gente pueda hacer negocios, invertir. Por ello, mantienen la demanda que se revise la reforma fiscal.

Los sectores menos afectados

Remesas y exportaciones: aunque se esperaba que las remesas cayeran con la pandemia, al parecer, estas se han mantenido a salvo. No se conoce el comportamiento de las mismas porque el Banco Central de Nicaragua mantiene bajo llave los datos. Sin embargo, el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), aseguró en julio que no habían caído y que esperaban que se mantuvieran en positivo, pese a la desaceleración en el crecimiento de la misma.

Moody’s Investor estimó que al cierre de 2020 las remesas provenientes de Estados Unidos hacia América Latina y El Caribe caerán un 4 por ciento, y en un escenario más sombrío, la contracción puede llegar al 10 por ciento. Si el efecto se prolonga empeoraría los desafíos particularmente de El Salvador, Nicaragua y Jamaica, donde las implicaciones para el crecimiento y los riesgos de liquidez fiscal y gubernamental existentes son mayores.

Otro sector que ha reflejado números positivos son las exportaciones. Estas no han caído y se espera que el crecimiento sea del 10 por ciento a final de este año, claro, en referencia, a los productos tradicionales, alentados, principalmente, por el aumento en el precio del oro.

Depresión, elecciones e incertidumbre

Nicaragua recibió la pandemia con dos años de recesión, de números en negativos, que estaban reflejados en la pérdida de empleo, el crecimiento de la informalidad y la disminuida capacidad de compra de la población. Cuando la Covid apareció solo agravó lo que ya estaba mal y de esta forma, el país se encamina a una depresión económica en un contexto complejo.

De hecho, uno de los temores expresados por diversos sectores de comercio y servicio, según un estudio reciente, es todo lo que pueda pasar en ese escenario de crispación política con el antecedente de una crisis sin solución. El BCN mantiene su apuesta de crecer 0.5 por ciento en el 2021. La OCDE espera que la economía del planeta crezca 5 por ciento en 2021.

 

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí