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Navidad sin presos políticos

Los familiares de los presos políticos y todas las organizaciones sociales humanitarias y movimientos políticos democráticos están impulsando de nuevo la justa y necesaria campaña Navidad sin presos políticos.

118 personas de ambos sexos están prisioneras por motivos políticos, en condiciones infrahumanas, según denuncian sus familiares, los organismos de derechos humanos y los mismos presos cuando logran sacar y divulgar sus mensajes.

Los tratados internacionales de los cuales el Estado de Nicaragua es parte, establecen que ninguna persona debe ser encarcelada y mantenida en prisión por motivos políticos o de conciencia. Solo quienes han cometido delitos debidamente comprobados en juicios imparciales, respetando el derecho a la defensa y a la presunción de inocencia, pueden ser enviados a prisión. Y aún cuando se haya comprobado de manera justa y legal la comisión de delitos, los presos deben ser tratados de manera humanitaria, con respeto a su dignidad humana y a los derechos reconocidos por la justicia penal universal.

La misma Constitución Política de Nicaragua reconoce tales derechos a todos los nicaragüenses, califica como delito la tortura y cualquier clase de trato cruel y degradante a los prisioneros, y determina que el sistema penitenciario es humanitario.

Pero el régimen de Daniel Ortega se ensaña con los presos políticos y de conciencia, personas que por derecho y justicia ni siquiera deberían estar en la cárcel porque no han cometido delito, solo se los han atribuido en juicios espurios y condenados por jueces verdugos que castigan a quienes solo han ejercido sus derechos de expresar sus opiniones y manifestarse pacíficamente en oposición al Gobierno.

La existencia de presos políticos y de conciencia en Nicaragua y cualquier parte del mundo es una aberración del poder y en cualquier tiempo se debe exigir su libertad. Sin embargo, el período de la Navidad es particularmente propicio para pedir la libertad de los presos políticos, por la gran significación emotiva de la celebración navideña.

La Navidad es una festividad cristiana. Pero trasciende la dimensión religiosa y es una celebración de la bondad, la solidaridad y la compasión; de la manifestación con palabras y hechos de lo mejor de la condición humana.

Daniel Ortega fue preso político de una dictadura y sufrió el rigor de la cárcel de revancha y castigo. Y en cada uno de los siete años que estuvo preso, su madre, los familiares de los demás presos políticos y toda la gente democrática y de buena voluntad, demandaban siempre una Navidad sin presos políticos.

La señora Rosario Murillo, esposa y vicepresidenta de Ortega, todos los días en sus medios de propaganda hace gala de sus sentimientos cristianos, mucho más que las personas consagradas a la vida y el servicio religioso.

Ortega y Murillo deberían honrar la memoria de quienes cuando la dictadura somocista clamaban por Navidad sin presos políticos. Y demostrar la gran conciencia cristiana que dicen tener, dejando en libertad a todos los presos políticos y de conciencia que hay actualmente en Nicaragua.

Editorial Navidad Nicaragua presos políticos archivo
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