Como si el efecto de la pandemia Covid-19 fuera poco para arruinar más la débil economía nacional, Eta dejó otro impacto negativo más significativo en el sector pesca y acuicultura. Tanto empresarios como trabajadores y la población dependiente de esa actividad resiente las consecuencias.
La preparación anticipada por parte de las empresas y los pescadores en el Caribe Norte del país y el resguardo de las embarcaciones e instalaciones físicas no fueron suficientes medidas de escapatoria de la fuerza del ciclón, que provocó pérdidas económicas a nivel nacional por más de 170 millones de dólares, según un recuento preliminar del Gobierno.
“Hubo daños en algunas plantas de hielo, embarcaciones, motores marinos, pérdidas de nasas que aún no se han cuantificado, y también hubo daños muy importantes en las comunidades aledañas a Puerto Cabezas, donde algunos yunques y motores sufrieron daños”, detalló el director ejecutivo de la Cámara de Pesca de Nicaragua (Capenic), Armando Segura.
También se dañaron dos plantas procesadores y 10 centros de acopio de mariscos, 12 embarcaciones, 38 pangas y 500 mil nasas de pesca artesanal, de acuerdo con el Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred). El presidente de Capenic, Xavier Sáchez explicó que en promedio cada nasa cuesta 40 dólares, pero las pérdidas de las empresas en general son elevadas, aunque no precisó monto.
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El directivo de Capenic dijo a este Diario que las empresas pesqueras de Puerto Cabezas han canalizado ayuda para los damnificados, particularmente a aquellos vinculados con las compañías dedicadas a esta actividad económica.
Pese a que los puntos pesqueros son azotados por ciclones durante cada invierno y el desarrollo de las actividades económicas rutinarias se ven paralizadas, esto no significa que todo sea negativo. “Estos huracanes benefician la reproducción de los peces y las langostas porque no son afectados en la misma medida que las personas”, explicó el presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN), Guillermo Jacoby.
Pero Segura dijo que momentáneamente pudo existir alguna migración de langostas y peces como consecuencia del impacto del huracán, situación que se normalizará en algunas semanas.
A los daños por el huracán se suma el impacto del Covid-19. “Esta pandemia ha afectado la demanda y por consiguiente han disminuido los precios y por lo tanto vamos a exportar menos este año, como una consecuencia de la caída en los precios internacionales de los productos acuícolas y pesqueros”, expresó Segura.
Capital de trabajo restringido
La reforma fiscal del 2019 también tiene su impacto en los costos de producción del sector pesquero, situación que empeora por el cierre del grifo en el sistema financiero nacional. “Estamos batallando, están bien estrictos los préstamos de los bancos, de hecho los clientes en Estados Unidos que usualmente te adelantan dinero para trabajar, también están ariscos y no están mandando dinero por adelantado así que estamos teniendo dificultades con el capital de trabajo”, indicó Sánchez.
La proyección de Capenic apunta a que este año se logre entre 290 y 300 millones de dólares por concepto de exportaciones en este sector. Esto representa una disminución del 8 por ciento con relación al 2019 cuando se obtuvo 318.83 millones de dólares.
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La contracción está vinculada con la baja en los precios internacionales. Ahí se incluyen el camarón, la langosta, el pepino de mar, el caracol y diversas especies con escamas. El titular de Capenic detalló que productos como la langosta pasó de estar a 21 dólares la libra de cola, a cotizarse en 15.75. En cuanto al caracol anteriormente se comercializó a siete dólares por libra, hoy está a 5 dólares.
El efecto de la baja mundial del turismo, producto de la pandemia, ha provocado en parte la caída del consumo de productos del mar, señaló el presidente de APEN.
Meta en aprietos
El Instituto Nicaragüense de la Pesca y Acuicultura (Inpesca) se comprometió a inicios de este año a dar acompañamiento al sector para lograr que este sea el tercer año consecutivo de sobrepasar los 300 millones de dólares exportados. La meta era que las exportaciones se acercaran a las 118 millones de libras, un poco más de las 53 toneladas de producto pesquero y acuícola.
El Banco Central de Nicaragua (BCN) en su último informe de Índice Mensual de Actividad Económica revela que el sector pesca y acuicultura registró una disminución de 5.1 por ciento (-0.7 por ciento en el acumulado enero-agosto), como resultado de la menor captura de camarón, pescado, langosta y otros productos de la pesca. No obstante, se registró crecimiento en la producción de camarón.
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Xavier Sánchez sostuvo que este sector ronda los 265 millones de dólares hasta la fecha. Los envíos pesqueros hasta septiembre registraron una disminución interanual de 15.3 por ciento, debido principalmente a una baja en las exportaciones de langostas (-27.3 por ciento) y pescados frescos (-14.1 por ciento), según el informe de Comercio Exterior publicado por el BCN en octubre.
En el último mes, la langosta muestra señales de recuperación, al igual que el pescado según datos de APEN. “Hay que recordar que para el caso específico de la langosta se tienen que ligar a su propio comportamiento como ser vivo silvestre, el cual puede verse afectado por cambios en las temperaturas del mar, cambios en la dirección de las corrientes marinas, muchas veces relacionado con el cambio climático”, sostuvo Guillermo Jacoby.
Los mercados
Estados Unidos sigue siendo el principal comprador de los productos marinos y de cultivo de Nicaragua. Hasta la fecha ha comprado el 47.6 por ciento del valor exportado, seguido de El Salvador (10.6 por ciento), Costa Rica (4.9 por ciento por ciento, Guatemala (3.8 por ciento), Bélgica (2.9 por ciento), China Taiwán (2.9 por ciento) México (2.7 por ciento) y Corea del Sur (2.6 por ciento). Estos mercados captaron el 77.9 por ciento del valor total exportado hasta agosto 2020.
“El mercado internacional para los productos pesqueros nacionales es un mercado bastante abierto debido a la calidad del producto de Nicaragua, la cual es muy competitiva. Tenemos un abanico bastante amplio para colocar nuestros productos”, precisó el director de Capenic.
El anhelo del sector pesquero es que el 2021 sea un año de estabilidad gradual de los precios internacionales y de los productos pesqueros y acuícolas, como resultado de la recuperación que harán los países, postpandemia. “Nuestras expectativas son tener un crecimiento del 8 al 10 por ciento” el próximo año, acotó Segura.