14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
jornada de vacunación, Nicaragua, coronavirus

La doctora Mercedes Somarriba, pediatra e infectóloga, asegura que Nicaragua cuenta con mecanismos para las jornadas de vacunación que se han mantenido a través del tiempo.. LA PRENSA/ARCHIVO

Nicaragua tiene amplia experiencia en las jornadas masivas de vacunación

Con el Covid-19, el gobierno tendrá prepararse para una jornada de inmunización masiva una vez que llegue una de las vacunas al país

Hace 40 años Nicaragua se enfrentó a jornadas masivas de vacunación que permitieron disminuir con éxito las enfermedades que aquejaban a la población. Las jornadas se realizaron en el menor tiempo posible, a pesar de todo el proceso que conllevaban: realizar censos, capacitar al personal de salud y almacenar, trasladar y aplicar las vacunas desde Managua hasta los lugares más remotos.

Con la pandemia del Covid-19, que ha dejado a más de 1.5 millones de personas muertas a nivel mundial, los sistemas de salud de los países tuvieron que establecer mecanismos de atención frente al virus y ahora, con la esperanza que han dado varias farmacéuticas y laboratorios privados, deben empezar a aplicar las inmunizaciones. Aunque las vacunas se aplicarán primero al personal de salud, cada país espera que después de unos meses la medicina se aplique masivamente. Nicaragua tiene experiencia vasta en este proceso.

El doctor Leonel Argüello, quien fue director de Epidemiología en el Minsa en los años 80 y lideró el Programa de Inmunizaciones a nivel nacional, asegura que Nicaragua tiene más de 38 años de experiencia en vacunación y destaca la participación masiva de la población, que además permitió lograr alta cobertura en las inmunizaciones. El trabajo conjunto del Minsa con las instituciones del gobierno, incluyendo al Ejército de Nicaragua, también contribuyó al logro de las jornadas populares de la salud, como se conocían en ese momento.

“Cuando nosotros llegamos a trabajar en los (años) 80 encontramos el país con una serie de epidemias, con epidemia de sarampión, con epidemia de polio, de tos ferina, o sea que nos encontramos con una serie de epidemias que no correspondían entre la supuesta cobertura que tenían (el gobierno de Somoza), pero el porcentaje de cobertura que te decía, por ejemplo, era una vacuna que tenía 90 por ciento de cobertura y seguías teniendo polio, sarampión, quiere decir que no eran ciertos los datos que estaban presentando”, señala Argüello, quien indica que durante la dictadura somocista sí se vacunaba pero el alcance en la población no era suficiente.

Lea además: Coronavirus: por qué incluso después de ponerte la vacuna contra la covid-19 deberás seguir usando mascarilla

A partir de esta situación, cuenta el especialista, fue que se crearon las jornadas populares de salud, que buscaban lograr una mayor cobertura en la población de forma más rápida. Con base en la experiencia de Cuba y otros países, se empezó a trabajar con brigadistas de salud que fueron capacitados para aplicar las vacunas y explicar a la población de qué se trataba.

“Los ministros por ejemplo, o iban los ministros a supervisar la vacunación o tenían que mandar sus vehículos con conductor, porque todo el mundo apoyaba, no es como ahora que prácticamente el Ministerio de Salud (solo) con apoyos de ONG y algunas empresas privadas. Antes era todo el gobierno, se subordinada, digamos, al Ministerio de Salud, incluyendo al Ejército cuando eran las jornadas populares. Aunque el Ministerio de Salud era pobre y no tenía recursos, sí tenía el apoyo de todas las instituciones”, dice.

Sobre cómo se estructuraba una jornada de vacunación, Argüello señala que en primera instancia se creó un censo para conocer las necesidades que tenía la población. Luego se crearon las condiciones de una cadena de frío en el país, que se trata de una bodega central refrigerada donde se almacenaban las vacunas en congelación y otras en refrigeración. Posteriormente crearon a nivel de regiones bodegas locales como cuartos fríos para tener los congeladores y refrigeradoras y garantizar la temperatura de las vacunas.

El siguiente paso fue capacitar al personal de salud para que conocieran todo lo relacionado a la vacuna e informaran a la población para que participara de las jornadas.

La mayoría de las vacunas que hay en el país son para menores de edad, aseguran los médicos. LA PRENSA/ARCHIVO

Puede interesarle: ¿Cuándo y qué vacunas estarán disponibles para América Latina?

“El alto nivel de participación, de organización, que tiene el pueblo nicaragüense es enorme, fácilmente ya son años de experiencia, fácilmente se puede implementar la vacunación, ya hay experiencia grande en eso”, dice Argüello. Durante estas jornadas se creó la tarjeta de vacunación donde se registraban las dosis que recibían los pobladores y permitían a los trabajadores de la salud crear un registro, ya que se quedaban con una tarjeta y otra se la entregaban a los ciudadanos.

Sobre la experiencia que tiene Nicaragua, el salubrista Carlos Hernández asegura que ésta ha servido para que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) asesore a otros países de acuerdo a la movilización a nivel comunitario que se ha logrado en el país, ya que se consigue altos niveles de vacunación y una participación comunitaria muy abierta, muy consistente.

“Nicaragua ha mostrado coberturas de vacunación mayores del 90 – 95 por ciento y por eso son reconocidas, pero los casos de sarampión y la tos ferina son casos que se han reducido, que se han venido reduciendo, en muchos casos Nicaragua ha estado muy cerca de ser declarada epidemias en control, algunas enfermedades en control”, dice Hernández.

Lea además: ¿Está preparada Nicaragua para adquirir y aplicar la vacuna contra el Covid-19?

Josefina Bonilla, médico y salubrista, asegura que el programa ampliado de inmunización a cargo del Ministerio de Salud es un programa de muchas décadas y mucha estabilidad y que cuenta cuenta con varios elementos entre ellos la confianza que se ha logrado a través de la población. También destaca la coordinación de esta institución con empresas privadas y organizaciones no gubernamentales, “que todo el tiempo han dado un complemento de apoyo al trabajo que el sector público debe hacer”. “Los programas de vacunación son una de las mejores lecciones que tenemos de la coordinación multisectorial, y que múltiples personas aún en medio de las terribles guerras que Nicaragua ha tenido ha logrado vacunar”, señala Bonilla.

En ocasiones anteriores las vacunas han dilatados años para que lleguen al país. LA PRENSA/ARCHIVO

Primera vacuna de emergencia en Nicaragua

Con la situación del Covid-19 que vive Nicaragua y el mundo; y ante la aprobación de vacunas para disminuir el contagio entre los pobladores, esta será la primera ocasión en la que Nicaragua cuente con una vacuna de emergencia, ya que, asegura el epidemiólogo Argüello, las vacunas para otras enfermedades llegaban al país mucho tiempo después de que eran aprobadas y ya se habían aplicado en otros países. Incluso dos, tres y hasta 15 años después.

Sobre cómo Nicaragua se ha ido adaptando a vacunas para diferentes enfermedades, la doctora Bonilla asegura que existe un principio en el que los nuevos programas de vacunación trabajan con los que ya cuenta el Ministerio de Salud para lograr una mayor rapidez en el proceso.

Puede interesarle: El Oriental «a reventar» en diciembre y desafiando al Covid-19

“En el caso del personal de salud también se hace coordinaciones con las sociedades médicas, con los grupos médicos que están alerta a que su personal tenga protección, es decir que sus miembros, sus afiliados. Las personas mayores a través de asilos de ancianos, a través de los grupos religiosos, a través de los programas que tiene el Ministerio de Salud como sería el control de las enfermedades crónicas, diabetes, hipertensión, por esas vías es donde se hacen esos llamados y la búsqueda de las personas mayores. Se hacen llamados abiertos, pero se usan mucho los canales ya existentes, entonces las coberturas han sido muy altas en Nicaragua”, asegura.

En la misma línea, la doctora Mercedes Somarriba, pediatra e infectóloga, asegura que Nicaragua cuenta con mecanismos para las jornadas de vacunación que ya se conocen, “si se van a utilizar o no eso ya es otro tema, pero de que el camino se conoce en este país, se conoce”, refiere.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí