El 22 de noviembre de 2020 será la fecha que Jerson Ortiz nunca olvidará: es el día en el cual dinamitó su presente, saltó al abismo de las tentaciones y se hundió en un terreno el cual se paga con la cárcel. Según la presentación de la investigación de la Policía, el boxeador Jerson Ortiz, llamado en el mundo boxístico como “el Guerrerito”, apagó la vida de David Briceño de tres disparos y huyó en una motocicleta. A sus 26 años, el muchacho considerado en su momento como un prospecto a seguir en las 105 libras y ranqueado mundial en la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), pasó en un instante de deportista a delincuente.
Ortiz tuvo un inició prometedor en sus primeros dos años en el pugilismo. De 2012 a 2014 ganó 10 combates sin una sola derrota, perfilándose como uno de los mejores pesos paja del país. Técnicamente era muy depurado, solamente se le cuestionaba su pegada. En ese trayecto venció a dos peleadores de gran calidad a nivel local como fue a Leyman Benavides, actual campeón Gold de la AMB y próximo a disputar cetro absoluto, además superó a Julio “el Gigante” Mendoza, quien ya ha sido retador a corona mundial y a cetro Gold.
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A partir de su primera derrota ante Byron Castellón se empezó a tambalear y empezó a alejarse de los encordados. De 2015 a 2017 realizó solo dos peleas, mostrando malas condiciones físicas y desinterés por el boxeo. Regresó en 2018 con otra mentalidad, creyendo que podía salir de las cenizas respaldado por su juventud y, después de dos peleas de preparación, tomó el reto ante el panameño Azael Villar en un KO a Las Drogas en el país canalero. El púgil local era número cuatro en el ranking de las 105 libras, todo estaba preparado para su victoria. Ortiz sorprendió en el primer asalto con un brutal nocaut, el cual lo colocó en la octava posición de la categoría, cambiándole por completo el panorama de su futuro.
Defendió su puesto en el ranking en dos ocasiones en 2019, pero en febrero de 2020 cayó nuevamente ante Byron Castellón, quedando con un récord de 16 victorias y tres derrotas con siete nocauts. A partir de ahí vino la pandemia, desapareció prácticamente el boxeo de forma constante y Ortiz se divorció del cuadrilátero. No se conocía nada del muchacho hasta el día domingo, cuando fue capturado, acusado y reconocido por los familiares de la víctima como la persona que le quitó la vida de tres balazos a David Briceño, quien según el relato, intervino cuando Ortiz trató de dispararle en los pies a su hermana, hubo un forcejeo y recibió la estocado en su tetilla izquierda.