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Walter Antonio Montenegro Rivera, de 31 años, en 2018. LA PRENSA/Cortesía

Los dos presos políticos que agonizan en una cárcel de Matagalpa

Walter Antonio Montenegro Rivera tiene cuatro balas en el cuerpo desde 2018 y Luis Enrique Meza Lago, heridas sin sanar de cirugías recientes

El régimen de Daniel Ortega ha liberado a miles de presos comunes de todas las cárceles del país, pero mantiene encerradas a personas en grave estado de salud, como el caso de Walter Antonio Montenegro Rivera, de 31 años, quien tiene cuatro balas alojadas en su cuerpo por un enfrentamiento armado con tres sandinistas que están libres.

Montenegro está preso desde hace dos años, porque le disparó a sus agresores mientras lo estaban atacando. Sus rivales eran Jordan Zelaya, Ermis González y Jonny González (estos dos últimos padre e hijo respectivamente), reconocidos sandinistas de la zona de Pantasma, que estaban en el mismo bar que Montenegro el domingo 14 de octubre de 2018. Según los testigos y familiares de Montenegro, él disparó desde el suelo cuando ya estaba herido y logró asestar un tiro a cada uno de los González. Padre e hijo fueron trasladados inmediatamente al hospital Victoria Motta de Jinotega, pero la familia de Montenegro tuvo que rogarle a la Policía Orteguista (PO) para que lo trasladaran a él.

Diez días después de estar hospitalizado, Montenegro fue llevado en camilla al centro penal de Waswalí, ubicado en Matagalpa, con una bala en la garganta, otra al lado derecho de la oreja; otra en los intestinos sin tocar órganos vitales y un disparo que le dañó el diafragma del pulmón derecho. Las balas causaron hemorragia interna, por eso era mejor no sacarlas, según explicaron los médicos a los familiares de Montenegro, quienes piden no ser identificados por temor a represalias de los sandinistas.

Los médicos valoraron que Montenegro padece hipertensión crónica, diabetes y dos veces ha tenido síntomas de derrame cerebral en la cárcel. Su caso ha sido denunciado por el grupo de familiares de presos políticos denominado Secuestrados Políticos Unidos y también está en las listas del Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas.

Montenegro no participó en las protestas de 2018 ni es conocido por manifestarse contra el gobierno, pero trabajaba en una de las haciendas de la familia Montenegro, los opositores de Jinotega que son perseguidos y hostigados por el régimen. Aunque tiene el mismo apellido no es pariente de ellos, pero si tienen una estrecha amistad. El patriarca de la hacienda donde trabajaba es su padrino. La familia Montenegro es perseguida por los sandinistas desde las protestas de 2018. Cuatro de sus miembros han sido asesinados y principalmente los jóvenes andan huyendo.

Luis Enrique Meza Lagos, de 37 años, es otro preso político que está en la cárcel de Matagalpa en condición de gravedad. El 27 de enero de este año recibió un disparo en el abdomen en un enfrentamiento armado motivado por diferencias personales y políticas en la comunidad El Portal, jurisdicción del municipio Santa María de Pantasma, en Jinotega. Aunque en este caso Meza mató al hombre que le disparó y por eso está en prisión, no recibe atención médica adecuada y su estado de salud es grave, por eso ha sido intervenido quirúrgicamente dos veces. Meza también está en la lista del Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas.

El Centro Nicaragüenses de Derechos Humanos (Cenidh) reportó el pasado 12 de septiembre que las autoridades penitenciarias de Matagalpa, pese a conocer su condición física desmejorada, le negaron la atención médica oportuna que necesitaba, provocando más deterioro en su salud.

A Meza se le hizo una colostomía el 27 de enero de 2020, bajo recomendación médica de realizarle una nueva cirugía a los tres meses, abril 2020, sin embargo, fue hasta el 28 de agosto que por complicaciones de salud se le realizó la cirugía. Cinco días después, cuando aún no estaba plenamente restablecido, fue llevado nuevamente al centro penal Waswalí, atentando así contra su salud y su vida.

La falta de atención médica, medicinas y las condiciones insalubres de las celdas provocaron mayores complicaciones en su salud teniendo que ser trasladado de emergencia al hospital de Matagalpa el 8 de septiembre y a la fecha su condición ha empeorado, según el reporte del Cenidh.

Los casos de Montenegro y Meza se suman a otros como el del preso político Justo Rodríguez, de 67 años, originario de la Isla de Ometepe, quien sufrió un derrame cerebral en su encierro. Además, en el contexto de la pandemia del Covid-19, los presos políticos que han presentado síntomas de esa enfermedad, no les dan atención médica ni les pasan los medicamentos que les llevan sus familiares.

Actualmente hay más de 100 personas que están en las cárceles por expresarse contra el régimen de Daniel Ortega. En prisión son torturados, maltratados e irrespetados todos sus derechos humanos. Uno de los casos más emblemáticos es del preso político Eddy Montes, asesinado por un custodio en el sistema penitenciario Jorge Navarro, conocido como La Modelo en Tipitapa, Managua.

Nacionales Nicaragua presos políticos sandinistas archivo

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