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Ortega durante el acto de entrega de cartas credenciales de embajadores de varios países y de organismos internacionales. LA PRENSA/CAPTURA DE PANTALLA.

Ortega revive ante embajadores las mentiras sobre la represión desmedida de 2018

Para el jurista José Pallais, Ortega sigue tratando de cambiar el criterio de los gobiernos de otros países sobre la crisis sociopolítica nicaragüense.

El dictador Daniel Ortega aprovechó la noche de este martes la presencia de los embajadores de varios países, que presentaron sus cartas credenciales al régimen, para continuar su retórica de culpar a la oposición nicaragüense de las muertes ocurridas durante las protestas de 2018, cuando la Policía Orteguista, junto con civiles fuertemente armados, emprendieron una feroz represión contra la población que se manifestaba, provocando más de 300 muertes y miles de heridos, según organismos internacionales de derechos humanos.

“Vino la conspiración y vino la protesta no pacífica, no pacífica como en otros países donde no vemos a nadie con rifles, como en los Estados Unidos. Aquí vino la protesta armada de fusiles, de escopetas, de ataques a las instituciones del Estado, de destrucción y quema de los hospitales, destrucciones de las escuelas y quemas de las escuelas; destrucción y quemas de las Alcaldías; eran los objetivos que tenían ellos de desbaratar lo que se había logrado construir en beneficio de los pobres”, dijo Ortega durante su extenso discurso.

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Para el jurista y miembro de la opositora Coalición Nacional, José Pallais, el dictador Ortega una vez más recurrió a su propia narrativa que, a su criterio, está totalmente desacreditada.

“Ortega recurrió a su versión trillada, trasnochada de una realidad que es muy diferente a la que él se ha inventado para su propia conveniencia. Y es una realidad que está ampliamente documentada en los informes de los organismos internacionales de los derechos humanos como la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) y de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas, que tienen gran prestigio y credibilidad y que ningún funcionario internacional va a creer”, señaló Pallais.

Además, desde el viernes pasado el dictador ha intensificado sus ataques a Estados Unidos y los países europeos, a los que ha llamado “fascistas”, “esclavistas”, “tiranos”, “sinvergüenzas”, entre otros.

Desvirtúa informes de organismos internacionales

De hecho, este martes Ortega mencionó a organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA) y a la organización de las Naciones Unidas (ONU), al momento de desacreditar la serie de informes que se han emitido desde 2018, en los que se recogen testimonios y pruebas de víctimas de la represión orteguista en Nicaragua desde el estallido social.

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“Para los organismos de derechos humanos, tanto de Naciones Unidas como los de la OEA, sencillamente aquí no murieron sandinistas; aquí no murieron policías. No les ha preocupado investigar y lo que se dedicaron fue a hacer entrevistas, donde sin ninguna fundamentación, acusaban a la Policía, al Frente Sandinista de haber matado a ciudadanos que habían fallecido en los hospitales por otras razones”, manifestó Ortega.

No obstante, según Pallais, los informes de la CIDH sobre la crisis de 2018 no contaron con la versión del régimen, pese a que este organismo le dio la oportunidad a la dictadura de presentar sus evidencias en cuanto a esos hechos.

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“El gobierno tuvo la oportunidad de contradecir los informes de los organismos y de desvirtuarlos. No es hasta ahora, después de más de dos años, que va a tratar de desmeritarlos. Ese es el procedimiento normal de los organismos internacionales de derechos humanos: se le da la oportunidad al gobierno para que exprese lo que considere y por lo que tenga evidencia. Pero no lo hizo, porque no tenía nada que presentar”, argumentó Pallais.

Aunque durante la crisis de 2018, que se ha extendido hasta la fecha, organismos como el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independiente (GIEI), constataron in situ que las fuerzas de choque del régimen disparaban a matar contra la población desarmada y que en los hospitales públicos se les negaba la atención a manifestantes heridos, como el caso de Álvaro Conrado, de 15 años, quien recibió un disparo en la garganta cuando llevaba víveres a quienes protestaban contra Ortega, el dictador aseguró que jamás se negó la atención en los centros hospitalarios.

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“Ciudadanos fallecidos en un hospital porque tenían días de estar ahí, tenía un padecimiento renal o cardíaco, entonces los ponían en la lista y tranquilamente los organismos los tomaban como cierto. Pero además acusaban a los médicos del hospital de no haberle prestado atención médica a esa persona. Fue una campaña feroz que llegó al extremo de convocar al Consejo de Seguridad una condena al Gobierno de Nicaragua, lógicamente esa condena no pasó”, señaló el dictador nicaragüense.

Ortega dice que evitó “sacar a la Policía”

Desde el 18 de abril de 2018, cuando un grupo de estudiantes protestaron en contra de unas fallidas reformas a la seguridad social en Camino de Oriente, en Managua, miembros de la Juventud Sandinista, acuerpados por antimotines, repelieron esa manifestación a base de golpes, piedras, bombas lacrimógenas y embestidas de ambos grupos orteguistas.

No obstante, Ortega este lunes aseguró que cuando iniciaron las protestas, su administración evitó “sacar a la Policía”.

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“La Policía aguantando en los cuarteles ataques armados de todos los días. Llegó un momento que la población, la misma gente que simpatizaba con partidos duros de oposición al Frente Sandinista, empezaban a clamar que dónde estaba la Policía, que dónde estaba el Estado. Y al cabo de meses, después de pasar innumerables diálogos, donde planteábamos que se suspendieran esas posiciones que tenían con gente armadas y los ataques contra la Policía, contra las escuelas, contra puestos de salud, contra las familias y medios de comunicación”, continuó Ortega.

Según Pallais, el hecho de que Ortega mintiera frente a los embajadores que presentaron sus cartas credenciales, significa que busca como cambiar el criterio de esos gobiernos en cuanto a la crisis nicaragüense.

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Pero “ya los embajadores están acostumbrados a escuchar esa narrativa de mentiras, (porque) es reiterativa y repetitiva del gobierno. En todos los actos es la versión que están obligados a decir, en este caso, para intentar convencer a los embajadores. Pero, por mucho que insistan y por mucho que la repitan, no van a hacer cambiar el criterio de diplomáticos que están bien informados, que son profesionales y que conocen la realidad de los países en donde están acreditados”, expuso el opositor.

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