“Acepto el premio en el momento en que más de 270 pueblos y comunidades indígenas y afrodescendientes en Nicaragua han sido devastados por dos huracanes en menos de 15 días. Dejando decenas de personas indígenas sin comida, agua potable y hogares. Estoy trabajando por personas que tienen hambre y sed de justicia”, fueron las palabras de la abogada nicaragüense Lottie Cunningham Wren al momento de recibir el Premio Right Livelihood 2020 otorgado por la fundación sueca Right Livelihood Award.
La entrega del galardón, llamado el Nobel Alternativo, se realizó de forma virtual coordinado desde la sede de la fundación en Estocolmo, este jueves 3 de diciembre. La defensora nicaragüense durante su intervención destacó la situación de los pueblos indígenas que enfrentan solos los destrozos y pérdidas que les dejaron los huracanes Eta y Iota, tras su paso en la Costa Caribe Norte de Nicaragua.
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La fundación sueca premió a la defensora nicaragüense por su incansable dedicación a la protección contra la explotación y el saqueo de las tierras y comunidades indígenas en el país centroamericano. Por su parte, Cunningham dedicó el reconocimiento a la lucha de los pueblos indígenas de Nicaragua, “quienes han defendido con su vida a la madre tierra” y a sus comunitarios, declaró.
Cunningham nació el 29 de septiembre de 1959, en Bilwaskarma, una comunidad a la orilla del río Coco, frontera con Honduras, que se le conocía como la Mosquitia nicaragüense. A sus 61 años mantienen en pie su lucha para preservar los derechos de los indígenas.
Su lucha, eco del clamor del Caribe
La abogada nicaragüense remarcó que su lucha ha sido alzar su voz en nombre de los pueblos indígenas que no son escuchados, que sus demandas no son tomadas en cuenta por el Estado de Nicaragua, específicamente a la lucha por el saneamiento de sus territorios que por años han sufrido la invasión de colonos armados.
“He levantado esta pequeña voz para los pueblos indígenas y afrodescendientes que no tienen voz para poder compartir el testimonio de la mujer indígena sobre su dolor y la lucha pueblos indígenas. Las personas indígenas y afrodescendientes viven en 304 villas en 23 territorios y el 90 por ciento de nuestro territorio ha sido invadido por intrusos, los cuales la mayoría están armados, son ladrones que se establecen para cortar nuestros árboles y bosques, para extraer nuestros minerales”, dijo la ambientalista en su intervención durante la premiación.
“He caminado mucho tiempo con mi gente quienes tienen hambre y sed de justicia, quienes sufren la restricción a su movilidad por el desplazamiento forzado que sufren por la violencia, la destrucción del medio ambiente o la violación de sus derechos básicos”, agregó Cunningham.
La defensora denunció que pasividad de las autoridades nacionales de Nicaragua, ante la falta de respuesta a la demandas de los comunitarios. “Nosotros estamos en una crisis humanitaria, aún cuando Nicaragua tiene una de la ley de hermandad con los indígenas que los protege, el estado de Nicaragua se ha rehusado a tomar acciones para proteger la vida de los pueblos indígenas, sus territorios y identidad cultural”, denunció.
Cunningham es fundadora de Centro por la Justicia y Derechos Humanos de la Costa Atlántica de Nicaragua (Cejudhcan), organización nació en 2005, y que hasta la fecha ha logrado que 12 comunidades cuenten con medidas de protección, 8 con medidas provisionales otorgadas por la Corte Internacional de Derechos Humanos (Corte-IDH) y 4 con medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“Me motiva a continuar la lucha por lograr los sueños de mi gente. De modo que un día tengamos la justicia social, alivio, autodeterminación y la gestión de nuestro propio territorio. Gracias a todos por creer y elegirnos para este importante premio”, concluyó en su discurso de recibimiento del premio.
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El Right Livelihood Award fue creado en 1980 por el filántropo, escritor y político sueco-alemán Jakob von Uexkull, luego de que la Fundación Nobel se negara a crear premios para destacar los esfuerzos en ámbitos como el medio ambiente y el desarrollo internacional. El premio consiste en una dotación económica de un millón de coronas suecas (111 mil dólares, 95 mil euros) para cada galardonado, destinada a apoyar el desarrollo de su trabajo.