Si el comercio de fin de año en 2018 estuvo golpeado por la crisis social política que inició en abril y en 2019 las reformas fiscales marcaron otra estocada a la economía de Nicaragua, este 2020 no ha sido la excepción, con una crisis sanitaria que abrió una profunda herida en el sector que terminará por pasar factura a las ventas de finales de este agónico año.
Las expectativas para el sector comercio, hoteles y restaurantes están determinadas por factores como el cierre de fronteras terrestres en Centroamérica, la falta de conectividad aérea internacional y el nivel de desempleo que se arrastra desde hace dos años, que de acuerdo con las últimas proyecciones de la Fundación Nicaragua para el Desarrollo Económico (Funides) solo en el 2020 unos 42 mil nicaragüenses habrán quedado sin trabajo y estarán engrosando los 222 mil sin empleo en Nicaragua.
Pese a las limitaciones ya expuestas, unas 250,000 micros, pequeñas y medianas empresas de diferentes áreas económicas se mantienen positivas con el dinamismo que usualmente impone la llegada de las fiestas de fin de año, principalmente por el aguinaldo y más remesas.
El turismo espera tener un incremento del 10 por ciento de ocupación, considerando que en la actualidad la ocupación de solo nacionales asciende a un 30 por ciento, explicó el presidente del Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conimpipyme), Leonardo Torres.
Turismo no pierde la esperanza
En esa línea René Sándigo, coordinador de la Cámara Nacional de Turismo de Nicaragua en Granada, apunta que la estrategia de los hoteles para atraer a los consumidores en estos tiempos será adaptarse al turismo nacional que en un 90 por ciento sale los fines de semana.
“Se están haciendo paquetes completos con desayunos y almuerzos, daypass (pasar un día en un hotel) con uso de habitación, uso de piscina, algunos están haciendo coliving (rentar habitaciones por mes), también ahorita la gente está preguntando por eventos ( en su mayoría pequeños y familiares con prevenciones por el Covid)”, aseveró.
Por el fácil acceso vial y por la cercanía con todos los departamentos del sur, Granada es uno de los puntos donde más se concentra el turismo. Sándigo precisó que actualmente alrededor de 15 hoteles están abiertos, pero para noviembre y diciembre se espera que abran nuevamente muchos más. Esto con la esperanza de que el turismo nacional reaccione con la llegada del aguinaldo.
“Pero mientras no vengan los aviones vamos a seguir dividiendo un pastel muy pequeño que es el turismo nacional que lo valoramos y lo deseamos, pero solo sale los fines de Semana y nosotros para operar positivamente necesitamos turistas a diario”, declaró.
En ese sentido, el titular de Conimipyme también reciente que la conectividad aérea esté en manos de una sola línea de viajes. Afirmó que la gastronomía será la clave del empuje económico este año. “Hemos visto un incremento importante en bares y restaurantes, eso es lo que nos ha generado algunos recursos”.
El líder empresarial expresó que con todas las medidas higiénicas son un sector que ha dado la batalla por subsistir aún en pandemia, aunque este año los ingresos se espera que caigan drásticamente. Mientras en 2019 el turismo produjo 515 millones de dólares en ingresos, este año se proyecta cerrar en 250 millones de dólares, estima.
Comercio cauteloso
Es el comercio el que está cauteloso con sus proyecciones. El contexto es más adverso ahora con el paso del huracán Eta. La presidenta de la Cámara de Comercio y Servicios de Nicaragua (CCSN), Carmen Hilleprandt, dijo que el último trimestre del año históricamente significa un 30 o 40 por ciento más en ventas respecto a los trimestres anteriores, sin embrago, por las circunstancias como la Covid-19 y el paso del huracán Eta, no se atreve a decir que será de la misma manera el 2020.
Entre marzo y junio se ubica la guillotina para el sector económico de Nicaragua, porque fue cuando la pandemia de la Covid-19 estuvo en su pico más elevado. Sí va a haber un mejor cierre de ventas en diciembre con respecto al comportamiento de todo el año, pero no mejor que el del año pasado, sospecha Hilleprandt.
“Desde el 2018 hasta este año, la economía se hizo más pequeña , tuvimos la reforma a la Ley de Concentración Tributaria en marzo de 2019 y eso vino a quitarle liquidez a las empresas, porque ahí se ha ido prácticamente todo el capital para compras y eso tiene restringido al sector empresarial”, se queja de cara a los preparativos para las fiestas de fin de año y Navidad.
La apertura de fronteras terrestres hubiese podido ayudar a que la situación de turismo y el mismo comercio mejore, cree Torres, pero es un objetivo que aún está por verse si se lograr alcanzar. El también presidente de la Cámara Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa Turística aseguró que se han hecho innumerables gestiones con Costa Rica para abrir la frontera al turismo, hasta ahora sin respuesta. Es probable que se logre en la tercera semana de noviembre, confía.
Restaurantes y hoteles urgen de ese oxígeno
Al turismo le urge esa bocanada de oxígeno. Según el Indice Mensual de Actividad Económica (IMAE), publicado por el Banco Central de Nicaragua (BCN) en octubre pasado, los servicios de hoteles y restaurantes disminuyeron 50.9 por ciento en agosto, lo que ocasionó que en términos acumulados (enero- agosto) el sector cerrara con un desplome de 29.1 por ciento. Este resultado estuvo asociado al menor número de visitantes provenientes del exterior.
El comercio tiene una mejor perspectiva. El mismo informe indica que el IMAE de este sector en agosto creció 6.0 por ciento (4.2 por ciento en el acumulado enero – agosto), debido al aumento del comercio al por mayor y al por menor.
Consumo en descenso
La esperanza es que con el aguinaldo el consumo nacional muestre señales de mejoría, esto luego de fuertes descensos en los primeros trimestres de este año, tras un 2019 también en negativo. Según cifras del BCN en el segundo trimestre del 2020 – en pleno impacto de la pandemia- la demanda nacional registró una disminución de 4.8 por ciento, ocasionado que al primer semestre se ubicara en -1.4 por ciento.
Según el máximo emisor bancario la caída en el consumo nacional se debió a un comportamiento mixto, crecimiento del consumo público y disminución del consumo privado. Sin embargo, en diciembre se podría dar un alza porque este mes determina un fenómeno ocasional y temporal, es decir que las ventas se incrementan por las compras de vestuario, zapatos, juguetes y accesorios navideños, refirió el economista Marco Aurelio Peña.
El incremento de las ventas y el consumo de este período también está relacionado al recibimiento del aguinaldo, el que es libre de impuestos. Esto ayudará específicamente al consumo de los hogares, que según el BCN en el segundo trimestre retrocedió 6.6 por ciento y con ello hasta junio acumuló una reducción de 2.6 por ciento.