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Yuri Vanessa Salgado Martínez, una nicaragüense de 24 años, deja en orfandad a dos niños, era originaria de Matagalpa. LA PRENSA / CORTESÍA

Yuri Vanessa Salgado Martínez, una nicaragüense de 24 años, deja en orfandad a dos niños, era originaria de Matagalpa. LA PRENSA / CORTESÍA

Femicidio de matagalpina en Honduras, el drama de repatriar a las víctimas

La joven viajó trabajar en el corte de café, pero fue asesinada por un hombre de identidad desconocida. Su hermano pide ayuda para repatriar su cuerpo

“Mi hermana era tranquila, muy trabajadora y madre de dos niños”, así describió Wilmer Ortega Martínez a Yuri Vanessa Salgado Martínez, una nicaragüense de 24 años que fue asesinada este jueves por un hombre que conoció en una finca cafetalera del Municipio de Meámbar, Comayagua, en Honduras, donde ella trabajaba. Se desconoce la identidad del autor del crimen.

La joven era originaria de San Ramón, Matagalpa y viajó al país hondureño para trabajar en el corte de café, ante el desempleo que persiste en Nicaragua. Hoy su hermano se encuentra reclamando su cuerpo en la morgue de Medicina Legal en Tegucigalpa, capital de Honduras, después de que las autoridades lo rescatarán de un río donde el femicida tiró el cuerpo, según reportó El Heraldo.

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El familiar dijo al medio local que “ahí (finca) conoció a ese hombre que la terminó matando y tirándola un río”. Este crimen en el país hondureño, aumenta a nueve la cifra de femicidios de nicaragüenses en el exterior en lo que va del 2020, según datos del Observatorio de Católicas por el Derecho a Decidir.

Los otros casos se registraron en Costa Rica (6), El Salvador (1), y dos en Honduras. El Observatorio incluye estos casos en las cifras de mujeres que han sido asesinadas dentro y fuera de Nicaragua, que en total son 69.

Solicita ayuda para repatriar el cuerpo

En medio del dolor por la pérdida y su condición de escasos recursos, el hermano de la víctima solicitó ante los medios locales ayuda económica para poder repatriar el cuerpo de Salgado. “Yo pido que me ayuden a llevar a mi hermana por lo menos hasta la frontera, pues no tengo transporte para hacer el traslado. No sé si el personal de la embajada puede ayudar a llevar el cuerpo, pues no sé cómo hacer en este caso”, clamó el familiar.

Sin respuesta y apoyo del Estado

Defensoras de los derechos de las mujeres explicaron a LA PRENSA que los casos de femicidios en el extranjero deben ser atendidos por deber y responsabilidad por el Estado de Nicaragua, sin embargo, denuncian que “se sigue el mismo patrón de abandono, pasividad y desatención a la problemática que va en aumento dentro del país y que traspasa las fronteras”.

“El Gobierno no cumple con los derechos humanos universales, porque a pesar que las nicaragüenses estén en otro país ellos siempre tienen el deber de protegernos ante las leyes. En casos de femicidios, el Estado no cumplen, porque no hay ningún compromiso con las víctimas”, denunció Martha Flores, de CDD.

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La socióloga y enlace nacional de la Red de Mujeres Contra la Violencia (RMCV), Marycé Mejía, dijo que en los casos de femicidios quien debería actuar es el Estado. “Es responsabilidad del Gobierno de Nicaragua junto a las embajadas de cada país, trabajar para que los crímenes no queden impune y de la misma manera apoyar a las familias de las víctimas. Como organizaciones nosotros podemos hacer es dar a conocer el caso y exigir al Estado que cumplan con sus deberes, pero muchas veces el apoyo y acompañamiento se invisibiliza, porque las mujeres que están dentro del país no lo cuentan. Las familias nunca reciben ayuda del gobierno para la repatriación”, apuntó Mejía.

Y agregaron, que a pesar de no tener información precisa de cada caso, conocen que las familias ante la falta de respuesta por las autoridades, optan por solicitar ayuda a terceros, es decir realizar colectas para poder cubrir los gastos y gestiones de la repatriación de los cuerpos.

Mujeres migrantes en busca de empleo

Ambas defensoras sostienen que las nueve mujeres nicaragüenses asesinadas en otros países son migrantes,  provenientes de familias de escasos recursos que se van a otro país a buscar una mejor condición de vida, sin embargo la violencia machista en América Latina también las alcanza.

“Para las mujeres migrantes corren doble riesgo. La mayoría de las asesinadas son mujeres jóvenes entre 18 a 30 años, se repite la misma historia de familias de escasos recursos. Muchas se van huyendo de la violencia que vivían aquí, las mujeres que migran además corren el riesgo de ser violadas, explotadas laboralmente o sexualmente, ser asesinadas, muchas sufren xenofobia y discriminación”, refirió Mejía.

Mientras, Flores agregó que la pandemia de la violencia machista y los agresores no “tienen fronteras, son mujeres que se van soñando en tener un futuro mejor en cuestión económica, las mujeres quieren progresar pero realmente el femicida está en todas partes con el mismo odio porque las matan con saña”.

Exigen “no impunidad”

Finalmente, exigieron al Estado de Nicaragua cumplir con sus responsabilidades dentro y fuera del país para que los femicidios de las mujeres no queden impunes. “Es necesario que el Gobierno entienda que como migrantes se les deben respetar y cumplir sus derechos, urge un acompañamiento y el cumplimiento a la justicia, porque no queremos que las memorias de las mujeres estén en impunidad”, concluyó Mejía.

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