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La Orgnización Mundial de la Salud (OMS) a inicios de la pandemia el año pasado estableció un protocolo y recomendaciones sobre cómo manejar los cuerpos de estas personas y los riesgos a los que se exponían las personas que entraran en contacto con estos fallecidos. LA PRENSA/ ARCHIVO

Las mentiras de Ortega en las que basa el “éxito” de su estrategia ante la pandemia

El régimen orteguista intenta mostrarse ante los nicaragüense como un Gobierno que triunfó ante la pandemia de Covid-19, pero se enreda en sus propias mentiras.

Daniel Ortega sigue mintiéndole a los nicaragüenes, quienes han vivido en carne propia el embate de la pandemia de Covid-19. Sus mentiras afloran en la Iniciativa del Presupuesto General de la República 2021, que será expuesto este jueves en la Asamblea Nacional. Ortega habla de una estrategia exitosa contra la pandemia, la cual es desconocida porque, en realidad, nunca se orientó al pueblo qué medidas, como país, se iban a tomar.

También señala como logro el balance económico, pero se olvida que el país acumula su tercer año en recesión, y mientras los demás países honran a las víctimas de la pandemia, para el Gobierno la mejor opción es ocultarlas. No aparecen en el documento de la Iniciativa.

Estas son las principales mentiras que el régimen orteguista sostiene sobre la crisis sanitaria en un documento público, en aras de mostrarse como un Gobierno preocupado por la salud de la población.

1- La estrategia singular contra la pandemia:

Durante casi ocho meses, desde que el SARS-CoV-2 llegara a Nicaragua, Daniel Ortega nunca se ha dirigido a la población nicaragüense para exponerle cuál es la estrategia de país ante la pandemia. A como si lo hicieron sus homólogos centroamericanos. Sin embargo, en la Iniciativa del Presupuesto General de la República sostiene que la “estrategia singular preventiva y proactiva”, a través de la que se garantizaría “un adecuado balance o equilibrio entre la pandemia y la economía”, sin sacrificar esta, pese a la multiplicación de contagios, ha generado “extraordinarios resultados”, que en la práctica no se han visto.

Pese a que el régimen se excusó diciendo que la economía del país no podía soportar un cierre para evitar que la curva de casos de Covid-19 no se elevará de forma acelerada, a como sucedió en abril y mayo, el mismo documento señala que la pandemia provocará una pérdida de 5,437.8 millones de dólares en el periodo 2020-2023, de los cuales 928.6 millones corresponden a pérdidas de ingresos ordinarios del Gobierno central.

En un intento fallido por demostrar que sí se estaba protegiendo la vida en el país, el régimen comparó Nicaragua con Suecia, mediante la publicación de un Libro Blanco, y dijo que representaban alternativas al “lockdown”-cierre de emergencia- total en un país en desarrollo y un país desarrollado, respectivamente”. Sin embargo, después que el país escandinavo reconoció que había errado en no evaluar las medidas de otros países, lo que había costado muchas vidas, no se volvió a comparar con Suecia.

2- Inversión en salud:

El Gobierno destaca el incremento presupuestario para la cartera de salud desde que Ortega regresó al poder, hace 13 años. En 2006, según el documento, el presupuesto pasó de 3, 088.3 millones de córdobas a 14, 854 millones en 2019. Asimismo, enlistan una serie de obras de infraestructura sanitaria que son pruebas del avance que se ha tenido en materia de salud; sin embargo, es una verdad a medias.

LA PRENSA publicó un reportaje en el que se expuso que el país no estaba preparado para la pandemia, aunque el Gobierno insista en que el sistema de salud local estaba fuerte. Las asignaciones para desarrollar obras estaban estancadas y el Gobierno intenta disfrazar ese congelamiento realizando obras menores en los centros hospitalarios, que vende como proyectos de alto impacto.

El régimen recalca la construcción de 19 nuevos hospitales, varios de ellos primarios, de los que no se conoce qué tanto están preparados para la atención sanitaria. Este Diario revisó los informes de liquidación de los últimos cinco años del Presupuesto General de la República, a través de los que constató que el gobierno de Ortega solo en un año logró concluir la construcción de una casa materna, en los otros solo se mostraba el nivel de avance, también concluyeron la construcción de cinco hospitales primarios en diversas zonas del país, realizó 11 rehabilitaciones, y equipamiento de hospitales; 11 mejoramientos y equipamientos de hospitales y tres reemplazos y equipamiento de hospitales, entre otras obras. Es decir, que pesan más las reparaciones y ampliaciones que obras nuevas como tal.

3- Sistema de salud preparado ante la Covid-19:

Es verdad que desde enero el régimen orteguista dijo en medios de comunicación afines al partido de Gobierno que fortalecerían la vigilancia epidemiológica por la aparición de un nuevo coronavirus, que se conocería después como el SARS-CoV-2, pero no es cierto que el Protocolo de Preparación y Respuesta ante Riesgo de Introducción de Virus (Covid-19) fuese difundido de forma transparente. Este se filtró en los medios de comunicación independiente que empezaron a reportar lo que el Minsa tenía preparado, iniciando por las estimaciones del impacto de la pandemia.

En febrero el Minsa estimó que podían haber 32,500 afectados, de estos, el 75 por ciento serían de leves a moderados, exactamente unos 24,375. El 25 por ciento serían graves, es decir, unos 8,125. Tomaron como referencia una tasa de letalidad de 2.5 por ciento, lo que reflejaba 813 fallecidos. Y calculaban que unos 1,016 nicaragüenses ingresarán a una Unidad de Cuidados Intensivos. En mayo, los hospitales se vieron rebasados, y muchos testimonios refirieron que no había camas disponibles en las UCI de hospitales privados.

Y fue a medida que avanzaban los contagios que el Minsa preparó el abordaje de los cuadros respiratorios a nivel nacional en las unidades de atención. Pero antes que esto sucediera, los casos se trataban con total hermetismo, el conteo del Minsa mantiene grandes vacíos y el subregistro de casos y muertes sigue creciendo.

Los médicos, por su parte, denunciaron en mayo que no contaban con equipos de protección lo que los dejaba vulnerables ante el virus. El uso de mascarilla, una de las principales medidas de prevención de la Covid-19, fue vetado por las mismas autoridades médicas, y fue hasta después, con los casos desbordados, que se levantó la restricción y podían usarlas.

4- Seguimiento a más de 40 mil viajeros:

El régimen orteguista insiste que como parte de la respuesta a la pandemia, el Ministerio de Salud (Minsa) mantuvo vigilancia a más de 42 mil viajeros internacionales por 21 días con el objetivo de identificar posibles casos de Covid-19. Pero la supuesta vigilancia a la que se refiere el Gobierno a lo mucho consistió en que les llamaran y le preguntaran si habían notado algo diferente en su estado de salud.

En la práctica, cientos de viajeros entraron y no tuvieron seguimiento. Incluso, un grupo de migrantes provenientes de El Salvador ingresó por puntos ciegos y no hubo monitoreo para ellos.

Tampoco se conoció si el Minsa, en realidad, hizo el seguimiento de los primeros casos, los que en verdad eran importados, ya que después de varias semanas, cuando los epidemiólogos independientes aseguraban que el país había entrado a la fase comunitaria, el Minsa mantenía que los casos seguía llegando de otros países y que no había transmisión en los barrios y ciudades del país, lo que no era así.

5- La “milagrosa” tasa de recuperación: 

Nicaragua presenta la tasa más alta de pacientes recuperados de la Covid-19, es de 94 por ciento, según datos del régimen expuestos en la Iniciativa del Presupuesto 2021. El Gobierno asegura que ha dado “seguimiento responsable y cuidadoso” a 4,146 personas confirmadas con Covid-19 hasta el 29 de septiembre. Un total de 3,898 estaban curadas. Los datos contrastan con la realidad de contagios y muertos, cientos de ellos no están en las estadísticas del Minsa porque la población no acudió a los hospitales y prefirió buscar la asistencia remota o bien, se automedicaron.

El Observatorio de Covid-19 hasta la semana pasada contabiliza 10,733 casos sospechosos de Covid-19  y 2,780 decesos asociados a esta enfermedad. Pese a que esta cifra es más aterrizada al impacto que ha tenido la pandemia en la población, médicos siempre aseguran que persisten datos sueltos, casos que no han sido contados. Lo más cuestionable es que Ortega guarda con recelo la cantidad de fallecidos y sigue minimizando la emergencia sanitaria.

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