El Banco Central de Nicaragua (BCN) no ha actualizado las cifras del precio de la canasta básica desde julio del año pasado, pero en la página web del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE) se publicaron desde el mes pasado, con los precios actualizados hasta septiembre de 2020.
Esta era una de las estadísticas más solicitadas por su importancia en el impacto social de los consumidores, y para valorar de forma cuantitativa la reforma tributaria, aplicada por el régimen de Daniel Ortega desde febrero de 2019, en la que gravó con más impuestos y encareció varios productos de la canasta básica.
La canasta básica de Nicaragua está subdividida en tres grupos: alimentos y bebidas no alcohólicas, productos de uso del hogar y vestimenta. Está diseñada para dos adultos y tres menores.
Antes de la reforma tributaria de Ortega, el precio de los 53 productos de la canasta básica era de 13,414 córdobas. Un año después de su implementación, el precio se disparó hasta 14,231 córdobas. Es decir, 817 córdobas más. No obstante, la diferencia más grande ocurrió en junio de este año, cuando el precio rondó los 15,026 córdobas. Si se compara con febrero de 2019, el aumento es de 1,612 córdobas.
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Desde junio hasta septiembre de este año, el precio de toda la canasta básica bajó hasta costar 14,226 córdobas. Sin embargo, la última actualización del promedio del salario real de un trabajador formal llegaba apenas a 4,619 córdobas. Lo que quiere decir que para completar toda la canasta básica, se necesitarían más de tres salarios promedios reales.
Golpe al valor de los alimentos
El salario real es la capacidad de compra que tiene un trabajador con la cantidad de dinero que le queda cada mes, tras descontarse del salario nominal el impacto inflacionario, impuestos y cotizaciones. Por ejemplo, un nicaragüense tiene un salario nominal de 10 mil córdobas mensuales, pero los precios de los alimentos y bienes y servicios se elevaron en el año un 5 por ciento, y nunca recibió un ajuste. Eso implica una pérdida en la capacidad de compra de bienes y servicios.
En cuanto a los productos, los alimentos fueron los que aumentaron más. De 8,822 en febrero de 2019 a 10,236 en junio de 2020. Esto significa un incrementó de 1414 córdobas, de los 1612 que subió toda la canasta, en solamente 14 meses. La última cifra de los 23 productos alimenticios promediaban 9,414 córdobas. En tanto, en ese período, los productos del hogar aumentaron 141 córdobas y vestuario apenas 58 córdobas.
Estos número desmienten el discurso oficial en la introducción del dictamen de esta ley tributaria, donde los orteguistas plantearon: «Con esta medida, el GRUN (Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional) continúa priorizando el derecho de las familias más pobres al acceso y disfrute de una alimentación saludable, a través del consumo de verduras, frutas, hortalizas, pescados frescos y carnes de res, cerdo y pollo en sus diferentes cortes populares; garantizando la seguridad y soberanía alimentaria de las familias nicaragüenses”.
Pero además el régimen mintió, cuando en su introducción del dictamen, aseguraba que la Comisión «ha revisado las medidas y garantiza que todos los productos del sector agropecuario que se necesitan para impulsar este sector, quedan exonerados del IVA a través de listas taxativas con el objetivo de garantizar que también el pequeño y mediano productor pueda beneficiarse de esta medida».
El titular de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, aseguró que mediante la recaudación tributaria y no tributaria esperan el próximo año obtener 75,101.40 millones de córdobas, 1,552.80 millones de córdobas más que la meta de 2020 (73,548.6). Este año la pandemia echó al piso las estimaciones de recuperación económica que había planteado el Gobierno, tras el estallido social de 2018, y la posterior implementación de una draconiana reforma fiscal que supuso el aumento de precios en varios productos de la canasta básica.