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Se va un amigo

En la vida de los hombres y en la vida de los pueblos hay lazos y relaciones que, lejos de romperse o debilitarse por la distancia o por el paso del tiempo, se fortalecen y se agigantan, y eso es lo que ocurre entre Uruguay y Nicaragua.

Lo sabemos desde que, tras las naturales turbulencias que siguieron a los procesos de independencia, las nacientes repúblicas americanas volvimos a reafirmar entre sí lazos y vínculos arraigados en la historia, la lengua y la cultura que compartimos. Si un poeta argentino, Oliverio Girondo, pudo decir que “los americanos hemos oxigenado el castellano, haciéndolo un idioma respirable, que puede usarse cotidianamente”, también estamos seguros de que esa cultura que heredamos funde lenguaje, literatura, historia y fe en una poderosa identidad común que nos hermana más profundamente de lo que podemos imaginar y expresar.

Sobre ese fondo de tradición, crecemos. Y crece notoriamente, desde hace algunos años, la agenda común entre Uruguay y Nicaragua, en áreas como educación, innovación, ciencia, cultura, comercio e inversiones, y así se proyecta al futuro.

Recordemos también que la amistad entre el Uruguay y Nicaragua se fortaleció en los años 80, cuando llegaron brigadas de alfabetización para ayudar con la educación en Nicaragua. Dichas brigadas llevaban el nombre del libertador uruguayo José Gervasio Artigas.

La profundización de esta rica relación bilateral ha sido posible gracias a los esfuerzos de personas como el embajador Jorge Luis Jure Arnoletty, que han sabido comprender la magnitud del vínculo que une a nuestras naciones, su enorme potencial y, por ende, la importancia de preservarlo y enriquecerlo.

Jorge arribó a Nicaragua después de una larga trayectoria en su país y en el exterior y ha destacado por su impecable conocimiento, capacidad y eficiencia en el desempeño de sus funciones, continuando ahora como “Son Excellence Monsieur l’Ambassadeur” en París, Francia. Al despedirlo, lo hago con profundo agradecimiento por su labor en pos del estrechamiento de la relación bilateral, que se plasmó, entre otros aspectos, en las abundantes actividades e intercambios culturales, de comercio y de cooperación realizadas durante su gestión. Destaco particularmente mi visita a la República Oriental del Uruguay en marzo 2018. Pudimos entonces constatar una vez más el alto grado de sincronía existente entre ambos países y las potenciales oportunidades comerciales.

También reconozco su constante respaldo a las actividades culturales y artísticas de la agenda nacional y su colaboración por concretar la visita de varias importantes exponentes del arte y la cultura uruguaya, incluida la inolvidable presentación en Granada de la mundialmente famosa pianista uruguaya Polly Freeman. Recordemos que en reconocimiento a su abnegada labor y a su especial afecto por Nicaragua, Jorge será condecorado con la Gran Cruz de la Orden de José de Marcoleta.

Querido Jorge, te deseo sinceramente un feliz retorno al Uruguay y mis mejores deseos de éxito en tus nuevas tareas como embajador en la república francesa. Te llevás en la maleta de tu corazón el cariño del pueblo de Nicaragua. Durante tu estadía acá, te convertiste en un “supervisor escrupuloso” de los programas en marcha, siempre insististe en la búsqueda de nuevas avenidas de cooperación a partir de la realidad política y económica del país.

Además, deseo resaltar que siempre fuiste respetuoso de los asuntos internos del país, pero siempre estuviste dispuesto a señalar, con tacto y por los canales debidos, sugerencias para mejorar la calidad de la frágil democracia nicaragüense, la economía y, en sentido general, el bienestar de los nicaragüenses. Te reitero, querido Jorge, el honor que ha significado para Nicaragua, para los miembros de la Cámara de Industria y Comercio Uruguaya – Nicaragüense (Caniur) y para mí, tu trabajo y dedicación durante estos años.

Para finalizar, destaco como uno de tus grandes méritos como embajador en nuestro país, el habernos ilustrado sobre cómo aprovechar al máximo las enormes posibilidades de comercio y asistencia que ofrece el tratado de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), acuerdo de asociación que promueve la expansión de la integración de la región, a fin de asegurar su desarrollo económico y social. ¡Enhorabuena Jorge!

El autor es presidente del Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica.

Opinión Oliverio Girondo Uruguay archivo
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