Los nicaragüenses que viven y trabajan en Estados Unidos y España están enviando más dinero en concepto de remesas familiares este año, contrario a lo que se esperaba que iba a pasar por el efecto de la pandemia del Covid-19 en esos países. ¿A qué se debe este aumento?
Para Angela Muñoz, de Managua, que ahora vive y trabaja en España, hay dos posibles explicaciones: Primero, hay más migrantes nicaragüenses en ese país y, segundo, quienes tienen sus trabajos más o menos asegurados, están enviando un porcentaje mayor de sus ingresos, por la crisis económica que están viviendo sus familiares.
Según el más reciente informe de remesas familiares, publicado por el Banco Central de Nicaragua (BCN), en el tercer trimestre de 2020 al país llegaron 300.7 millones de dólares de Estados Unidos. De este país viene la mayor parte del dinero que mandan los nicaragüenses.
El informe refiere que en esa cifra hubo un incremento de 59 millones de dólares con respecto al mismo período de 2019, lo que significó un crecimiento porcentual de 24.4 por ciento.
Mientras tanto, de España llegaron 72.4 millones de dólares, en el tercer trimestre de este año. Esa cifra, según el BCN, creció 27.5 por ciento, con respecto a igual período de 2019 (US$56.8 millones).
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Así como el monto total de dinero que llegó de ese país aumentó, España ascendió en su posición en el pastel de los países “origen” de las remesas que llegan a Nicaragua, ubicándose en segundo lugar, posición que antes ocupaba Costa Rica.
Familias pasan dificultades en Nicaragua
Blanca Jiménez, también de Managua, actualmente envía desde el país europeo aproximadamente un 80 por ciento de su salario, quedándose sin poder cumplir su sueño de ahorrar para regresar a Nicaragua e invertir su dinero. Su familia es grande y debido a la crisis socioeconómica del país están pasando muchas dificultades, contó.
Según Jiménez, su mamá se enfermó y se quedó sin trabajo. Ahora cuida a sus abuelos, porque ya están mayores. Su tía, que trabajaba en una ONG, también se quedó sin trabajo. Tiene tíos que viven en Estados Unidos y también mandan remesas, pero muy poco. Así que ella comenzó a mandar más dinero del acostumbrado.
Promedio de 247 dólares
Según las estadísticas, el monto promedio de las remesas recibidas de Estados Unidos fue de 247.3 dólares en el tercer trimestre de 2020, con un aumento de 18.6 por ciento con respecto al tercer trimestre de 2019. El año pasado, el promedio era de 208.6 dólares mensuales, según el Banco Central. El monto promedio de las remesas recibidas de España también se incrementó, al pasar de 279.3 a 316.6 dólares, es decir 37.3 dólares más.
En Nicaragua, desde que inició la crisis sociopolítica, en abril de 2018, se han perdido más de 200 mil empleos formales. Según las mismas fuentes oficiales, una buena parte de esas personas fueron absorbidas por el comercio informal. El Banco Central afirmó en su Informe Anual que en 2019 el subempleo se incrementó en 1.8 puntos porcentuales con respecto al año anterior.
Pero otra parte de la población desempleada ha buscado cómo migrar. Según el Instituto Nacional de Estadística de España, en ese país viven 57,403 nicaragüenses. Y el Ministerio del Interior de ese país informó que entre enero y julio de este año se le ha dado el estatuto de refugiado a 435 nicaragüenses y se han admitido bajo la categoría de razones humanitarias a cuatro connacionales.
La “buena noticia”
Para el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, el crecimiento de los ingresos que recibe el país en concepto de remesas es una “buena noticia”. Entre enero y septiembre, el país recibió 1,342 millones de dólares del exterior, 9.4 por ciento más que el año pasado, en igual período.
“La buena noticia en las nuevas proyecciones es que las remesas siguen creciendo. El esfuerzo de nuestros connacionales apoyando a sus familias está creciendo en un ocho por ciento anual. Esa es una buena noticia”, dijo el ministro de Hacienda, Iván Acosta, al momento de presentar la iniciativa del Presupuesto General de la República en medios oficialistas, el pasado 15 de octubre.
Nicaragua tiene un problema de flujo de recursos externos que está afectando su capacidad de crecimiento, según el economista y expresidente del Banco Central, y actualmente presidente de la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (Amcham), Mario Arana.
“El gobierno, de forma deliberada ha tenido que implementar políticas contractivas vía alza de impuesto o control de la liquidez en la economía, para mantener las importaciones bajo control y por ende proteger la posición de reservas internacionales y la estabilidad macroeconómica. Este es el precio de no tener una solución política que impide la normalización de flujos externos como préstamos, donaciones e inversión extranjera directa. Esta última ya pesaba tanto como las remesas, pero ahora es un tercio o menos de lo que alcanzado en momentos picos”, explicó Arana.
De acuerdo con el economista, el ingreso por remesas es el único flujo externo que ha continuado dinámico en el país, porque el neto de las exportaciones, por el lado de la contribución de las zonas francas, se continúa contrayendo este año.
Pero ¿a qué se debe este crecimiento en vista de que las proyecciones indicaban que los ingresos por remesas caerían en al menos un cinco por ciento y hasta en un 18 por ciento, si estas se derrumbaban, debido a la pandemia?
“Tengo la impresión que lo que estamos viendo en aumento de remeses podría tener que ver con un par de posibilidades: Un mejor registro de los flujos más que un aumento extraordinario, porque en todos lados, ahora con el virus, los empleos han sufrido. Pero también ha habido migración por la crisis política y puede ser que ahora estamos viendo la contribución de estos exiliados que ya deben estar insertos en los mercados laborales en el exterior. En términos reales es posible que el aumento sea menor de lo que se dice, pero es un nivel fuerte de flujo de recursos externos y representa una tabla de salvación para muchas familias que las reciben”, dijo el economista y expresidente del Banco Central.
Blanca Jiménez tiene varios meses de estar enviando desde España casi todo su salario para que su familia no pase necesidades en Nicaragua. “Por suerte”, dice, trabaja de interna, lo que le permite no gastar en comida, renta ni en transporte. Si tuviera todos esos gastos en el país europeo, se vería obligada a enviar menos y su familia sufriría más el impacto de la crisis del país.
Jiménez espera que la situación de Nicaragua mejore en el 2021, para cumplir sus planes de ahorro y que su decisión de migrar tan lejos valga la pena.
Régimen orteguista pretende seguir exportando migrantes
El viernes pasado, el sitio web oficialista El 19 Digital celebró la firma entre el régimen y el Gobierno de Costa Rica en el Puesto de Control Fronterizo de Peñas Blanca de un convenio que “facilitará la contratación de trabajadores nicaragüenses para laborar temporalmente en empresas costarricenses”.
En el tercer trimestre del año, los ingresos en concepto de remesas procedentes de Costa Rica totalizaron 60.2 millones de dólares, 19.2 por ciento menos en comparación con los 74.5 millones de dólares recibidos en el mismo período de 2019.
Los montos recibidos de ese país han descendido durante el año. El sociólogo Cirilo Otero explicó el mes pasado que la caída de las remesas provenientes de Costa Rica y Panamá probablemente se debe a que en esos países hay problema de desempleo, debido a la pandemia del coronavirus. Otero señaló que, debido a esa misma situación, miles de nicaragüenses se han visto obligados a regresar a Nicaragua, teniéndose que enfrentar en un principio a la negativa del régimen orteguista de permitirles entrar al país. “Lo más escandaloso fue el caso de Panamá”, recordó.
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