Las cifras de femicidios en Nicaragua reportados en lo que va del año — superior a registros pasados — reflejan que la violencia machista continúa incrementando y que, en el peor de los casos la problemática está fuera del control de las autoridades nicaragüenses, pese a que se muestren interesados en imponer la condena de cadena perpetua en el país.
Ross Angélica Martínez Hunter, de 24 años, fue asesinada a cuchillazos en Bonanza, Caribe Norte, por su pareja Wilmer Lino Flores, el jueves 5 de noviembre. Con este femicidio, la cifra total se elevó a 68, según contabiliza el Observatorio de Católicas por el Derecho a Decidir (CDD).
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El aumento en las muertes violentas, en comparación a años pasados, ha alertado a las organizaciones y defensoras de los derechos de las mujeres a declarar ¡Alerta Roja! y exigir al Estado de Nicaragua políticas públicas integrales para la prevención de la violencia machista.
“Seguimos en alerta roja porque es preocupante que se sigan dando estás situaciones de violencia, y en crisis — sociopolítica, sanitaria, natural — que agudizan y vulneran más los derechos de las mujeres. Decimos alerta roja, porque los casos de femicidios, violencia sexual, desapariciones y falta de atención por parte del Estado. La frecuencia y prevalencia de violencia es continúa, no se detiene”, denunció Merycé Mejía, enlace nacional de la Red de Mujeres Contra la Violencia (RMCV).
Femicidios en aumento
De acuerdo, a las cifras de femicidios que CDD ha documentado desde 2014. Este año apunta a ser de la misma magnitud de ese entonces que registraron 75 asesinatos. Los 68 femicidios en lo que va del 2020, superaron los datos de los últimos cinco años. En 2015 hubo 53 casos, en 2016, 49 asesinatos, en 2017, 51 femicidios, en 2018, 61 y en 2019, 63.
Martha Flores, de CDD, refirió que de continuar la violencia machista en aumento y los crímenes en impunidad. “Este año podríamos hasta superar esos números, es que la violencia machista no se detiene, no baja, es todo lo contrario, va en aumento cada día. Esto es una alerta para todas las mujeres, y en especial para este Gobierno que debería buscar qué hacer y sobre todo garantizar justicia para las mujeres, no impunidad”, señaló.
Por su parte, Mejía insistió en que en la actualidad las pocas instituciones que deben velar por la integridad de las mujeres ven el tema de la violencia machista como un problema que debe esperar, y de ser así el año cerrará con más asesinatos crueles contra las mujeres.
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“Está problemática nos afecta a todos como sociedad, no solo a las mujeres, niñas, adolescentes, sino hasta familias completas, y no es posible que el Estado le quite la atención, porque es ahí donde los asesinos, abusadores y agresores aprovechan para cometer delitos, de continuar así vamos a cerrar el año, lamentablemente con más femicidios, vamos a continuar viendo situaciones tan crueles, porque la mayoría de los asesinatos contra las mujeres se dan con saña y odio, se debe a que no hay respeto por la integridad de las mujeres”, refutó.
Violencia se agudiza en el Caribe
La socióloga explicó a LA PRENSA que la violencia machista se agudiza más en las zonas del Caribe, que por años ha sido uno de los departamentos dónde se registran más femicidios, y a su criterio obedece a múltiples factores desde la cultura, pobreza, limitación a accesos de recursos y servicios públicos por el olvido estatal.
“Managua, Matagalpa y la Costa Caribe son los tres departamentos que registran más femicidios cada año, debido a que influye la variedad de cultural que poseen, la creencia, costumbre, modos de vida, además hay que destacar que la extrema pobreza en la que viven obliga a las mujeres a tener limitaciones de todo tipo, de poder acceder a servicios y recursos públicos, las mujeres son víctimas de violencia de todo tipo, y para poner una denuncia tienen que caminar kilómetros y sino son escuchadas, quedan aún más expuestas a sus agresores”, refirió Mejía.
Además, destacó que a pesar de que existan organizaciones no gubernamentales trabajando en la problemática el acompañamiento se limita porque son demasiadas mujeres víctimas de violencia. “Ellas cuentan con poco conocimiento de sus derechos, aunque hay organizaciones estas no dan abasto para todas, ellas muchas veces no ponen la denuncia por miedo, porque desconfían de las instituciones y porque muchas veces ni siquiera tienen recursos económicos, todo esto influye para que la violencia en la zona aumente”, señaló.
Finalmente, Mejía manifestó que la violencia machista no se trata de discordia o de asuntos de pareja y que es necesario que las instituciones eliminen esos tipos de argumentos. “En el caso de la joven de Bonanza, no es posible que la misma Policía diga que el móvil del crimen sea por ‘discordia entre pareja’, hay que tener claro que la violencia machista no es de discordia, de asuntos de pareja, es un delito que tiene consecuencias a grandes escalas en la vida de las mujeres. La Costa necesita mayor atención, estas mujeres por años permanecen olvidadas por parte del Estado”, concluyó.