Han transcurrido 15 días desde que ocurrió el trágico accidente en la comunidad Ocote Tuma,municipio de Waslala, y la situación del transporte local no ha cambiado. Hasta la fecha las autoridades correspondientes de regular el servicio colectivo no aparece ni se pronuncia al respecto. Los mismos camiones viejos recorren las comunidades sin ningún control arriesgando la vida de los pasajeros.
La tarde de este miércoles familiares y amigos dieron sepultura, en el cementerio de la comunidad San Antonio Yaró, a la víctima número 21 del fatídico accidente. Se trata de Rosalina Gonzalez, de 19 años, quien falleció la madrugada del 8 de diciembre en un hospital de Managua.
El cuerpo de González fue trasladado en horas de la mañana del domingo a la comunidad de donde era originaria y al caer la noche, después de un viaje de más de 6 horas, llegó a San Antonio Yaró donde fue velada por familiares y amigos.
«La gente aquí está conmovida, son 4 miembros de la misma familia los que murieron, eso no se esperaba, pero como los de la comunidad tienen la amabilidad pues ahí nos están apoyando», dijo Marvin Hernández mientras observaba cómo echaban la últimas paladas de tierra donde ahora yacen los restos de su esposa.
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Los desperfectos mecánicos de un camión, combinado con los accidentados caminos enlutó a varias familias de al menos tres comunidades de Waslala. Los únicos tres camiones que transitan en esos pueblos, poco a poco borrarán las huellas de lo que ha sido considerado uno de los accidentes más trágicos registrados en el país en los últimos tiempos.
«Como que no ha pasado nada»
«Aquí el transporte está normal, como que nada ha pasado, incluso anda un camión parecido al que se dio vuelta. Aquí no ha venido nadie, ni las autoridades, no sabemos si el conductor del camión está preso. El que sí nos ayudó a trasladar en una camioneta el cuerpo de mi esposa desde Matagalpa a la comunidad Yaró fue el dueño del camión volcado, pero no sé nada más», señaló Marvin Hernádez, esposo de Rosalina González.
Aunque existe la Ley General de Transporte Terrestre, la cual establece como responsable al Estado y al Ministerio de Transporte e Infraestructura (MTI) de otorgar concesiones y permisos a los transportes a nivel municipal, suburbano, rural, taxis y servicios «ruleteros», hasta ahora no se conoce que esta autoridad competente regule esta situación en esta alejada zona del país.
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Y mientras las autoridades municipales y centrales dejan en el olvido a estos comunitarios, los transportistas continúan poniendo en peligro a estas personas, que al final no tienen otra opción para viajar. En entrevistas anteriores con este Diario los pobladores manifestaron que en constantes ocasiones se han quejado por el mal servicio y por los malos caminos, pero no han sido escuchados.
«Aquí no tenemos transporte solo de carga, aquí está revuelto y ha sido todo el tiempo. Yo creo que con esto que pasó hay que ponernos más responsables con la vida del ser humano», dijo días atrás a LA PRENSA el pastor evangélico Samuel Rugama, originario de Ocote Tuma.
Marvin Hernández, quien carga con la muerte de su hermana, su esposa, su niño de días de nacido y una sobrina insiste en no continuar viviendo en esa comunidad. Ya nada le importa de ella, agrega que solo le trae malos recuerdos. No está dispuesto a vivir otra tragedia similar. «Yo voy de viaje de aquí hermano, ya nada hago. Me llevo a mi niñito de dos años», dijo.