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Coalición Nacional, sector juvenil, estudiantes, universitarios, rebelión de Abril, UNAB, Alianza Cívica

Los movimientos de estudiantes de la UNAB decidieron ocupar el lugar del sector juvenil previamente acordado en la Coalición Nacional. LA PRENSA/ ARCHIVO/ AFP

Las “cruces” que cargan los acuerdos en la Coalición Nacional

Aunque la Coalición Nacional fue fundada por la Alianza Cívica y la Unidad Nacional Azul y Blanco para formar un frente común opositor contra Daniel Ortega, el control de los partidos y organizaciones políticas invitadas a participar de la unidad es cada vez más marcado en ese espacio

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El 17 de febrero de este año, los miembros de las organizaciones civiles Alianza Cívica y Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) anunciaron con entusiasmo el proceso de conformación de la Coalición Nacional (CN) e hicieron un llamado de unidad sin exclusión en esta plataforma que tiene como objetivo primordial acercar a todos los sectores opositores al régimen de Daniel Ortega. Siete meses después, esas mismas organizaciones civiles tienen inconformidades con el rumbo que ha tomado la CN.

La CN viene anunciando acuerdo tras acuerdo para mostrar una imagen de consenso y unidad, pero como si fuesen cruces a cuestas, arrastran temas o situaciones sin solucionar, que a la postre han provocado serias diferencias entre sus organizaciones miembros, principalmente con una de sus fundadores, como es la Alianza Cívica.  ¿Qué fue lo que falló? Aquí lo detallamos.

17 de enero 2020. Félix Maradiaga, Daysi George, Lesther Alemán, Ivania Álvarez y Juan Sebastián Chamorro encabezaron la conferencia de prensa en la que presentaron oficialmente la Coalición Nacional. LA PRENSA/Oscar Navarrete

La crisis del PLC

La primera vez que salieron a la luz pública las diferencias en la CN fue el 19 de junio 2020, seis días antes de la firma del documento estatutario de la CN por parte de las organizaciones que habían atendido el llamado de unidad de la Alianza y la UNAB: el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), el Partido Restauración Nacional (PRD), el partido regional Yatama, el movimiento Fuerza Democrática Nicaragüenses (FDN) y el Movimiento Campesino.

La Alianza Cívica alertó de la “situación irregular” dentro del PLC, debido a la forma en que fueron designados los cargos directivos, sin un proceso democrático de elección interna, lo que supone una práctica contraria a los ideales de la CN.

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La litis interna en el PLC, entre los aliados de la representante legal de ese partido, María Haydée Osuna, y los leales del caudillo Arnoldo Alemán, escaló al Consejo Supremo Electoral (CSE), en donde el régimen de Daniel Ortega tiene total control, y la resolución de los problemas de los partidos quedan en manos de los intereses del orteguismo. El diputado y presidente designado por Arnoldo Alemán, Miguel Rosales, ha reconocido que el orteguismo puede aprovechar esta situación para quitarles el partido y dejarlo debilitado en el próximo proceso electoral de 2021.

La Alianza Cívica hizo ver en un comunicado que las prácticas internas del PLC son contradictorias con los establecimientos acordados en la CN, de promoción de la democracia interna en sus mismas estructuras.

“Dado que es condición dentro de la Coalición Nacional que los partidos y organizaciones que la componen y que aspiran a un proyecto democrático para Nicaragua practiquen a lo interno normas democráticas, nos preocupa firmar en este momento un documento de estatutos, cuando existen problemas de esta naturaleza en uno de los partidos firmantes”, refirió en ese momento la Alianza Cívica.

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La solicitud de la Alianza Cívica, de retrasar la firma de los estatutos de la CN mientras el PLC resolvía su litis, provocó una gran polémica, porque fue interpretada como una intención de querer desistir de su participación en la CN.

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La Coalición Nacional ya tiene su código de ética que regirá el funcionamiento interno. LA PRENSA/ Roberto Fonseca

Pese a las advertencias de la Alianza Cívica se llegó a un acuerdo en los días siguientes y los estatutos de la CN fueron firmados en la fecha que estaba programada, el 25 de junio, arrastrando las cadenas de la crisis PLC. Ese día siete organizaciones firmaron los estatutos: Alianza Cívica, UNAB, PLC, PRD, FDN, Yatama y Movimiento Campesino, pero llamó la atención que los jóvenes solo hicieron acto de presencia, sin firmar como organización juvenil, lo que había sido una solicitud formal previa al Comité Nacional (CN).

El reclamo de los jóvenes

Desde el 13 de mayo se conocía la inconformidad expresada por el sector juvenil y estudiantil de la Alianza Cívica, quienes retiraron su solicitud de un espacio independiente en la CN por considerarla un espacio excluyente. Pero después de la firma de los estatutos de la CN explotó la inconformidad del sector juvenil y estudiantil de la UNAB, lo que hizo que tomara fuerza la demanda juvenil.

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A diferencia del retiro del sector juvenil de la Alianza, los jóvenes de la UNAB se habían quedado esperando la decisión del Comité Nacional de la CN, para ser integrados con voz y voto a la estructura. El 3 de agosto, las 14 organizaciones que conforman el sector juvenil de la UNAB, decidieron suspender su negociación para integrarse a la CN, declarando que no se dejarán utilizar por la “clase política criolla”.

Los estudiantes reclamaron su espacio en la Coalición Nacional donde se retomen las demanda de recuperar la autonomía de las universidades. LA PRENSA/Óscar Navarrete

El Comité Nacional de la CN rechazó la propuesta de los jóvenes de crear cuatro asientos con derecho a voto para su sector y en cambio aprobaron la propuesta hecha por los partidos, que consiste en integrar a los jóvenes en la representación que ya tienen las siete organizaciones originales de la CN, lo que supone un doble voto para cada organización. Hasta el día, se ha mantenido esa polémica y la inconformidad del sector juvenil.

La conformación de las estructuras de la CN

Hay quienes ven con más profundidad los conflictos en la CN y por eso valoran que sus problemas tienen que ver con la estructura o arquitectura de la plataforma, inclinada más a un alianza electoral, que a un acuerdo nacional, para salir de la dictadura de Daniel Ortega.

Managua, Nicaragua. 25/02/2020. Coalicion Nacional lee y firma proclama donde quedan oficializadas sus estructuras y alianzas con otros partidos politicos. Los firmantes fueron Jesús Tefel, Medardo Mairena, Carlos Tünnermann, Saturnino Cerrato, Luis Fley, María Haydée Ozuna y George Henrique Cayaso. Oscar Navarrete/ LA PRENSA.

Julio Icaza Gallard, opositor y exrepresentante de Nicaragua ante las Naciones Unidas (ONU), manifestó que las problemáticas del PLC y de los jóvenes —que han sido los conflictos más mediáticos—, debieron haber sido resueltos antes de firmar los estatutos de la CN, pero al contrario se hizo un proceso “muy precipitado”, lo que llevó a que “los asuntos pendientes se dirimieran públicamente, afectando la imagen de la organización naciente”.

“Esos problemas han ido encontrando acomodo, pero hay asuntos de fondo, de enfoque, que no se resuelven. El diseño de la Coalición, de acuerdo con los Estatutos aprobados, responde a una especie de prealianza electoral, que se atribuye funciones que solamente una alianza legalmente constituida puede desempeñar, alianza por demás en la que solamente pueden participar los partidos políticos, ya que las asociaciones civiles no están autorizadas estatutariamente para perseguir fines electorales”, valoró Icaza.

Temor por condición legal

Representantes del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) —uno de los grupos civiles que se ha identificado con la causa de la unidad opositora—, han dicho que no están de acuerdo con una estructura de unidad opositora organizacional, porque afectaría su condición legal como organizaciones no gubernamentales (ONG), que no pueden participar en acciones político partidarias.

Icaza valoró que precisamente eso es parte de los problemas que llevaron al nuevo presidente del Cosep, Michael Healy, a anunciar en su primera comparecencia pública que el Cosep como confederación de cámaras empresariales no participará en la Alianza Cívica y solamente lo harán personas en su calidad individual. “Esta no es una decisión personal de Healy: evidentemente es algo que se ha venido discutiendo y responde a la decisión del Cosep de no comprometerse con la Coalición Nacional”, agregó el diplomático.

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Esto también fue explicado ampliamente por el abogado constitucionalista, Gabriel Álvarez, antes de que se firmara el documento estatutario de la CN, para hacer la advertencia a las organizaciones no gubernamentales legalmente constituidas.

Los organismos no gubernamentales, sindicales, empresariales y gremiales, tienen una naturaleza legal que les impide participar en asuntos políticos. Las legislaciones que establecen estas prohibiciones son la Ley de Cámaras, el Código del Trabajo, el reglamento de organizaciones sindicales y la nueva normativa aprobada por el Ministerio de Gobernación, en abril de 2019, para el control de los organismos sin fines de lucro, también conocidas como ONG.

Falta de liderazgo

De sobra se ha debatido la falta de liderazgo de la oposición nicaragüense. Julio Icaza Gallard consideró que las debilidades de la CN se resumen en falta de estrategia y liderazgo.

Carlos Tünnermann Bernheim, de 86 años, coordinador general de la Alianza Cívica, es una de las voces más respetadas en el proceso de unidad opositora y defensor de la Coalición Nacional. En la foto, Tünnermann participa de la proclama de la Coalición Nacional, el 25 de febrero 2020, cuando los opositores se comprometieron a trabajar por «el nuevo y definitivo nacimiento de la democracia» en Nicaragua. LA PRENSA/Óscar Navarrete

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“La estrategia y liderazgo. Ambas están estrechamente ligadas, porque gran parte del liderazgo deriva de la forma en que se piensa resolver el problema de la dictadura y alcanzar la democracia. Tiene que haber una ruta, un punto de partida y una meta bien definida, una estrategia para alcanzarla. Pero además, esa estrategia tiene que ser creíble, tiene que ser realizable, el pueblo tiene que apropiársela y tener plena confianza en ella, pues será el encargado de llevarla a cabo. Tiene que haber un acuerdo nacional sobre esa gran estrategia para salir de la dictadura e instaurar la democracia y tiene después que ir acompañada de estrategias más particulares, dirigidas a golpear de forma efectiva los pilares que sostienen al régimen. La estructura organizativa debe ajustarse a la ejecución, evaluación y revisión permanente de esa estrategia”, expresó el exdiplomático.

Caciquismo de la cultura política de Nicaragua

Aunque no hay a la vista un líder en el proceso de unidad opositora nicaragüense, sí hay muchas personas con ambiciones de ser vistas como tal. La socióloga Luisa Molina dijo que esa cualidad humana es parte de un problema de origen de la cultura nicaragüense, porque todos quieren ser “caciques, no indios”, lo que en la CN se combina con los intereses opuestos que tienen los partidos políticos, las organizaciones civiles y los sectores económicos.

“Casi todos tenemos el germen de esa cultura política que nos lleva al control, a la centralización, al secretismo, a que cuando ya llegás a un espacio y tenés un sitio de poder, entonces creés que ese lugar que te dieron de secretario, de coordinador, de presidente, eso ya tiene la investidura de poder omnímodo”, valoró Molina.

La Coalición Nacional emplaza al dictador Daniel Ortega por el manejo negligente de la crisis del Covid-19. Oscar Navarrete/ LA PRENSA/ARCHIVO.

Puesta en práctica esa cualidad en la composición de la CN, “es difícil ponerse de acuerdo entre personas que vienen de un partido, que su objetivo es electoral, es tomar el poder de cualquier manera no importa cómo, no hay principio, no hay una posición de democracia. Las organizaciones civiles, por otro lado, consideramos que los partidos ya cumplieron su papel y que deben modernizarse y deben de abrirse a otra forma de organización. Allí estamos como estirando una cuerda, unos que van para el norte y otros que van para el sur, entonces nunca logramos el centro, nunca logramos encontrarnos”, aseveró Molina.

La socióloga señaló que todos esos conflictos se resolverían poniendo los intereses de la nación en primer plano.

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