La frase que da título a este escrito se le atribuye a Jesús en el evangelio de San Lucas, capítulo 6, versículos del 36 al 38.
Con esta expresión nuestro Creador quiso recordarle a quienes lo escuchaban que no olvidaran la existencia del principio de reciprocidad. Aquello que le sirva a una persona para juzgar a otra en una determinada situación, será la referencia a partir de la cual esa persona será también juzgada cuando pase por una situación igual, les quiso decir.
He querido hacer esta referencia porque las leyes introducidas en la Asamblea Nacional conocidas como Ley de Ciberdelitos, “Ley Putin” y la Ley de cadena perpetua, son leyes draconianas que anulan los pocos derechos que teníamos, aunque fuera en el papel, porque en la realidad el régimen se ha convertido en señores de horca y cuchillo.
Estos señores en la edad media tenían la potestad sobre la vida y la muerte de sus súbditos, al que no lo condenaban a muerte en la horca, lo condenaban a cadena perpetua, sin más proceso que el de su “santa” voluntad.
Pero la aberración que están a punto de convertir en ley, tiene otra connotación más trágica para el pueblo y es que hasta hoy el único legado que había sobrevivido a medias, de la administración de doña Violeta Barrios de Chamorro, eran la libertad de expresión y la libertad de prensa. El día que esas leyes sean aprobadas en la chanchera (calificativo que Edén Pastora le diera a la Asamblea Nacional), habrá desaparecido el último baluarte que nos mantenía informados de las vejaciones y atropellos del régimen.
En referencia a lo anterior, deseo comentarles una observación hecha por un miembro del partido de gobierno, en una reunión en donde departíamos amigos de diferentes ideologías políticas. Decía él que le preocupaba sobremanera que los señores y sus asesores estén ordenando que se aprueben leyes como si las elecciones ya se hubiesen dado y las hubiésemos ganado.
Hace algunos meses señalaba que, si el régimen insistía en su orgía persecutoria y violatoria a nuestros derechos humanos, calificados por organismos internacionales como delitos de lesa humanidad, iba a llegar el momento en que tendrían que actuar al mejor estilo de los peores dictadores de la historia para mantenerse en el poder y para desgracia nuestra y de ellos ese día está llegando. Digo desgracia para ambos porque no hay duda de que los días más aciagos para la oposición están por venir; las persecuciones, acusaciones, encarcelamientos y hasta posibles ejecuciones extrajudiciales, serán la triste noticia en las próximas semanas.
La otra cara de la moneda es que solo la muerte por causas naturales ha salvado a algunos dictadores de ser medidos con la misma vara que en su soberbia midieron al pueblo olvidando la sentencia divina. Estoy seguro que esa era la preocupación del amigo que les comenté anteriormente.
Mientras esto sucede, me indigna que existan dirigentes que estén pensando en cómo ubicarse en la mejor posición posible, pensando en unas elecciones que no se ven por ningún lado. Por lo menos las que el pueblo reclama, observadas, con libertad de movilización y sin magistrados corruptos, entre otras cosas.
Pero como dice un refrán popular, no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Nuestro pueblo comienza a rebelarse y ya lo pudimos observar en el más reciente comunicado de las bases de la ACJD a los representantes del empresariado. Cito textualmente. “Tenemos que comunicarles la decisión absoluta de mantenernos y de integrarnos a la Coalición Nacional atendiendo el mandato del pueblo, ubicándonos en el lado correcto de la historia”. Fin de cita.
Por si fuera poco, monseñor Abelardo Mata nos acaba de dar la grata noticia de un pronto retorno de nuestro obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez. Si Dios está con nosotros, quién contra nosotros. Romanos capítulo 8: versículos 31 al 39.
El autor es comentarista político.