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¿Por qué la oposición de Nicaragua no se une?

La Coalición y la AC no están logrando lo que consiguió la oposición en 1990 cuando 14 partidos políticos tan diversos como lo es hoy la Coalición, se juntaron para derrotar a Ortega en unas elecciones

El pasado 28 de septiembre hubo una acalorada discusión en la Alianza Cívica (AC). Les tocaba someter a votación si se quedaban o no en la Coalición Nacional. La mayoría, 14 votos (de empresarios, estudiantes, un político y dos académicos) optó por salirse. Solo el doctor Carlos Tünnerman, Azalea Solís, Ernesto Medina y el padre José Idiáquez, se opusieron. Al final no lograron los votos requeridos para salirse, confirmó LA PRENSA con dos fuentes que participaron en el encuentro.

La AC se mantiene a regañadientes en la Coalición Nacional, un espacio donde convergen partidos políticos –señalados de ser cómplices en el pasado del régimen-, movimientos sociales surgidos durante la rebelión cívica de abril y otros de antaño, feministas, ambientalistas, izquierdistas, comunistas, derechistas, ultraconservadores. De todo el espectro político que se pueda imaginar.

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Pero la permanencia de la AC, conformada por la Iglesia Católica para negociar con el gobierno en el primer diálogo en 2018, en la Coalición Nacional pende de un hilo. Miembros de la agrupación dijeron que durante esta semana que comienza, después de la Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde se abordará la situación de Nicaragua, van a votar para salirse de la Coalición.

¿Por qué en 1990 se unieron y ahora no?

La Coalición y la AC no están logrando lo que consiguió la oposición en 1990 cuando 14 partidos políticos tan diversos como lo es hoy la Coalición, se juntaron para derrotar a Ortega en unas elecciones.

¿Qué separa tanto a esta oposición? La AC dice que la Coalición está dominada por los partidos políticos y cuestionan particularmente la participación del PLC, un partido que ha juicios de muchos integrantes de la Alianza, no ha demostrado ser opositor. Pero, además, otro sector de la Alianza cree que movimientos de izquierda y ex aliados de Ortega tienen mucha fuerza.

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Del lado de la Coalición, la AC es vista como el brazo de los empresarios. Ni Juan Sebastián Chamorro, coordinador de la AC, ni Félix Maradiaga, uno de los líderes de la Coalición, respondieron a consultas de LA PRENSA para este reporte. Le enviamos una lista de preguntas, pero al cierre de esta edición no habían contestado.

“La falta de un programa común consensuado es el factor que impide la unificación de la oposición”, opina el analista político Óscar René Vargas. “Al interior de la Coalición Nacional existen diferentes proyectos de país, aunque no lo digan abiertamente. El gran capital quiere solamente sacar del poder a Ortega-Murillo, pero que se mantenga el modelo económico vigente y tiene temor de ser desbordado por el movimiento social nacido en abril 2018”, expresó.

Vargas cree que también existe la otra oposición: campesinos, estudiantes, auto convocados, sin un proyecto de país. “Cada expresión lucha, al interior de oposición, por consolidar su propio proyecto no expresado”.

Los egos personales

Otro factor que interfiere para que no se logre la unidad son los egos personales, que “juega un papel de desunión”, según Vargas.

“Compiten por ese liderazgo: Félix Maradiaga, Miguel Mora, Luis Fley, Medardo Mairena… Por otro lado, se encuentra el partido CxL (Ciudadanos por la Libertad) que representa, más claramente, los intereses del capital, de la burguesía tradicional. Lucha por construir su propia coalición para subordinar a todos los demás. El candidato más visible es Juan Sebastián Chamorro”, dice Vargas.

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Vargas cree que en 1990 la oposición se unió bajo un solo proyecto porque la mayoría de los políticos tradicionales y representantes del gran capital no creía que Ortega perdería las elecciones.

“Por lo tanto, no entraron en la competencia por puesto o protagonismo. La prueba de ello es que la gran mayoría de los candidatos a diputados, por ejemplo, eran personas de segunda fila”, valora.

Pero también Estados Unidos jugó un papel primordial presionando a la oposición para que se uniera, según el analista político.

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