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De arriba a abajo y en el sentido de las manecilllas del reloj, Nicolás Maduro, Kim Jong Un, Xi Jinping y Miguel Díaz-Canel presidentes de Venezuela, Corea del Norte, China y Cuba, respectivamente.

Así controlan el acceso a internet los regímenes de Venezuela, Cuba, China y Corea del Norte

El control parcial o total del internet es el pan de cada día en países que viven bajo regímenes totalitarios. En Cuba el acceso a la red es carísimo y en Corea del Norte prácticamente no existe. En Venezuela se bloquean sitios web y en China están prohibidas las aplicaciones de mensajería más comunes

Piense en el internet como un gran tubo de agua que se distribuye en el país a través de tubos de fibra. Lo que hacen algunos regímenes dictatoriales o autoritarios es imponer un control en ese tubo principal. Así explica Manuel Díaz, experto en Marketing Digital, cómo se realizan los bloqueos gubernamentales en el ciberespacio.

“Para empezar no hay muchos proveedores y generalmente son estatales”, señala Díaz. “Todo el internet que entra por esos cables de fibra es totalmente filtrado”.

El experto advierte que, por el momento, la idea del “internet omnipresente” es una ilusión. “Siempre hay un tubo o dos por donde entra y es relativamente fácil hacer un apagón en todo el país con solo cortar ese tubo”.

Eso podría cambiar en un par de años, con el proyecto Starlink, de la empresa SpaceX, que pretende crear una constelación de satélites de órbita baja​ con el objetivo de brindar un servicio de internet de banda ancha y cobertura mundial a bajo costo. Pero “mientras no lleguemos a ese nivel seguimos siendo relativamente susceptibles a apagones de internet”, dice Díaz, también fundador del sitio Bacanalnica.

Recientemente el tema del control del ciberespacio encendió alertas en Nicaragua cuando se conoció que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo impulsa una Ley Especial de Ciberdelitos. Sin embargo, el control de la web y los bloqueos selectivos o generales de portales y redes sociales ya son un viejo tema en países como Cuba, Venezuela, China y Corea del Norte.

Lea también: Dictadura presenta iniciativa de ley que busca criminalizar publicaciones en redes sociales y medios de comunicación

La Habana, capital de Cuba.

Cuba

Así como tiene dos monedas, “Cuba tiene un sistema dual de Internet: una internet global, inasequible para la mayoría de la ciudadanía cubana, y su propia intranet, más barata y sometida a una estricta censura”, explica Amnistía Internacional en el texto La paradoja de Internet de Cuba: El control y la censura de Internet hacen peligrar los logros de Cuba en materia de educación, publicado en 2017.

El gobierno cubano controla toda la infraestructura de las comunicaciones del país y considera que el ciberespacio es un “caballo de Troya” para la infiltración estadounidense. Además, culpa al embargo de Estados Unidos de la deficiente conectividad.

Según un informe del Observatorio Abierto de Interferencias en la Red (OONI, por sus siglas en inglés), que estudia la censura en Internet, para agosto de 2017 había 41 sitios web bloqueados en Cuba, pero es probable que hayan sido muchos más. Todos expresaban críticas al gobierno isleño, tocaban el tema de los derechos humanos o “tenían relación con técnicas para sortear la censura”.

El bloqueo no se hace de forma evidente. “Cuando una persona intenta acceder a un sitio bloqueado, es redirigida a una página de bloqueo sin ninguna explicación del motivo por el que no se puede acceder al contenido”, dice Amnistía Internacional. “Esto hace que al usuario le resulte difícil saber si está experimentando la censura en internet o se trata de algún tipo de fallo o error transitorio de la red al cargar la página”.

Sin embargo, ese no es el único método cubano para censurar el internet. De acuerdo con el medio independiente 14ymedio, la red nacional de telefonía móvil, Cubacel, censura los mensajes de texto SMS que contienen “democracia” y “huelga de hambre”.

El costo de acceder a la red mundial es de 1.5 dólares estadounidenses la hora, una suma que la mayoría de los cubanos simplemente no puede pagar. Utilizan entonces la red nacional y reciben información seleccionada por el gobierno.

Skype fue bloqueado en 2009, pero pueden utilizarse aplicaciones como Facebook y WhatsApp. Pero muchos se han quedado sin esta última app debido a que no cuentan con telefonía de alta gama.

Las protestas en Venezuela agravaron la censura ejercida desde el internet. LA PRENSA/ Archivo

Venezuela

Igual que en Nicaragua, en Venezuela las redes sociales se convirtieron en una herramienta elemental para documentar las protestas sociales, divulgar información y denunciar la represión del régimen. Esto ha provocado que aumente el control del internet, realizado desde el Estado, que no se ha contentado con la clausura de más de cien medios de comunicación.

Para ello el régimen venezolano ha venido aprobando leyes, decretos y planes nacionales a partir de la década del 2000. La primera fase (2001-2007) inició con la Ley orgánica de telecomunicaciones, de acuerdo con el estudio académico Control político gubernamental del internet en Venezuela.

En 2013, dice el estudio, fue creado el Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria (Cesppa), “una oficina nacional de seguridad que reporta directamente a la Presidencia de la República y tiene facultades para interceptar comunicaciones personales en la web sin orden judicial”.

En la segunda fase (2007-2013) empezaron a observarse cambios en las políticas públicas de internet, “pasando de un modelo de apertura a un modelo de mayor control político sobre las comunicaciones” con el Plan Nacional de Telecomunicaciones 2007-2011, que tenía el objetivo de “consolidar el sistema de comunicación nacional como instrumento para el fortalecimiento de la democracia protagónica revolucionaria”.

En diciembre de año 2010, dice el documento, la  Asamblea Nacional venezolana aprobó reformas a la Ley orgánica de telecomunicaciones y la Ley de Responsabilidad Social de Radio, Televisión y Medios Electrónicos (Resorteme). Con esto se pretendía lograr un mayor control sobre los contenidos publicados en sitios web.

La tercera fase inició en 2014. Persisten las políticas de control del Internet y aparecen los controles de segunda generación: restricción de la conectividad en ciertas regiones, bloqueo de aplicaciones móviles y ralentización de las conexiones, entre otros métodos.

A estas prácticas se sumó la Ley contra el odio, por la convivencia pacífica y la tolerancia, aprobada en 2017. A través de ella (y la Resorteme) la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) controla todo el sistema de telecomunicaciones. Según informes del servicio InsideTelecom, en octubre de 2014 en Venezuela fueron bloqueadas 1,019 sitios web y para 2016 se estimaba que Conatel apagaba unos 2.7 sitios digitales por día.

Por otro lado, cuando estallaron las protestas ciudadanas contra Nicolás Maduro, en febrero de 2014, el acceso a internet fue cortado durante más de tres días en el estado de Táchira, donde iniciaron las manifestaciones.

Según el Instituto Prensa y Sociedad (Ipys), Venezuela tiene la conexión a internet más lenta de todo el continente y se practica el bloqueo de sitios web que incomodan al régimen. Entre el 1 de enero y el 25 de julio de 2019 el gobierno venezolano realizó 881 bloqueos a plataformas digitales y 48 sitios web de medios de comunicación nacionales y extranjeros fueron censurados arbitrariamente unas 434 veces.

En los últimos dos años el régimen de Maduro ha intentado censurar el “Efecto Guaidó” en los espacios digitales e incluso las noticias sobre la pandemia de coronavirus. Otra información que suele ser víctima de censura es el precio del dólar estadounidense.

Pese a todo, las redes sociales siguen siendo la principal fuente de información para los venezolanos; mientras el gobierno utiliza bots en un intento de imponer sus temas.

Lea también: La estrategia de ciberseguridad y la Ley de ciberdelitos: el complemento para controlar las comunicaciones en el país

En China están bloqueadas todas las aplicaciones que se conocen en occidente.

China

“Los ciudadanos chinos navegan en un precioso jardín repleto de vallas y restricciones impuestas por un gobierno que, con el paso de los años, ha aumentado la censura en internet pese a su creciente apertura al resto del mundo”, relató el periodista Nicolás Rivera, de Hipertextual, en su artículo Usando internet en China durante una semana: una pradera repleta de vallas.

En las ciudades de China hay conexión WiFi en cada esquina. El internet está disponible en casi todo el país, pero no todo el internet está disponible. “Sitios como Google y redes sociales como Facebook están censurados y bloqueados, y se necesita una tecnología como VPN para el acceso”, destaca el portal China Highlights.

Si un turista instala previamente (antes de subir al avión) un VPN de paga, que es una especie de túnel seguro y cifrado por donde el tráfico online fluye libremente, puede utilizar la mayoría de servicios como Google, WhatsApp, Facebook y Twitter. De lo contrario, advierte Rivera, solo se tiene acceso a sus alternativas chinas, que además de estar en chino, son censuradas por el gobierno.

Cada aplicación occidental tiene su par en China. WeChat, la más usada, es una especie de híbrido entre WhastApp y Facebook. El equivalente chino para Google es Baidoo. Y en lugar de YouTube existe Youku.

En Corea del Norte prácticamente no existe el acceso a internet.

Corea del Norte

Como es de esperarse, en el país más totalitario y aislado del planeta el acceso a internet es un asunto de Estado y prácticamente no existe. Hay conexión disponible, pero con autorización especial y sobre todo para usos gubernamentales o de “investigación científica”.

Hasta donde se sabe, Corea del Norte cuenta con alguna infraestructura de banda ancha y enlaces de fibra óptica entre las principales instituciones gubernamentales. La mayoría de las personas se conecta a la red a través de una intranet nacional llamada Kwangmyong, con un acceso muy, muy, limitado.

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