El 25 de febrero de 2020 fue la última vez que autoconvocados y miembros de organizaciones opositoras lograron realizar una protesta en el centro comercial Metrocentro, lugar que los diferentes grupos han ocupado para expresar su rechazo en contra de la dictadura de Daniel Ortega, -ante el estado de sitio implantado por el régimen en espacios públicos-. Desde esa fecha han transcurrido siete meses y la emergencia sanitaria del Covid-19, combinado con el recrudecimiento de la represión policial, las manifestaciones desaparecieron en ese centro de compras.
El pasado viernes un grupo de jóvenes intentaron realizar una protesta dentro del espacio privado, ante la ola de violencias desatadas en el país contra las mujeres. La Policía en cuestión de minutos desplegó un contingente de uniformados para disolver cualquier tipo de manifestación. Los oficiales entraron al centro de compras y requisaron los bolsos de los jóvenes que asistieron, pero también persiguieron y acosaron a otros que se encontraban en la parada de buses.
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La opositora y miembro del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), Ivania Álvarez, afirma que desde que se reportó el primer caso de coronavirus en Nicaragua, -el 18 de marzo de 2018-, esta organización suspendió cualquier tipo de aglomeraciones, trasladando su “lucha” a las redes de solidaridad a través del acceso a la asistencia médica a pacientes con Covid-19 y recaudación de alimentos y medicinas.
“Nosotros hemos suspendido esas labores por el tema de la exposición (al contagio), era ilógico llamar a aglomeraciones en tiempos de pandemia, no íbamos a hacer lo mismo del régimen, sería incoherente. En este último mes de septiembre volvimos a hacer la llamada jornada azul y blanco y nos activamos con papelillos, pinturas y estamos reactivados desde esa modalidad”, manifestó Álvarez.
Trabajo organizativo
La integrante de la UNAB señaló que actualmente sus actividades, más allá de convocar a piquetes o manifestaciones en centros comerciales, ha evolucionado al “trabajo organizativo” en los territorios, lo que también les ha costado asedio y persecución por parte del órgano represor. “Por el momento como estamos con el Covid nuestras actividades ahora son tipo organizativa. No solo se hace la lucha haciendo piquetes, sino que organizarse es un acto de resistencia”, agregó la también exrea política.
Al respecto el joven Jason Salazar, integrante del sector estudiantil de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, refirió que hay una combinación de factores que provocaron el cese de las protestas en espacios públicos y privados, pero principalmente es por la pandemia del Covid-19 y el Estado policíaco instaurado por la dictadura.
“Hay mucha efervescencia en la gente organizada y por eso cada vez más podés ver en los departamentos y Managua presencia de policías. Ellos se están preparando para una posible nueva explosión social. Estamos ante un periodo preelectoral y hay mucha gente organizada y hay más voluntad de parte de la ciudadanía. Habrá un momento que la gente va a salir nuevamente con el pecho descubierto y eso lo hemos visionado”, manifestó el joven opositor.
Mensaje “duro” de la dictadura
Si bien es cierto el régimen desde el año pasado mantiene de forma permanente a los oficiales en los parqueos de los centros comerciales, los opositores afirman que en la actualidad el control policial en estos espacios ha aumentado. “Hay un mensaje bien duro para la oposición, como decir “lo que vos te atrevas a hacer lo voy a irrumpir, voy a violentarlo porque aquí nadie se va a imponer más que yo”, ese mensaje también es para los nicaragüenses. No hay manera de realizar una protesta abierta y que el régimen no lo asuma que están atentando contra su estabilidad”, manifestó Ivania Álvarez.
La dictadura orteguista en la última semana intensificó el asedio y los secuestros en contra de estudiantes y activistas opositores. La Policía desplegó una cacería a nivel nacional, con retenes en las entradas a los municipios para impedir que miembros de organizaciones opositoras se trasladaran a las zonas donde tenían previsto reuniones de planificación de la lucha contra la dictadura.
La UNAB tiene reportadas más de 32 acciones de asedio, retenes, intimidación y secuestros en casas de opositores de parte de la Policía, brazo represor del régimen de Daniel Ortega en contra de los nicaragüenses que le exigen libertad y justicia por los abusos a los derechos humanos y elecciones democráticas.
“La situación de represión en los centros comerciales y lugares públicos ha escalado, si te recordás desde el año pasado ellos (la Policía) militarizaron los centro comerciales y supermercados, que era donde nosotros hacíamos, pero sí ha escalado. Ya hay una situación donde irrumpen la privacidad de los centros comerciales y ocupan sus parqueos, cosa que antes se quedaban en las avenidas esperando, pero ahora están adentro”, concluyó Álvarez.