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Los cuatro puntos planteados por monseñor Rolando Álvarez para la construcción moral de Nicaragua

Los cuatro puntos que plantea monseñor Álvarez para la construcción moral de Nicaragua

Álvarez llamó una vez más al Estado, sus funcionarios y a la misma oposición a hacer conciencia en cómo están trabajando para el bienestar de la población, y advirtió que si algunos de estos puntos faltan, «el edificio se derrumba»

Monseñor Rolando José Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, planteó cuatro piedras angulares que abonarán a la construcción «moral» de Nicaragua, a través de la familia, la libertad de decidir a nuestras autoridades, la dignidad que deben poseer los ciudadanos y sobre todo la justicia social que representa el respeto a  la vida humana, enumeró durante su homilía en la misa celebrada este domingo.

El líder de la Iglesia católica llamó una vez más a la autoridad de gobierno, a sus funcionarios y a la misma oposición a hacer conciencia en cómo están trabajando para el bienestar de la población. Álvarez exhortó a estos sectores a seguir el ejemplo del político, escritor, humanista inglés, venerado por los católicos como Santo Tomás Moro, quien se destacó por practicar el bien y la justicia, anteponiendo sus intereses personales.

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«Yo los invito que se tomen un momentito a leer todos los días con afabilidad, reflexionando cómo este hombre ejerció el gobierno y la política como un arte cristiano, como un arte evangélico, como una escultura fue esculpiendo aquel hombre su buen obrar a favor de la gente», dijo monseñor Álvarez.

Los cuatro puntos  

Ante la presencia de fieles en la Catedral San Pedro Apóstol, en Matagalpa, tras la reapertura de los templos hace un par de semanas, monseñor Álvarez indicó como punto de partida en la construcción moral del país, la dignidad de la persona, que es el bien más precioso que el hombre posee. Para el religioso, la dignidad humana debe llevar a la construcción de una sociedad donde se respeten los derechos humanos «tanto los de naturaleza civil y política, como los de naturaleza económica, social y cultural».

Como segunda piedra angular está la familia, considerada el patrimonio de la humanidad. «La familia es la base de la sociedad y la estructura más adecuada para garantizar a las personas el bien necesario para su desarrollo permanente, me refiero a la familia natural y tradicional, tal y exactamente como la fundó Dios en el génesis», dijo el obispo de Matagalpa.

Sobre la libertad, monseñor Rolando Álvarez enfatizó en la importancia de que cada ciudadano tenga la capacidad en sus manos de tomar decisiones, que actúe desde el interior de su conciencia, libremente y sin ningún tipo de coacción exterior y que cada quien pueda reflexionar sobre lo que considere más justo y conveniente para el país.

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En la realidad que vive Nicaragua, la dictadura de Daniel Ortega ha coartado cualquier acción que demande libertad y justicia. Ha cerrado cualquier espacio de protesta, reprime y encarcela a quien no comulgue con su administración. Al respecto monseñor llama al Estado «respetar la voluntad popular y debe de convivir con una ciudadanía confiada en su capacidad y potencial e importancia de sus acciones y decisiones».

Por último el religioso reflexionó sobre la justicia social, misma que según Álvarez puede conseguirse a través del respeto. «Esto consiste en edificar un Estado que encuentre su verdadera realización en la promoción del bienestar y progreso social y humano. El respeto a la persona implica en el derecho que se derivan de su dignidad de criatura. Estos derechos son anteriores a la sociedad y se imponen a ella».

«No puede ser de otra forma, la dignidad humana, la familia, la libertad y la justicia social ofrecidas como dones naturales al hombre no solo encarnan derechos sino responsabilidades que el Estado y la sociedad deben cumplir, así como compromisos sociales urgentes hacia los más vulnerables, pobres y desprotegidos. ¡Si falta una, el edificio se derrumba!», concluyó.

Nacionales monseñor Rolando Álvarez Nicaragua archivo

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